La reina Sofía vuelve a Grecia al calor de su familia: estos son sus mayores apoyos
La emérita mantiene una estrecha relación con su lado griego y ahora regresa al país para la boda de su sobrino Nicolás

La reina Sofía, su hermana Irene y su sobrino Philippos de Grecia. | Gtres
A pesar del duro año que ha vivido en lo personal, la reina Sofía tiene ahora un motivo de celebración. Regresa a su país natal, Grecia, para asistir a la primera boda real del 2025. Su sobrino el príncipe Nicolás de Grecia se casa con Chrysi Vardinogiann este viernes y ya se están ultimando los preparativos. Este día será sumamente especial para la emérita, pues reunirá en una misma sala a sus dos familias, la real española que formó con Juan Carlos I y la real griega en la que vivió su infancia y juventud. Su salud y sus obligaciones con la Casa Real no le permiten viajar a tierras helenas todo lo que le gustaría. Por eso agradecerá esta feliz excusa para reunirse con sus primos, sobrinos y amigos del país, entre los que están sus mayores confidentes.

No es común que ambas ramas de la familia se reúnan. En septiembre contemplamos una estampa inusual de -parte de- la familia real española en tierras griegas. Sofía pudo viajar a Grecia para la boda de su sobrina Teodora de Grecia, hermana de Nicolás. Acudió junto a sus hijas, las infantas Cristina y Sofía, y algunos nietos del lado Urdangarin, Juan, Miguel e Irene. Los reyes Felipe y Letizia -siendo príncipes sí estuvieron en el enlace del príncipe Nicolás con su hoy ex Tatiana Blatnik-, y sus hijas Leonor y Sofía, no acudieron a esta cita familiar alegando obligaciones en Madrid, Marín y Gales. A pesar de su falta en la boda de la prima del rey, el núcleo de Zarzuela suele hacer escapadas a las islas griegas en verano. Se desconoce si aprovechando las vacaciones también visitan a sus familiares helenos, ya que Felipe mantenía buena relación con sus primos de la otra casa real.
Los apoyos en Grecia de la reina Sofía

Como ha ocurrido en otras ocasiones, la reina Sofía aprovecha estas grandes celebraciones para ver a su mejor amiga, Tatiana Radziwill. También son primas segundas porque Tatiana, de 85 años de edad, es hija de la princesa Eugenia de Grecia y Dinamarca y nieta de María Bonaparte. Estudió biología en la universidad y se especializó en la investigación bacteriológica, aunque es más conocida por sus lazos familiares con la jet set internacional. Su apellido de origen polaco y letón llegó a la prensa de Estados Unidos por la boda del príncipe Estanislao Radziwill y Caroline Lee Bouvier, hermana de Jacqueline Kennedy. Tatiana fue dama de honor de la boda de Sofía y el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón, y sigue siendo habitual verlas juntas paseando por Palma en los veranos.
La tercera pata de esta amistad es Irene de Grecia, hermana menor de Sofía. Vive en el palacio de la Zarzuela con la familia real española y por eso es de las más cercanas a la emérita. Tiene 82 años, cuatro menos que Sofía, y en 2002 se hizo público que padecía un cáncer de mama del que se recuperó tras un tratamiento de quimioterapia. A día de hoy solemos verla en ocasiones contadas y siempre junto a su hermana, aunque sufre un deterioro cognitivo que le hace moverse en silla de ruedas.
La familia griega de Sofía
Algunos de los sobrinos más cercanos de la reina Sofía son Pablo -el heredero a la corona helena-, Alexia, Teodora y Nicolás. Aunque el que más confianza tiene con la emérita es Felipe, también llamado Philippos de Grecia. Este príncipe también es sobrino de la reina Margarita de Dinamarca y como el resto de sus hermanos, ha hecho su vida fuera del territorio de sus antepasados. Pudo reencontrarse con su tía Sofía en el funeral de Constantino II de Grecia, último rey efectivo del país, en 2023. Tía y sobrino pudieron sentarse juntos y compartir unas palabras durante la ceremonia, demostrando que Sofía sigue unida a este lado de su pasado.

Pablo de Grecia también mantiene la conexión con su tía. Les une su afición por la música clásica y tradicional. La emérita suele acudir con regularidad a conciertos, tanto de manera oficial como privada, y su sobrino también dedica su tiempo libre a esta parte de la cultura. Es aficionado a los bailes tradicionales griegos como el sirtaki y el pentozali, danzas que Sofía e Irene practicaban en su juventud. En 2018 la vimos retomar esta pasión por el baile en uno de sus viajes a Creta, aunque en 2024 demostró que cualquier baile le anima, como se vio en la boda de Marta Urquijo. Sofía podría volver a darnos un momento musical en la eminente boda de su sobrino, donde también se encontrará con su querida cuñada, Ana María de Grecia.