La Casa Real sueca y su problema de dinero: las fiestas millonarias que condicionan su fortuna
En los próximos años planean modificar su presupuesto para recibir las visitas oficiales y celebrar tres grandes eventos

El rey Carlos Gustavo XVI y la reina Silvia de Suecia. | Europa Press
La realeza europea sigue enfrentando problemas con la gestión de sus presupuestos y, en esta ocasión, le ha llegado el turno de sufrir a la Casa Real Sueca. Esta familia está liderada por el rey Carlos Gustavo, de 78 años, y su mujer, la reina Silvia, de 81 años. El monarca forma parte de la dinastía Bernadotte, que impera en Suecia desde hace dos siglos y estuvo una larga etapa al frente de la corona noruega en el siglo XIX. Su historial es digno de admiración, pero no les exime de ciertas obligaciones de lo más actuales, en especial la de cumplir los presupuestos.
El Riksdag, la única cámara parlamentaria sueca con sede en Estocolmo, establece la asignación anual que recibe la Familia Real de Suecia para el cumplimiento de sus actividades oficiales, deberes y tareas de mantenimiento. En 2025, esta cantidad casi llega a los 16 millones y medio de euros, un número insuficiente según las últimas declaraciones oficiales. La asignación había aumentado en casi dos millones de euros desde el año anterior, pero advierten que no será suficiente. La Casa Real ha propuesto una estrategia a largo plazo para financiar las fiestas que preven para los próximos años, entre ellas los cumpleaños del Rey de la princesa heredera.
Mucha ambición y ‘poco’ dinero

«En 2024, Su Majestad el Rey ejerció las funciones que le incumbían, pero no se dieron las condiciones para satisfacer parte de las exigencias del Riksdag, el gobierno, las autoridades, las organizaciones, las empresas y los particulares», advertía la corte. Jan Lindman, el director financiero de la Casa Real, declaró que «tenemos un alto nivel de ambición, queremos realizar mucho trabajo y tener muchas actividades. Hay que tener también en cuenta la inflación. Estas cosas impulsan nuestros costos y han creado un déficit», a finales del 2024. Para cubrir estas necesidades se pidió un préstamo de 600 mil euros que se debe devolver a principios de este 2025, con el nuevo presupuesto.
Los casi 16,500 millones de euros de los que disponen este curso serán distribuidos primero en la deuda a devolver al parlamento. Otro de los grandes gastos que enfrentan anualmente son las dos visitas oficiales que reciben en Estocolmo. En 2024 fueron tres, de Macron, del presidente finlandés Alexander Stub y de Federico y Mary de Dinamarca. El dinero debe alcanzar para mantener los sueldos de la familia real, el cuidado de las residencias y colecciones reales, las actividades oficiales o el departamento de personal, que en 2022 empleó a 270 personas a tiempo completo.
La Casa Real de Suecia planea tres grandes fiestas
Una de las grandes fugas del presupuesto es el mantenimiento de los espacios turísticos, como el Palacio Real o los parques Djurgården, Ulriksdal y Haga. Las visitas a estos espacios públicos mantienen la economía de la Casa Real de Suecia, pero es un enfoque caduco e inestable. Para solventarlo proponen «una financiación a largo plazo, no como la actual, que se sostiene y se cae con el pago de los turistas al Castillo de Estocolmo». Esta nueva estrategia tendría proyección a futuro y contemplaría los gastos a dos años vista. La medida pretende arreglar las cuentas suecas que comenzaron a resentirse durante la pandemia, por la falta de visitantes durante los meses de confinamiento, y que no se han llegado a recuperar tras cinco años.

Esta propuesta al Parlamento viene motivada por la cercanía de tres grandes celebraciones en la Familia Real. En 2026 se organizarán dos fiestas en honor al 80 cumpleaños del rey Carlos Gustavo y a sus bodas de oro junto a la reina Silvia. Tienen puesta la vista a futuro, y ya se ha planteado una «financiación adicional» para cubrir en 2027 el cumpleaños número 50 de la princesa heredera Victoria de Suecia. La propuesta ha generado una confrontación de opiniones en el país, entre los que opinan que hay otras prioridades que enfrentar con el dinero público y los que defienden el valor diplomático de estos festejos.
Las monarquías europeas más y menos costosas

La sueca no es la monarquía que más gasta en Europa. Las diez coronas que resisten en el viejo continente reciben aportaciones públicas, pero no todas lo enfrentan de la misma forma. La más derrochadora es la británica, con un presupuesto que supera los 100 millones de euros anualmente. La española se sitúa como la más austera, la menos costosa para la nación, con solo 8,43 millones de euros en el año 2023. Entre medias se sitúan la de Bélgica con 12,5 millones, la de Suecia ya mencionada, Luxemburgo con 19,2, Dinamarca con 20, Noruega con unos 30, Mónaco con 48 y Holanda con 75. Al igual que la sueca, los daneses y los ingleses han aumentado sus asignaciones en el último año.