Guillermo y Kate quieren una infancia 'normal' para sus tres hijos: el rugby, en el punto de mira
Los príncipes de Gales son unos padres implicados en la educación de sus hijos, en todas las facetas, no solo la ‘royal’
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, junto a sus hijos George, Louis y Charlotte en Londres, 2024. | Europa Press
El príncipe Guillermo y Kate Middleton son un ejemplo de conciliación profesional y familiar. Sus deberes institucionales no son cosa menor, porque están llamados a llevar la corona inglesa en cuanto falte Carlos III. A pesar de esta responsabilidad, y las muchas que ya ostentan en la actualidad como príncipes de Gales, la pareja procura cuidar al máximo su faceta de padres. Sus últimas declaraciones a la prensa y las sonadas apariciones que hacen en familia suelen filtrar los detalles de su paternidad, como ha sido el caso en su último plan en familia este fin de semana.
Esta rama de la Familia Real inglesa volvió a ganarse la atención de los medios este fin de semana. Guillermo y Kate acudieron el pasado sábado 15 de marzo al Torneo Seis Naciones de rugby. En Cardiff, la pareja disfrutó de una jornada de deporte en la que cada uno apoyó a uno de los equipos que se disputaban el encuentro, ella al inglés local y él al conjunto galés. Una vez más, fueron la prueba de que una sana rivalidad en el matrimonio es posible y de que el deporte es uno de los pilares de sus vidas, y así lo quieren para sus hijos.
Los niños juegan al rugby y se disfruta en familia
Antes de este encuentro no dudaron en atender a los verdaderos protagonistas, los jugadores, y revelar que el deporte es una pieza clave en su familia. Sus tres hijos George, Charlotte y Luis, han practicado varias disciplinas a lo largo de la infancia y ahora que entran en la adolescencia, esto sigue siendo una constante. «Los fines de semana vamos de una competición a otra», explicaba el heredero a la corona inglesa. En concreto se refería a que sus hijos varones, George de 11 y Louis de 6 años, están apuntados a rugby y además de los entrenamientos semanales tienen que acudir a las competiciones cuando acaba la semana.
Kate añadió que «Louis tiene seis años y acaba de empezar con el touch rugby -una modalidad más ligera y accesible al tradicional-, y George tiene once y juega un poco más. Lo disfrutan mucho». El amor del segundo en la línea de sucesión por este juego no es una novedad. La misma princesa de Gales ya comentó en 2022 que si todos los niños lo disfrutan de por sí, «Louis es un kamikaze, nos preocupa que cuando crezca, esté en el centro de todo». Para la tranquilidad de esta madre, la vitalidad de su hijo mayor es el resultado de la infancia ‘normal’ que les han querido procurar y en la que están teniendo mucho éxito.
Guillermo y Kate Middleton procuran la ‘normalidad’
El deporte es mucho más que el simple ejercicio físico, es una excusa de reunión social y creación de comunidad. Kate Middleton lo vivió en su propia casa de joven y ha querido darles a sus hijos esta experiencia esencial para su educación en el mundo real. Su hermana Lady Pippa describió hace años cómo sentían el deporte en su casa: «El rugby era muy importante para nuestra familia y lo más relevante eran los partidos internacionales, que solían jugarse los sábados por la tarde y eran eventos tan sociales como deportivos. Planificábamos nuestros fines de semana en torno a los partidos importantes… Si perdíamos, mi padre se desesperaba el resto de la tarde, como si hubiera perdido él mismo el partido».
No es una novedad que Guillermo y Kate quieran poner en valor su faceta de padres por encima de la institucional. Hace apenas unas semanas se conocía que faltaron a los Premios BAFTA para disfrutar de un viaje en familia al Caribe, aprovechando las vacaciones escolares de los pequeños. Durante años no han dudado romper las barreas de la realeza para procurar una infancia plena a sus hijos. Les han permitido explorar sus deportes favoritos, como el fútbol, el tenis y la gimnasia. Ahora se conoce que George tiene una inquietud especial por el submarinismo. Fuera de los deportes, los padres les han animado a perseguir otros intereses. El mayor ha mostrado interés por la pintura y la fotografía y Louis es un nuevo entusiasta de la batería, como enseñó al mundo durante el confinamiento.
Los príncipes de Gales rompen otra tradición paternal
En cuanto a la educación de los chicos, hace poco han roto otra tradición de la monarquía británica. Han impuesto su autoridad como padres para elegir el centro educativo que más se adecúe a sus intereses, dejando atrás el camino royal. George debería pasar el año que viene al Eton College, donde estudiaron su padre y el príncipe Harry, pero empezará la etapa secundaria en el centro Marlborough College, al que fue Kate. Este colegio es igual de prestigioso pero les permite criar a su hijo en un entorno mixto y más familiar, incidiendo en los valores de familia y bondad que priman en su hogar.
A principios de este mes se emitió el documental Prince George: How to make a monarch en la televisión británica. El filme reunió a expertos en realiza y psicólogos que explicaron cómo la educación del heredero representa a la nueva generación de la monarquía. Ailsa Anderson cuenta que «Catherine tiene un grupo de Whatsapp donde se comunica con otros padres». Junto a ella está Guillermo, a quien «le encanta charlar con los demás padres -del Thomas’s Battersea-, e incluso hace ejercicio con algunas madres en el gimnasio Harbour Club después de dejarle en clase», contaba un amigo del matrimonio a la revista Vanity Fair.
«No están enrarecidos ni elevados»
El mencionado documental insistía en que Guillermo y Kate quieren que sus hijos «tengan experiencias normales, donde interactúan con personas normales». Esto les da «esa sensación de ser seres humanos como el resto de nosotros, no están enrarecidos ni elevados y, con suerte, podría diluir esa sensación de ‘soy invencible’», apuntaba la psicoterapeuta Lucy Baresford. Al hilo de esta normalización de la realeza, George, Charlotte y Louis están creciendo con menos servicio en casa que el que disfrutaron sus padres. Su hogar en Adelaide Cottage no cuenta con personal residente en la casa, como sí ocurría cuando vivían en el palacio de Kensington hasta 2022.
