Cronología de la amistad del rey Juan Carlos y Marta Gayá: un pub en Mallorca y piso en Suiza
La periodista Pilar Eyre ha confirmado que el emérito ha pasado el invierno con su amiga en Suiza

El rey Juan Carlos I y Marta Gayá en imágenes de archivo, de 2009 y 2008. | Gtres
La vida personal del Juan Carlos I vuelve al foco de los medios. Una vez más la periodista Pilar Eyre ha destapado los planes privados del rey: «Cada vez la cuesta más arrancarse de la amable compañía de Marta» escribe para Lecturas. El 19 de marzo publicó esta y otras afirmaciones sobre la relación del Emérito con Marta Gayá, que han revolucionado la actualidad en los medios especializados en la vida de las celebridades. Su amistad ha cumplido 45 años y merece un repaso por las idas y venidas, regalos y momentos clave que definieron sus vidas.
Cómo será la conexión entre estos dos personajes que la periodista ha publicado lo siguiente: pasan juntos todo el tiempo que pueden en Suiza, el Rey ha arreglado el futuro económico de Marta cuando éste falte, y ha pedido el apoyo de las infantas para acompañarla cuando llegue el día de su marcha. Este año se cumplen cuatro décadas y un lustro desde el primer encuentro de Juan Carlos y Marta Gayá, que se explica en detalle más adelante. Tantos años después, el Rey está dispuesto a pasar sus últimos días con ella y parece que el interés es mutuo. Este mes de marzo habrían compartido unos días en el apartamento de Ginebra que él le regaló en 2007 y donde ella ha vivido desde entonces.
Cómo se conocieron Juan Carlos I y Marta Gayá
El primero encuentro de la pareja ocurrió de forma casual en una discoteca de Mallorca. Era el año 1980 el ya proclamado Rey era un asiduo de la sala nocturna del Club de Mar de Palma. Estaba casado con la reina Sofía desde 1961 y ya habían nacido sus tres hijos, las infantas Elena y Cristina y el ahora rey Felipe VI, pero no fueron motivos suficientes para que desarrollara el gusto por otras mujeres de su entorno. Aquella noche se fue a fijar en una mujer «morena, alta y atractiva que se movía por la discoteca con familiaridad», como describen en El mundo.
Era Marta Gayá. Natural de Mallorca, de familia acomodada, decoradora de interiores, divorciada de Juan Mena y con suficientes amigos en común con el monarca como para organizar un encuentro privado al día siguiente. La mañana posterior a este flechazo se encontraron en el hotel Formentor, al norte de la isla, para tomar algo juntos. Quisieron compartir el plan con tres carabinas: Pepe Oliver, gerente de la discoteca, Vicky Flores Estrada y su hermana Begoña, que fue novia de Alfonso Cortina. Después de este aperitivo la pareja estableció una amistad que no se rompería ni con el paso del tiempo ni con la presencia de otras amantes en la vida del monarca.

Los amigos que les encubrieron
El propio Rey confirmó el idilio en una conversación con un amigo, descubierta por el CESID -ahora reemplazado por el CNI-. Refiriéndose a Marta Gayá decía: «Nunca había sido tan feliz». Durante años compartieron largas tardes de navegación en el Fortuna, llamadas diarias por teléfono y encuentros en el piso de ella en el Paseo Marítimo o en la misma Zarzuela. Acudían juntos a fiestas y cenas que llegaron a la prensa nacional e internacional. Entonces ya se recogían las numerosas citas de Juan Carlos y Marta y se hablaba de la «corte mallorquina» para hablar de los amigos que les acompañaban a estos eventos, cubriendo a la pareja ante el público.

Algunas personas fueron fundamentales para el desarrollo de esta amistad. En especial Pilar Eyre menciona al piloto Rudy Bay, su pareja Marta Girod, Tchokotua y su mujer Marieta Salas. En 1992, la primera pareja sufrió un accidente de coche mortal que llevó a su amiga Marta Gayá a una depresión. Juan Carlos I dejó en la capital sus compromisos para acompañar a su amiga en este trance. Se recuerda que aparcó asuntos tan importantes como la sustitución del ministro Fernández Ordóñez o el último cumpleaños de Don Juan de Borbón, antes de su fallecimiento en 1993.
Áticos, barcos y un cheque millonario
Otras mujeres pasaron por la vida del monarca, mientras mantenía su matrimonio con Sofía para la buena imagen pública de la corona. Marta nunca habló en público de esta relación, algo que sí hicieron otras como Corinna Larsen, Queca Campillo y, recientemente, Bárbara Rey. La compañía y discreción de la mallorquina fue recompensada de forma económica en 2017. El emérito entregó un millón de euros a su amiga, un cheque que recogió de forma personal en el Banco Mirabaud de Ginebra. El Rey también había puesto a su nombre un ático en el barrio madrileño de Chamberí, el de Mallorca y otro en la ciudad suiza de Ginebra. Gayá reside en esta última propiedad y sus largas estancias allí le ganaron la residencia del país alpino.

Ahora tienen 87 y 77 años de edad y su relación sigue activa como en los primeros años. En 2017 se filtró una imagen de la pareja en un evento privado en Irlanda. En 2021, otra imagen les volvía a delatar. Se había reconocido a Marta Gayá en las cercanías de la residencia de Juan Carlos en Abu Dabi. Estas fotos casi son frustradas por agentes de seguridad, pero se salvaron y son la prueba de que el Emérito mantiene el contacto con esta personalidad. Las últimas declaraciones de Pilar Eyre siguen esta línea, y adelantan que Marta será la acompañante del rey en sus últimos años de vida.