Pablo Urdangarin da su entrevista más sincera y habla de su padre: «Soy la versión mini y ágil»
El sobrino del rey Felipe VI ha concedido una entrevista para TVE en la que habla de la presión mediática y su carrera
Pablo Urdangarin junto a su padre, Iñaki Urdangarin, al final de un partido de balonmano reciente. | Europa Press
Pablo Urdangarin es el miembro de la Familia Real española más admirado. Se le etiqueta como el educado, responsable, deportista y discreto de los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. A sus 24 años, el joven mantiene sus redes sociales privadas, para protegerse de la atención pública que su apellido le genera. Otros, como Victoria Federica, ya se han reconciliado con la fama y han empezado a exponer al mundo su experiencia dentro de la corona. Pablo habría seguido el ejemplo de su prima materna y ha decidido dar su versión de la historia.
Pablo se ha sentado con TVE para hablar de la presión mediática que ha sufrido desde niño, y que se ha intensificado con las vivencias de sus padres y familiares. Por primera vez ha admitido que «ha tenido» esta carga sobre sus hombros. Las cámaras le persiguen allá donde vaya, desde sus partidos de balonmano en el BM Granollers a sus planes privados. «Si quiero quedar con amigos y está la prensa, pues lo bloqueo y me olvido de ello. Y ya está», sentencia el joven en esta conversación para la cadena pública. El deporte es su principal defensa frente al interés sobre su faceta personal, y ha querido profundizar de forma pública en esta vocación, que heredó de su padre y defiende con el dorsal 77.
Su padre, su apoyo fuera del vestuario
«Que me comparen con él significa que algo estoy haciendo bien». Al igual que Iñaki en los años 90s, Pablo Urdangarin juega a esta disciplina de forma profesional, en la Liga Asobal. El joven catalán es el único de los cuatro hijos del matrimonio Urdangarin-Borbón que ha perseguido una carrera en el balonmano o cualquier otro deporte. Así, Pablo es el heredero de la grandeza deportiva de su padre y es inevitable que se comparen sus trayectorias en las pistas. Ya empieza a acumular su propio palmarés de premios y competiciones ganadas y hace unas semanas era elegido el MVP en un encuentro en Logroño. Dio sus primeros pasos deportivos en Alemania y continuó en Nantes, para fichar por el Barça en 2021, como hiciera su padre hace casi 40 años.
Ahora es uno de los jugadores claves del BM Granollers. Cada fin de semana se disputa el título de líder con otros equipos de todo el país, una presión en la que su padre Iñaki tiene un papel clave. Cuenta que «mi padre me ayuda mucho más en temas mentales que en temas de balonmano, siempre le llamo antes de los partidos». Su ejemplo es fundamental para convertirse en un deportista profesional, como lo fuera él, aunque sus perfiles dentro de la pista sean un tanto dispares. Pablo confiesa que es «la versión mini y ágil» del Urdangarin padre, pero que a nivel mental quiere seguir sus pasos.
Pablo Urdangarin es uno más en el vestuario
Su historia familiar tiene un botón de pausa en cuanto se pone la equipación. «En el vestuario me tratan como a uno más», seguía contando para la cadena. Entre sus compañeros es solamente un chico con pasión por el deporte, que busca disfrutar como el resto a pesar de su situación en casa. «Soy un tío normal que caigo bien. Pueden decirme cualquier cosa», afirma confiado. Durante los encuentros se le ve compenetrado con sus compañeros de equipo. No faltan los abrazos, gritos de ánimo y miradas de complicidad. Mucho menos las celebraciones al ganar el partido en cuestión, como se vio este pasado sábado ante el Barça.
Este partido ganado contra el primero de la liga, fue el gancho perfecto para que el sobrino de Felipe VI se abriera por primera vez a los medios. Pablo es el octavo en la línea de sucesión, por detrás de nombres tan sonados como la princesa Leonor, su primo mayor Froilán o su hermano Juan Urdangarin. Pero tiene todas las miradas puestas en su carrera deportiva y renuncia a la vida institucional por la tranquilidad del anonimato. En conversación con la agencia Efe admitió que quiere «ser el mejor y seguir trabajando cada día» y, como su padre «gestionar el volver a jugar después de una lesión, que es algo muy difícil».
