La infancia de Vicente Vallés: muy humilde y vivió en «una chabola» que construyó su abuelo
El periodista puede presumir de tener una larga trayectoria en televisión que le consolidó como el Informativo más visto

Vicente Vallés, en una imagen de archivo. | Gtres
Vicente Vallés es uno de los periodistas más reconocidos de nuestro país. Pero antes de eso, también se crio en una familia humilde. El presentador, que lleva las riendas del informativo de la noche de Antena 3, ha logrado esta semana, junto a Esther Vaquero, su máximo de la temporada alcanzando el 20% de cuota de pantalla. Y es que los números que están haciendo la dupla de presentadores son claramente superiores a los de sus competidores. Algo que certifica que son dos referentes dentro del mundo de la Comunicación. Aunque eso sí, para llegar a este punto ha tenido que construir un camino desde del principio, desde abajo. Y es que los inicios de Vicente fueron especialmente humildes.
Como ya contamos en THE OBJECTIVE, Vicente Vallés se crio en el barrio de Vallecas y lo hizo junto a sus padres y su hermano, José Antonio. Los dos se han dedicado a los medios de comunicación. Es más, José Antonio es redactor de Política Nacional y Defensa en Informativos Telecinco y los dos comparten otras pasiones en común como es el fútbol. Vicente siempre ha sido un hombre muy unido a su familiar, especialmente a su mujer, la también periodista Ángeles Blanco, y sus tres hijos. Los dos primeros nacieron del matrimonio entre el presentador y la que fue su pareja durante mucho tiempo, Lucía Méndez.
La infancia de Vicente Vallés en una «chabola» que construyó su abuelo

Vicente Vallés vino al mundo hace 61 años en la ciudad de Madrid. Sobre sus primeros años de vida, Vallés guarda infinidad de recuerdos, tal y como confesó a la revista Zenda Libros hace un par de años. «Mira, el primer recuerdo que yo creo tener de mi infancia es el de, siendo muy pequeñito, estar en mi barrio, que era Vallecas, en una calle llena de barro, porque no estaba asfaltada. Nací en un barrio de chabolas que había detrás del campo del Rayo Vallecano. Ese es mi primer recuerdo. Debía de tener tres años y vivía con mis padres en la casa de mis abuelos paternos, en una chabola que construyó mi abuelo con sus propias manos durante la posguerra. Y me acuerdo de salir a la puerta y jugar con otros niños en una calle sin asfaltar que, cuando llovía, se llenaba de barro», contó en una entrevista.
Sus padres habían crecido, también, en entornos especialmente modestos. «Los dos vienen de familias muy humildes. En el caso de mi madre, emigrante de Andalucía, eran seis hermanos que se vinieron en los primeros cincuenta a Madrid, desde un pueblecito de Jaén», confesó. A primeros de los años 50, sus padres llegaron a la capital y se instalaron «en la calle que estaba al lado de la que vivía mi padre, en una calle paralela, y allí se conocieron. Y mi padre era hijo de un conquense y de una murciana. Digamos que yo soy un madrileño típico, porque ninguno de mis cuatro abuelos es madrileño (risas). Se conocieron y allí nací y me crié, en Vallecas». En el mundo del periodismo entró casi de casualidad, ya que no había nadie de su entorno que se dedicara a ello.
Sus inicios en Cadena Ser y todas las críticas

«No soy de una familia con tradición periodística ni nada que se le parezca. Pero, en buena medida, es responsabilidad de mi padre. Ni mi padre ni mi madre tuvieron estudios, nada más que los básicos. Empezaron a trabajar desde muy pequeños y no pudieron seguir estudiando porque había que comer y, a pesar de eso, mi padre siempre tuvo una inquietud permanente por aprender y por informarse. Una costumbre que siempre tuvo, lo recuerdo desde pequeñito, es que en mi casa nunca faltaba el periódico del día», explicó a Zenda. Así, Vicente, de pequeño, pasaba largas horas con su progenitor «pasando las hojas del periódico». «Yo creo que ese fue el primer incentivo que tuve por interesarme en esta profesión», apostilló.

A mediados de los años 80, Vallés comenzó con su andadura en la Cadena Ser. «Todavía estaba terminando la carrera, pero empecé a ejercer el oficio y a aprenderlo a base de ver trabajar a mucha gente con la que he tenido la suerte de compartir redacción en varios medios de comunicación. Y gracias a eso, entre mi trabajo y lo que he aprendido al ver trabajar a otros, he ido, lógicamente, mejorando en la manera de ejercer este oficio», concretó. Ahora, puede presumir de tener un trabajo que le ha traído infinidad de alegrías, tanto personales como profesionales. Y es que Vicente es feliz dedicándose a lo que un día fue su vocación. «Y creo que esa ha sido mi mayor satisfacción. Luego, lógicamente, ha habido momentos mejores o peores. Son muchos años de profesión, y no todo es lineal hacia arriba…», aclaró el periodista.
Sí que es cierto que todos en estos años de ejercicio, Vicente ha recibido tanto halagos como críticas. Y es que tiene una forma peculiar y particular, con sello propio, para presentar los Informativos. «Un informativo de televisión es un producto habitualmente corto de tiempo, en torno a media hora / cuarenta minutos y, en ese periodo corto de tiempo, tenemos que ser capaces de decidir cuáles son las cosas que la gente necesita saber, explicárselas bien, y yo creo que otro elemento muy importante de nuestra profesión es poner las noticias en su contexto, en su perspectiva. Creo que es la parte de análisis que nosotros, los periodistas, debemos aportar a la gente», contó en esa entrevista sobre su labor.