El detalle al que se resiste la reina Letizia y que hubiera convertido sus dos looks en «sublimes»
La monarca optó por lucir un vestido blanco, con un pequeño fruncido en la zona del pecho, que combinó con una mantilla

La reina Letizia, en una imagen del homenaje al Papa León XIV. | Redes sociales
La reina Letizia nunca ha sido muy fan de la peineta y la mantilla. Algo que ha demostrado, en estos últimos años, en incontables ocasiones. Al contrario que la reina Sofía quien, por ejemplo, cuando hizo uso del privilège du blanc en su visita a El Vaticano, sí que lució este accesorio, la mujer de Felipe VI ha querido evitarla a toda costa. Es por eso que, tanto en el funeral del papa Francisco como en la misa en honor a León XIV, la reina ha preferido optar por llevar una mantilla, sujeta directamente al pelo. Algo que ha sido muy comentado en las redes sociales y, sobre todo, por expertos, que han defendido que la ausencia de peineta ha sido uno de los mayores fallos de la reina.
Y es que, a nivel de protocolo, Letizia ha cumplido con todo. Para su primera aparición en El Vaticano se decantó por un favorecedor dos piezas en negro con mantilla. Además, en ese caso, y tal y como establece las normas de la ciudad en la que vive el Papa, no hizo uso del privilège du blanc, es decir, la opción que tienen las monarquías católicas europeas de no vestir de oscuro y utilizar el blanco como su color principal. Al tratarse de un funeral, esto no estaba permitido. Algo que si ha podido hacer este mismo fin de semana, en la misa en honor al nuevo Papa. Para la ceremonia, la reina se ha decantado por un favorecedor vestido de Redondo Brand, con una parte fruncida arriba del pecho y con una larga mantilla de encaje que recorría todo su pelo. En esta ocasión, tampoco se ha decantado por una peineta, algo que sí que han hecho otras de las Casas Reales.
La peineta, la gran ausente en los looks de la reina Letizia en Vaticano
Fue en mayo de 2015 cuando pudimos ver a la reina Letizia vistiendo de luto y luciendo mantilla y peineta en un acto de la Guardia Civil en el País Vasco. La reina combinó estos dos accesorios con un favorecedor vestido firmado por Felipe Varela que ya había estrenado. Unos meses antes, coincidiendo con una misa en honor al Apóstol Santiago, Letizia decidió prescindir de la peina y la blonda para sorpresa de todos. Y es que de estos complementos ya se había desprendido antes de ser reina, concretamente en 2011, cuando estuvo presente en la beatificación de Juan Pablo II. De esta manera dejó claro que su idea era la de romper con todo lo establecido, con la anterioridad y dar paso a una etapa más moderna.
Sus antecesoras también habían hecho lo mismo. En el caso de Victoria Eugenia de Battenberg, la nieta de la reina Victoria del Reino Unido y mujer de Alfonso XIII, se vio obligada, en numerosas ocasiones, a lucir esta peineta y velo. Por su parte, Victoria Eugenia apareció, en diversas veces, luciendo una tiara bandeau de Cartier sobre la frente justamente encima del velo, dejando de lado La Peineta. María de las Mercedes, la madre del rey Juan Carlos y mujer de Juan de Borbón, sí que fue una auténtica devota de La Peineta y la mantilla. Es más, para sus bodas de plata, a mediados de los años 60, decidió colocarse estos dos accesorios. Y en su funeral, todas las invitadas acudieron veladas y con peina. En el caso de la infanta Pilar, por ejemplo, usó un par bordado, muy similar a uno de los favoritos de su madre, con flores y medallones. La reina Sofía también tuvo que pasar por el trago de lucir peineta y mantilla. Y lo ha hecho en numerosas ocasiones.
El amor-odio de la Casa Real con la peineta y la mantilla
En la boda de su hija mayor, la infanta Elena, la mujer del rey Juan Carlos decidió colocarse una mantilla de encaje de seda oscura. Es más, ha sido su primogénita la que ha demostrado, en más de una ocasión, de que le encantan este tipo de tocados. En la boda de su hermano, el rey Felipe, Elena se decantó por este estilo, al igual que lo ha hecho la infanta Cristina siempre que el protocolo lo ha requerido. En el caso de la reina Letizia, la mujer de Felipe VI, se estrenó con peineta y mantilla en junio de 2004 en su primera visita oficial a la Santa Sede cuando todavía era papa Juan Pablo II. Una imagen que no ha vuelto a repetirse. Y parece ser que seguirá así, porque en estas dos últimas ocasiones que la reina ha tenido ocasión de lucir estos dos accesorios, lo ha declinado. Aún así, como decíamos, ha cumplido perfectamente con lo esperado.

Aunque eso sí, la utilización de la peneita hubiera sido más recomendable para este último look, en el que optó por una mantilla en color blanco y el pelo suelto. Sin ninguna duda, lo ideal es que la mantilla quede fuera de los hombros, algo que Letizia ha cumplido. Pero, también, es esencial darle el protagonismo necesario a este accesorio. Para ello, la peineta es la mejor opción. Además, de esta manera, se hubiera asegurado que el pelo no sobresalía por los lados al andar, algo que le sucedió a la reina en varias ocasiones. En su ausencia, también podrían haber optado por colocarle un moño.