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Hailey Bieber habla por primera vez de su embarazo sorpresa y de su complicado parto

La mujer de Justin Bieber ha hablado por primera vez de lo mal que lo pasó cuando nació su hijo, Jack Blues

Hailey Bieber habla por primera vez de su embarazo sorpresa y de su complicado parto

Hailey Bieber

En una entrevista con Vogue EEUU, Hailey Bieber, de 28 años, se ha sincerado sobre el nacimiento de su primer hijo con Justin Bieber, llamado Jack Blues Bieber y nacido el pasado 23 de agosto de 2024.

Aunque ella siempre supo que quería tener hijos, el embarazo no llegó en un momento idóneo para ella: “No estaba en condiciones para eso en absoluto… Ahora creo que le pasa a todo el mundo justo cuando tiene que pasar. De verdad, de verdad, lo creo”. El embarazo la transformó de forma física evidente, algo que no le importó, pues seguía con su plan alimenticio y de ejercicio. Sin embargo, hubo un cambio que sí le sorprendió: el de la relación que tenía consigo misma y con el mundo.

“Me costó asimilarlo. Fue una sorpresa, y uno pasa por muchas emociones. Hay ciertas advertencias: tu vida nunca volverá a ser la misma. Cambia para bien, pero no volverá a ser la misma. Nunca volverás a ser solo una persona sin un hijo. Y no serás solo tú y tu pareja, solo los dos. Fue un gran reto mental para mí”, asegura Hailey Bieberen la entrevista.

Hailey Bieber confiesa que tuvo un parto difícil

El embarazo no solo fue un reto para ella, pues el parto no fue sencillo: “Dar a luz fue lo más difícil que he hecho en mi vida”, dice, a pesar de haber pasado nueve meses preparándose diligentemente con ejercicios respiración, acupuntura, yoga, terapia del suelo pélvico, entrenamiento, caminatas, entrenamiento con pesas: “Estaba en esa mierda. Estaba haciendo todo. Me sentí más fuerte físicamente que nunca”.

Pero el parto espontáneo que esperaba no sucedió. Comenzó a perder líquido amniótico a las 39 semanas y le indujeron el parto. Los médicos usaron oxitocina, un medicamento que provoca contracciones, y un balón de Foley, en el que se inserta un dispositivo similar a un catéter en el útero y se infla con solución salina para dilatar el cuello uterino: es una combinación famosa por su incomodidad. “Esa mierda fue una locura. No fue nada divertido. Me rompieron la fuente. Entré en trabajo de parto y estuve de parto durante unas horas. Sin epidural, nada”. Fueron 18 horas de principio a fin, afortunadamente más cortas que las 24 estimadas, y luego allí estaba él, con sus más de tres kilos y medio: Jack Blues Bieber, el bebé con el que había soñado.

Una hemorragia inesperada

Ahí no acabó todo, pues tras alumbrar a su hijo tuvo una hemorragia posparto, que sucede en aproximadamente el 1 al 5% de los partos, y si no se trata rápidamente puede provocar un shock hipovolémico (donde el volumen de sangre disminuye tanto que el cuerpo no puede obtener suficiente oxígeno), insuficiencia orgánica y la muerte. “Lo cual fue un poco aterrador. (…) Confío mi vida a mi doctora. Y por eso tenía la paz de saber que nunca dejaría que me pasara nada. Pero estaba sangrando mucho, y la gente muere, y ese pensamiento te cruza por la mente», ha dicho al respecto.

Los médicos probaron entonces diferentes medicamentos para coagular la sangre; pero nada funcionaba. Se llevaron a su bebé recién nacido rápidamente. Fue entonces cuando comenzó a ponerse “nerviosa”. En la sala de partos, los médicos de Hailey Bieber le insertaron un dispositivo Jada, un aparato de vacío que provoca contracciones uterinas. Dolió, y nadie podía garantizar que detuviera el sangrado, pero tuvo que soportar el tratamiento durante horas. “Quería abrazar a mi bebé. Quería estar con él“, dice sobre la angustiante espera hasta que finalmente estuvo a salvo.

Hasta ahora, nunca contado todo esto públicamente. Pero, para ella, es importante compartir la verdad. Dice que no se arrepiente de nada y que definitivamente quiere al menos un bebé más, tal vez más.

Cómo le cambió el posparto y la maternidad

Como casi todas las mujeres que han dado a luz, Hailey Bieber sintió los “altibajos” del posparto y se montó en la montaña rusa de sus hormonas. Fue duro para ella, pues no siempre reconocía su cuerpo y luchaba contra la dismorfia corporal posparto, un “odio a sí misma” de un nivel que nunca antes había experimentado, tal y como narra en la entrevista. En su punto más bajo, buscaba en los comentarios crueles en internet que confirmaran que se veía tan mal como se sentía. Este sentimiento, aunque ya más liviano, aún la persigue: “Todos los días tengo que decirme a mí misma: ‘Hailey, tuviste un bebé’. Creaste un ser humano. Diste a luz a un ser humano. Está bien. Ten paciencia. Date tiempo“.

Aunque solo ganó 7 kilos, se veía muy mal. Por eso trabajó duro con expertos en fitness para lograr volver a su cuerpo de antes. Sin embargo, spoiler, nunca ocurre tras un parto. Siempre es un cuerpo diferente, ni mejor ni peor. Y es algo que ya ha aceptado la joven: “Cuando la gente habla de ‘recuperarse’, no lo entiendo, porque mis caderas son más anchas, mis pechos son en realidad más grandes que antes. No volvieron a su ser. Y genial, lo acepto, pero no es el mismo cuerpo que era antes“, dice. Y no, nunca se es la misma que antes, ni física ni emocionalmente.

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