El cardiólogo del Emérito desvela las claves de su longevidad: «Evitar personas tóxicas y bailar»
El médico ha publicado su propio libro en el que apunta qué hay que tomar y hacer para vivir más años y de forma sana

El Emérito, en una imagen de archivo. | EP
A pesar de que lleva unos años en un bajo estado de forma, lo cierto es que el rey emérito siempre gozó de una buena salud. Y es que entre sus pasiones han estado distintas actividades que requieren un movimiento constante como es la caza y la vela. Es por eso que, desde muy joven, decidió cuidarse, rodeándose de los mejores médicos. Ahora, a los 87 años, reside en Abu Dabi, aunque suele trasladarse a España con mucha asiduidad. Es más, en sus visitas aprovecha para acudir a las clínicas de sus amigos para seguir adelante con la rehabilitación de sus piernas, que son las que más le fallan. Además, también cuenta con los consejos de su cardiólogo, el doctor Manuel de la Peña, que es uno de sus grandes confidentes.
Ha sido el médico el que ha desvelado, en su libro Guía para vivir sanos 120 años, las claves para una gran longevidad. Y que, resumiendo, lo basa en distintos pilares. «Bailar, oír música, alejarse de las personas tóxicas, tener una vida espiritual plena y una dieta sana» son parte de esta receta que, aunque no es infalible, sí que ayuda a que la persona pueda disfrutar de más años y, sobre todo, hacerlo en unas condiciones óptimas. Sus claves, además, se basan en «evidencias científicas y en historias reales» de personas que él ha conocido personalmente.
Manuel de la Peña, el cardiólogo del Emérito desvela las claves de la longevidad
En sus entrevistas, el doctor ha descubierto que aquellas personas que viven más hacen ejercicio «al menos 20 minutos todos los días y escuchar música, al menos, 30 minutos diarios». Además, también habrá que ponerle especial atención a la herencia genética, es decir, aquellos genes que heredamos y que nos predisponen a enfermedades. La espiritualidad también es otro de los factores clave que destaca el cardiólogo para alargar la vida y que es un factor que se ha encontrado en «prácticamente todas las personas que pasan de los 110 años». «Son personas con una fe muy sólida y todos son creyentes. El resumen -dice- es que con fe es más fácil vivir y es más fácil curarse», apostilla el cardiólogo.
También, con el paso de los años se torna como algo fundamental el uso de complementos para la salud. Así, el cardiólogo recomienda añadir, en el día a día, vitaminas como la B12 o la D -que más que una vitamina actúa como una hormona- y que ayuda a tener un mejor estado de salud físico y mental. Y es que, con el paso de los años, dentro del cuerpo se disminuye la presencia de estas vitaminas. La «caída de funciones intelectuales y cognitivas es mucho mayor y no saben por qué han perdido memoria», apostilla de la Peña. Es por eso que es importante suplementario la alimentación con estas dos vitaminas porque «cuando los niveles suben en sangre, se recupera toda esa capacidad intelectual».
La importancia de la vitamina D, B12 y «bailar y andar a diario»

Y es que la vitamina D se ha convertido en un gran «alimento para el corazón», ya que «los cardiomiocitos, que son las células del corazón, también se alimentan de vitamina D y que las personas que tienen un déficit de vitamina D son más propensas a sufrir un infarto de miocardio». Es por eso que el doctor considera, muy necesario, «tomar suplementos farmacológicos para tenerla (vitamina D) en unos niveles normales y cuando se empieza a tomarlos hay que tomarlos toda la vida» porque «se trata de un déficit mundial y no solo de una cuestión de España». Y es que la presencia de esta en nuestro cuerpo está muy relacionada con la dieta. Por lo que el médico recomienda la introducción, en nuestro día a día, de «productos de la huerta, orgánicos y frescos por productos ultraprocesados y alimentos invadidos por grasa transgénicas».

«Son incompatibles los alimentos sanos y orgánicos con los ultraprocesados a la hora de tener un contenido elevado de vitamina D», aclara el doctor. También, la B12 juega un papel fundamental. «Hay que tenerla cuánto más alta, mejor», apostilla. Y es que su déficit «provoca disminución de la memoria y disminución de las capacidades intelectuales». Lo cierto es que el rey emérito nunca ha negado que no se cuida. Es más, en todos estos años, la salud ha sido una parte fundamental de su día a día. Y es que el Emérito se hace controles clínicos integrales, con pruebas en distintas partes de nuestro país, donde se hace análisis, TAC, tratamientos regenerativos com plasma y revisiones cardiológicas. También, recibió terapias en Suiza después de su fractura de cadena en Botswana. A diario mantiene una rutina de ejercicio con gimnasio, piscina, entrenadores personales y fisioterapia. Además, sigue una dieta baja en grasas, equilibrada y supervisada por su equipo médico. De la misma forma se somete a tratamientos anti-aging.