La discreta segunda boda de Álvaro Rojo, el hijo mayor de Ana Rosa Quintana

La segunda boda de Álvaro Rojo Quintana, hijo mayor de Ana Rosa Quintana, ha acaparado titulares en la prensa española por la ausencia de la presentadora al frente de su programa. Ana Rosa no ha estado ni este jueves ni estará mañana viernes al frente de El programa de AR, por motivos personales, que no son otros que el segundo enlace de su primogénito.

Así, a los 38 años, Álvaro Rojo ha vuelto a dar un paso importante en su vida personal al casarse por segunda vez. El enlace se ha celebrado en la provincia de Cádiz, en un entorno discreto y alejado del bullicio mediático que suele rodear a su familia. En esta ocasión, todo se desarrolló con una notable sobriedad, muy distinta a la boda que protagonizó años atrás.

Un nuevo comienzo en la más estricta intimidad

La celebración ha tenido lugar cerca de Vejer de la Frontera, en un enclave natural y privado que permitió a los novios vivir su día con tranquilidad y privacidad. Lejos de los grandes fastos y de los invitados mediáticos, la ceremonia se centró en lo esencial: el compromiso entre dos personas que han decidido unir sus vidas con discreción, elegancia y autenticidad. La lista de asistentes fue reducida y cuidadosamente elegida, lo que reforzó aún más la atmósfera íntima y privada que envolvió toda la jornada.

Tal es el recelo que rodea toda esta boda que aún no conocemos la identidad de la novia, lo que refleja una clara voluntad de mantener su vida fuera del foco. Tampoco se han compartido imágenes oficiales del enlace ni se ha dado cobertura en revistas del corazón, en contraste con lo que ocurrió en la primera boda de Álvaro, celebrada en 2016, cuando el evento contó con una gran presencia de figuras públicas del entorno televisivo, político y cultural.

Ana Rosa Quintana, madre y madrina

Para Ana Rosa Quintana, esta segunda boda de su hijo mayor ha sido un momento profundamente emotivo. Aunque su trayectoria profesional la ha mantenido durante décadas en el centro de la actualidad mediática, su papel como madre ha sido siempre esencial en su vida. En esta ocasión, Ana Rosa ha ejercido como madrina de la boda, acompañando a su hijo en el camino hacia una nueva etapa con la misma cercanía y serenidad que la caracteriza.

Durante los días previos y posteriores al enlace, Ana Rosa Quintana, como hemos dicho, se ausentará de su programa televisivo para volcarse por completo en el evento.

Una familia unida, alejada del ruido

Álvaro Rojo es el primogénito de Ana Rosa, fruto de su anterior relación con el periodista Alfonso Rojo. A diferencia de su madre, ha llevado siempre una vida profesional y personal alejada de las cámaras. Estudió Derecho y ha desarrollado su carrera en ámbitos poco relacionados con los medios de comunicación. Después de trabajar para varios abogados de renombre, Álvaro abrió su propio despacho, en 2018, especializado en ‘Derecho Penal, Compliance y Derecho Penitenciario’. ˜Desde entonces, ha intervenido en algunos espacios televisivos de Mediaset, siempre como letrado. El pasado mes de marzo dio el salto a televisión a través de Mitele Plus con el espacio Mis días en la cárcel, un programa que presenta con su amigo y también abogado Juan Manuel Mayo y en el que entrevistan a personajes conocidos que han pasado por prisión», detallan desde El economista.

A pesar de que su entorno más cercano está vinculado al mundo televisivo, Álvaro ha mantenido un perfil bajo. Su carácter reservado contrasta con la exposición mediática de su madre, pero complementa bien el estilo sobrio y contenido con el que la familia suele afrontar los momentos importantes.

Junto a Ana Rosa y su esposo, Juan Muñoz, en la boda también estuvieron presentes los mellizos Juan y Jaime, nacidos en 2004, hermanos menores de Álvaro, con quienes mantiene una relación cercana.

Una nueva etapa

Antes de esta nueva etapa, Álvaro Rojo tuvo un primer matrimonio en 2016 con Ana Villarrubia, psicóloga y colaboradora habitual en programas de televisión. La boda se celebró en la localidad extremeña de Jarandilla de la Vera y fue un evento con una notable presencia mediática, dada la proyección profesional de ambos y el entorno familiar. Sin embargo, con el paso del tiempo, la pareja tomó caminos distintos y acabó separándose discretamente. El divorcio se gestionó con total privacidad, sin declaraciones públicas ni conflictos conocidos, en línea con el carácter reservado que Álvaro siempre ha mantenido en su vida personal.

El segundo matrimonio de Álvaro Rojo marca el inicio de una etapa más madura y reflexiva en su vida. Una etapa que quiere vivir en el más estricto anonimato, ya que, como decíamos, ni siquiera ha salido a la luz el nombre de su ya esposa.