El sueño frustrado de Rubén Amón: quiso ser barítono y siempre fue fan de Plácido Domingo
El periodista siempre ha sido un apasionado de la música, por lo que estudió canto en la adolescencia y vivió en Viena

Rubén Amón, en una imagen de archivo. | Gtres
Rubén Amón siempre fue un auténtico apasionado del mundo de la televisión y de la música. El primero fue un sueño que, con el paso del tiempo, cumplió. La segunda cuestión todavía sigue intentándola. Y esto ha hecho que su vida esté marcada por dos grandes referentes; su padre, Santiago Amón, y el músico Plácido Domingo. Durante su trayectoria profesional, Rubén ha colaborado con varios medios de comunicación y, ahora, forma parte de distintos formatos de Antena 3 como El hormiguero o Espejo Público. Es ahí donde comenta temas que tienen que ver con la actualidad y, sobre todo, da su opinión sobre las noticias más candentes, que afectan a la política y a la sociedad.
Rubén nació en mayo de 1969. En toda su carrera ha trabajado en diversos medios de comunicación. Aunque eso sí, la etapa más importante fue cuando trabajó para El Mundo como corresponsal en Roma y París. Además, también fue uno de los enviados especiales a los Balcanes durante la guerra que vivió la región. También, ha trabajado como columnista para El País, aunque en 2019 comunicó su salida del diario. Desde 2015 forma parte del programa Más de uno, junto a Carlos Alsina, que se escucha en Onda Cero. Fue en 2021 cuando fichó por el programa de Pablo Motos, donde participa en la mesa de actualidad, debatiendo sobre temas que preocupan a la población.
La pasión de Rubén Amón por la música

También, el periodista cuenta con una buena ristra de libros publicados. Aunque eso sí, el más especial es Plácido Domingo. Un coloso en el teatro del mundo, en el que hace un total homenaje a uno de sus músicos de preferencia. La biografía fue publicada en el año 2011 y fue escrita desde «la devoción y la admiración» que le provoca el cantante. En la presentación de libro, hace casi quince años, Amón habló de su experiencia más cercana con el músico. Así, contó que había ido a un hotel a entrevistarle, pero que él no presentó. Esto hizo que le dejara su número de teléfono al de recepción con un aviso para Plácido. «Me fui a dormir aquella noche consciente de mi temeridad. Pero a la una de la madrugada sonó el teléfono, lo cogió mi madre y al otro lado estaba Plácido Domingo», confesó.
Durante la confección de su biografía, Amón quiso hablar, en varias ocasiones, con el cantante. «Accedió, leyó mi libro y me hizo algunas observaciones muy razonables y ninguna censura. Sus precisiones han sido muy recomendables», contó Rubén Amón en su momento. Es más, fue el propio Plácido Domingo quien calificó el libro como «sumamente entretenido». Y es que el periodista muestra su devoción por el barítono cada vez que puede. «Impresiona mirar hacia atrás y hacer inventario de una carrera descomunal. 151 papeles distintos. La divulgación planetaria de la zarzuela. Cerca de 4.000 funciones. Un cameo en los Simpson. Su papel de misionero en la ópera como fenómeno de masas. Sus guiños al crossover. Y las proezas que nunca podrán reprocharle los puristas. Wagner. Verdi. Puccini. Bizet. El verismo italiano, el repertorio francés. Y un personaje por encima de todos: Otello», confesó a Onda Cero, coincidiendo con la celebración de sus 61 años sobre los escenarios.
Siempre ha sido fan de Plácido Domingo y ha escrito su biografía
Fue hace unos años cuando surgieron las acusaciones de acoso y abuso hacia Plácido Domingo, unos testimonios de los que él siempre se defendió. Fue el propio Amón quien también dio su opinión, argumentando que había «creído» en la palabra de su amigo. «No puedo arrepentirme de creer en un amigo. Ni de haberlo defendido», apostilló, desvelando que la decepción era «proporcional» a esa devoción que había sentido siempre por él. Tanto es así que, durante muchos años, Rubén quiso ser barítono. Esto hizo que se formara, en su juventud, en canto lírico. Es más, su deseo fue el de ser un músico de renombre y se mudó hasta Viena para perfeccionar más su técnica.
Todo esto hizo que su referente fuera Plácido Domingo, con quien forjó una relación de amistad que le llevó a escribir su biografía. Sí que es cierto que llegó un momento de su vida en el que Rubén tuvo que elegir entre la música y su carrera como periodista y, sin duda, se decantó por lo segundo. Es más, en alguna que otra ocasión ha confesado que era un «barítono de ducha» y que no estaba «a la altura» del repertorio. Aunque sí que es cierto que esta renuncia no le hizo poner más distancia con la música sino que decidió especializarse en ella. Así, puso el énfasis en la crítica musical y la ópera, terreno en el que ha destacado como uno de los más cultos y apasionados cronistas del género en España. Es más, en sus libros ha volcado cada una de sus pasiones.
Su sueño frustrado como barítono

En Dejadme solo expuso la biografía de Jesulín de Ubrique mientras que en Una pasión, una gran minoría hizo un ensayo sobre el Atlético de Madrid. En Sangre, poesía y pasión, que publicó en 2018, realizó una disertación sobre el bicentenario del Teatro Real y en El fin de la poesía mostró un recorrido sobre las bondades de la tauromaquia. Sobre su lado más personal, Rubén estuvo casado en una ocasión y de esa relación nació su único hijo, con quien mantiene una estupenda relación. Además, en 2020 surgieron rumores de que había comenzado a salir con Begoña Villacís, un extremo que nunca ni se confirmó ni se desmintió. Aunque eso sí, a finales de ese mismo año, se publicaron unas imágenes de ambos besándose por las calles de Madrid.