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La vida de Marianne, madre de Joaquín Prat: hijo adicto, fue azafata y rutina en la sierra de Madrid

La madre del presentador de Telecinco se ha sentado esta semana en ‘Y ahora Sonsoles’ para hablar de su hijo Federico

La vida de Marianne, madre de Joaquín Prat: hijo adicto, fue azafata y rutina en la sierra de Madrid

Marianne, ayer en 'Y ahora Sonsoles'. | Antena 3

Joaquín Prat fue uno de los mejores presentadores de la televisión española. Un testigo que ha sabido recoger, a la perfección, su hijo Joaquín, quien lleva casi dos décadas de carrera dentro de Mediaset. Además, en su etapa dentro de la pequeña pantalla, cuenta con la compañía de su hermana, Alejandra, quien se ha erigido como una de las colaboradoras más codiciadas de los últimos tiempos. Ahora, ha sido su madre, Marianne, quien ha querido sentarse en un plató de televisión y ha elegido el programa de Sonsoles Ónega para explicar en qué momento de su vida está y cómo se encuentra.

Fue hace unos años cuando la mujer concedió una de sus entrevistas más personales a la revista Semana. En la misma, habló de su hijo, Federico, quien es «adicto» y ha hecho que toda la familia viva con una preocupación costaste sobre su estado. «Ha tenido un problema de adicciones que a ti te ha dado muchos disgustos, pero es tu pequeño», ha contado en Y ahora Sonsosoles. Una situación que ha descrito como «una pena». «Es muy buena persona, muy educado, a lo mejor le ha pasado por eso», ha apostillado. Ella misma ha reconocido, además, que ha hecho de todo para intentar «curarlo», pero es algo que por el momento él «no quiere». «Lo llevo haciendo muchos años, le he tenido en 20.000 sitios. Cuando no tiene fuerza de voluntad es muy difícil», ha admitido en Antena 3.

El testimonio de Marianne sobre su hijo Federico

Sí que es cierto que, en todo momento, Marianne ha explicado que está «tranquila», aunque reconoce que todo es «muy difícil». «Él es especial. Luchas más porque luchas mucho. Estás luchando contra algo que hagas lo que hagas no sale bien», ha insistido la madre de Joaquín Prat. Además, también ha contado cómo comenzó el tonteo de su hijo con las drogas. «Él navegaba y una noche el capitán puso cuatro rayas en el barco y preguntó: ‘¿Quieres probarlo?’. Y probó. Maldito capitán. Que se lo tome él, pero no que no meta a los demás», ha explicado a Sonsoles. También, la mujer ha confesado que si siguiera vivo su marido -quien murió a mediados de los años 90- nada de esto hubiera sucedido. «Yo le echo en falta siempre, cada día pienso en él, le recuerdo en algo, ellos también. Yo tenía 44 años cuando me quedé viuda», ha apostillado.

Esta no es la primera vez que la familia Prat-Sandberg se confiesa sobre la «enfermedad» de Federico. Fue después de que su madre concediera esta entrevista tan personal en la mencionada revista cuando Joaquín decidió pronunciarse sobre la situación de su hermano. «Hay gente que no se deja ayudar, ni siquiera el cariño de la familia, los hijos o la pareja le sacan del infierno en el que está metido, esto es así. Podemos hablar de la realidad de Camilo o de la realidad de muchas familias, la mía propia… Ojalá encuentre la manera de salir adelante sin tener que pasar por esos ingresos», contó en Ya es mediodía hace años, haciendo referencia, también, al estado del hijo de Camilo Blanes. «Hace más de 12 años que mi madre y nosotros, como hermanos, hemos intentado ayudarle. Acompañándole en numerosos tratamientos de rehabilitación. Centros de toda índole y también en casa. Finalmente, y tras un duro camino, especialmente para mi madre, el propio Fede escogió vivir en el sur y continuar con su adicción», continuó explicando.

Apoyada por Joaquín Prat, enfocada en el legado de su marido y con nietos

Marianne Sandberg junto a sus hijas. Gtres

Mientras tanto, Marianne y el resto de sus hijos siguen llevando una vida de lo más tranquila en Madrid, alejados de cualquier polémica. Fue a comienzos de los 70 cuando Joaquín Prat y Marianne coincidieron en un vuelo. Por aquel entonces, ella, de origen danés y 24 años más joven que el presentador, trabajaba como azafata. Ambos cruzaron «una mirada» y lo suyo fue todo un flechazo. A partir de ese momento, Joaquín decidió luchar por su historia de amor y firmó los papeles de divorcio con su primera esposa, Anne McKiernan, algo que fue especialmente complicado debido a la fe religiosa y la negativa para conceder el divorcio hasta 1984. «Ella se opuso y tardamos dos años más pero por amor superas todo», contó ayer en Y ahora Sonsoles.

Alejandra y Joaquín Prat junto a su madre. Gtres

Además, su relación con Marianne no fue del todo aceptada por la familia, debido a su diferencia de edad. Durante muchos años vivieron entre España y Dinamarca y sus hijos nacieron en territorio danés; Joaquín y Alejandra. Tras firmar el divorcio, la pareja consiguió casarse y se mudaron a Madrid donde nacieron Federico y Andrea.

Fue en abril de 1995 cuando Joaquín Prat sufrió un infarto durante la grabación de Cómo lo veis que acabó con su vida después de dos meses en coma. En aquel momento, Marianne se quedó viuda, a los 44 años, con cuatro hijos pequeños, convirtiéndose en el pilar de la familia y, sobre todo, siendo una persona muy disecar y fuerte. Marianne nunca volvió a casarse y ha expresado públicamente que su corazón siempre será del hombre que conoció en aquel vuelo. Desde entonces ha dedicado su vida a criar a sus hijos y preservar el legado de Joaquín, guiándolos con discreción y elegancia. Ahora, Marianne está centrada en cuidar el legado de su marido y, también, se dedica al mundo «de la comunicación», como contaron en la revista ¡Hola!. Marianne vive lejos de los medios, en una pequeña localidad de la sierra de Madrid, centrada en la crianza -ya adulta- de sus hijos y en cuidar de sus nietos.

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