La vida rural de Macarena Gómez en un molino del siglo XVIII: en Gerona y rodeada de alpacas
Después del confinamiento, la actriz decidió trasladarse al Alto Ampurdán para que su hijo tuviera una vida tranquila

Macarena Gómez, en una imagen de sus redes sociales.
Macarena Gómez nunca se sintió cómoda viviendo en el centro de Madrid. Es por eso que cuando formó una familia decidió emprender una vida rural en un bonito molino del siglo XVIII en la zona de la Alta Ampurdán en la provincia de Gerona. Allí vive junto a su marido, Aldo Comas, y su hijo, Dante, en una rutina rodeada de animales y mucha naturaleza. Y es que, además, su casa es un lugar especialmente bonito, romántico y con toques tradicionales que combinan a la perfección con su estilo de vida más moderno y arriesgado. Y es que ambos han dejado claro que lo normal y lo típico no va con ellos y, por eso, con su matrimonio han decidido romper todas las reglas.
Los dos han mostrado siempre un espíritu más libre, creativo y rebelde que, como comentan en El Español, es lo que siempre ha definido al matrimonio. Unos detalles que suelen plasmar en su vestuario que, normalmente, está caracterizado por mucha vitalidad, infinidad de colores y, sobre todo, una gran cantidad de originalidad. Es por eso que su día a día no podía ser de otra manera y han querido llevar esa forma de ver el presente, también, a su casa. A través de sus redes sociales, la actriz ha mostrado cómo cuida de sus animales, entre los que se encuentran caballos, ovejas y alpacas, y cómo, también, disfruta del entorno en el que vive y de una bonita piscina con vistas.
La actriz Macarena Gómez reside en un bonito molino del siglo XVIII
Fue hace unos años cuando tanto la actriz como su marido, Aldo Comas, decidieron reconvertir un molino en una granja moderna y con mucho carácter. Ahí han combinado tanto ese toque más natural con otro que le proporcionan las obras de arte que tienen repartidas por toda la casa. Esta se ubica, además, en una zona privilegiada; en la del Alto Empurdán, en la provincia de Gerona, y que fue el lugar donde también habitaron otras personalidades de renombre como Picasso y que, sin duda alguna, le han aportado a Macarena Gómez un aire más pintoresco. En los alrededores del molino, la familia no solamente cuenta con una gran variedad de animales sino que, también, tienen plantados distintos árboles frutales, así como un gran huerto, donde cultivan infinidad de variedades que incorporan en su día a día.
Sí que es cierto que la primera idea de Macarena Gómez y su marido fue la de utilizar este lugar como una residencia de vacaciones. Pero, el paso del tiempo y el estrés de la gran ciudad, hicieron que tomara la decisión de mudarse hasta esta zona de España. Fue el confinamiento lo que marcó un antes y un después en su vida, entendiendo que su hijo necesitaba vivir cerca de la naturaleza y no bajo el calor y el estrés del asfalto. Además, Macarena también se crio en un entorno rodeado de campo, por lo que siempre ha querido lo mismo para su pequeño. El interior de la casa está perfectamente diseñado para ofrecer mucha comodidad y, sobre todo, un entorno en el que sentirse como en casa. Es por eso que la propia actriz reconoció que utilizó los sofás como el primer punto para construir la decoración. Esta, además, muestra, al 100% su personalidad, combinando distintos colores y texturas. Cuenta, también, con unos grandes ventanales que dan al exterior y que permite que la luz entre en cada uno de los rincones de la vivienda.
Su vida en el Alto Ampurdán junto a su marido y su hijo Dante
Aunque, sin duda alguna, la mayor joya está en el exterior con infinidad de árboles y plantas que se han convertido en las auténticas protagonistas. También, tiene lugar para criar a sus ovejas, alpacas, caballos y un cerdo, que, también, forman parte de su familia. Esta zona también tiene un antiguo granero que tanto Macarena como su marido han transformado, convirtiéndolo en un loft muy moderno para invitados. También, es el estudio de arte para Aldo y donde pasa la mayor parte de su tiempo. Tanto este como la vivienda principal sigue manteniendo los elementos arquitectónicos históricos, como muros originales y grandes ventanales que integran la naturaleza en el interior.
Sí que es cierto que su trabajo hace que Macarena tenga que trasladarse con cierta frecuencia a Madrid, lo que hace que su vida discurra entre la capital, Córdoba y Gerona. Entre semana suele quedarse en Cataluña para estar junto a su hijo Dante y llevar a cabo ese ritmo escolar rural que ellos mismos han elegido. Durante los fines de semana prioriza el contacto con la naturaleza. Es por eso que Macarena ha construido en el Alto Ampurdán una vida que combina tranquilidad rural, crianza consciente, arte familiar y naturaleza. Su hogar —un antiguo molino rodeado de animales— no solo es un refugio de paz donde pretende darle a su hijo una infancia plena sino también un espacio desde el que gestionar una vida familiar, laboral y creativa en constante equilibrio entre ciudad y campo.
La zona del Alto Ampurdán acoge algunas playas y calas más bonitas y menos masificadas de la Costa Brava. Además, cuenta con lugares emblemáticos como Cadaqués, Port de la Selva, Roses o Llançà ofrecen aguas cristalinas, acantilados escarpados y pueblos de pescadores con encanto. Es una zona volcánica protegida de gran belleza salvaje, con senderos, acantilados y calas rocosas. Fue allí donde se inspiró Dalí, ya que vivió allí gran parte de su vida. El interior del Alto Ampurdán es un mosaico de campos, viñedos, olivares, masías -casas rurales tradicionales catalanas- y pequeños pueblos medievales como Peralada, Castelló d’Empúries o Sant Llorenç de la Muga. Además, es una zona que combina lo agrario y lo rural con un ambiente artístico y bohemio. Tiene, también, una fuerte vinculación vinícola con muchas bodegas y catas y con una alta cocina presente.