Ana Botín, más allá del Santander: dura pérdida y su matrimonio a distancia con un marqués
La mujer más poderosa del mundo financiero se casó con Morenés en los 80 y tiene tres hijos banqueros

La vida personal de Ana Patricia Botín. | Una ilustración de Alejandra Svriz
Ana Botín es una de las mujeres más poderosas de nuestro país. Su puesto como presidenta del Banco Santander, miembro del consejo de administración de Coca-Cola y presidenta ejecutiva de Banesto han hecho que amase una fortuna de algo más de 60 millones de euros. Sobre todo lo que tiene que ver con su vida personal, Ana siempre ha sido una mujer muy discreta y ha intentado mantener su parcela más íntima en un segundo plano. Es más, de lo poco que conocemos fue gracias a su paso por Planeta Calleja, donde le contó a Jesús Calleja varios aspectos de su vida con todo lujo de detalles.
Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola O’Shea nació hace 64 años en la ciudad de Santander, hija del banquero español, Emilio Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos y de Paloma O’Shea, I marquesa de O’Shea. Sus primeros años de vida fueron en una de las familias con más poder financiero del mundo. Cuando era pequeña asistió a un internado católico, de niñas, en Ascot. A mediados de los años 80, se graduó en Economía en el en el Bryn Mawr College, en Estados Unidos. Además, también hizo Finanzas en Harvard, lo que le llevó a construir un perfil profesional más internacional.
La infancia y la vida universitaria de Ana Botín

Al principio de su carrera laboral, Ana Botín rechazó incorporarse al Banco Santander y quiso empezar a trabajar de forma autónoma con respecto a su familia. Es por eso que comenzó en JP Morgan, en la ciudad de Nueva York, donde estuvo durante siete años, desde 1981 hasta 1988. Gracias a este trabajo tuvo la capacidad de enfocarse en banca de inversión, fusiones y adquisiciones. Algo que no fue especialmente fácil, ya que, por esa época, el mundo de las finanzas era exclusivamente de hombres. No fue hasta finales de los años 80 cuando entró en el Banco Santander y lo hizo como asesora financiera. En poco tiempo demostró todo lo que había aprendido en sus estudios y en sus prácticas laborales, mostrándose como una persona con grandes propuestas en estrategias de crecimiento agresivo en banca corporativa y de inversión.
No quiso comenzar su carrera laboral en el Banco Santander
En 1992, Ana Botín se convirtió en directora general del banco y en 1999 lideró la creación de Santander Direct, una iniciativa con la que quiso impulsar la banca online. En esos tiempos, mientras el banco absorbe entidades y consolida su poder en España y América Latina, Ana Botín afianza su posición como la heredera técnica de Emilio Botín, aunque sin el título aún. En 2010 fue enviada a Reino Unido a dirigir la filial Santander UK, tras la fusión de Abbey National, Alliance & Leicester y Bradford & Bingley. Además, lo hizo con un objetivo claro; consolidar, sanear y crecer. En tan solo cuatro años consiguió; modernizar la banca minorista británica del grupo, incrementar la rentabilidad, pese a la presión regulatoria post-crisis y posicionar a Santander UK como una de las cinco grandes entidades del país. Este éxito hizo que fuera uno de los nombres que más sonaban para la presidencia del banco.

Tras el fallecimiento, de forma repentina, en el año 2014, de Emilio Botín, Ana Botín fue elegida por el consejo para sucederlo y aquí comenzó su verdadera etapa como líder global. Llevó a cabo distintas remodelaciones, sobre todo lo que tiene que ver con la proyección internacional del grupo. Así, implementó una profunda reestructuración cultural y tecnológica con más transparencia, mejora del gobierno corporativo y enfoque en el cliente y la digitalización. Además, lanzó el lema Simple, Personal, Fair con el que intentó humanizar la banca. De esta manera, también cerró operaciones menos rentables y apostó por plataformas tecnológicas comunes. También, decidió reforzar la presencia de Santander en América Latina, especialmente en Brasil, México y Chile.
Ana Botín ha conseguido ser una líder global y relanzar Santander
Además, Ana Botín también apostó por la digitalización y compra Openbank, lanzó Santander X -para startups-. En 2017, intentó adquirir Banco Popular; lo logró por 1 euro, pero debe recapitalizarlo con 7.000 millones de euros, una jugada arriesgada pero decisiva. De esta manera, bajo su liderazgo, Santander se convirtió en uno de los bancos más digitales del mundo, con más de 50% de clientes operando online y se comprometen con los criterios de sostenibilidad. Hoy en día es una líder global de primer nivel, presidiendo el Grupo Santander con más de 160 millones de clientes, con presencia en más de 10 países, y uno de los balances más sólidos del sector.
Según la revista Forbes, Ana Botín es considerada como una de las mujeres más poderosas del mundo en negocios. Su patrimonio neto ronda los 70 millones de dólares y en 2024 recibió un paquete de compensación total de 13,77 millones de euros, que incluyó un salario en efectivo, acciones, pensión y otros beneficios. Además, la familia Botín posee unas 188,8 millones de acciones de Santander, valoradas en más de 1 000 millones de euros. Según The Olive Press, Ana Botín figura como la persona más rica de Cantabria, con un patrimonio estimado en 2.130 millones de euros. Además, Ana Patricia Botín es miembro del World Economic Forum, del Institute of International Finance y del consejo de Coca-Cola. En 2024, fue reelegida por el consejo de administración con apoyo mayoritario, con una remuneración de 13,8 millones de euros.

Su estilo laboral puede ser definido como reformista y tecnócrata, obsesionada con la eficiencia, la diversidad de género y el impacto social y capaz de mantener unido un grupo enorme, familiar y global, en plena era digital y bajo presión regulatoria. Y es que Ana Patricia Botín no solo heredó un banco, lo transformó. Pasó de ser «la hija del jefe» a convertirse en una de las banqueras más influyentes del siglo XXI, dirigiendo uno de los mayores bancos de Europa con visión de futuro, audacia estratégica y vocación internacional.
Se casó con un marqués en 1983 y juntos han tenido tres hijos

Sobre su lado más personal, Ana Botín, en 1983, se casó con el ingeniero agrónomo Guillermo Morenés y Mariátegui, hijo del noveno marqués de Borghetto y vinculado a la alta nobleza española. Juntos han sido padres hasta en tres ocasiones; de Felipe, Javier y Pablo Morenés Botín, todos activos en el mundo empresarial. Sí que es cierto que, durante sus primeros años, su relación con Guillermo, como le conocen cariñosamente, fue a distancia, ya que ella vivía en Estados Unidos. Finalmente se casaron tras una petición de matrimonio por teléfono. Su matrimonio es uno de lo más sólidos del patrimonio actual y, con el paso del tiempo, han ido adquiriendo distintas propiedades alrededor del mundo. Así, son dueños de una finca en Ciudad Real y en 2010 compraron una mansión en Londres, en Belgravia. Además, también tienen una casa de vacaciones en la localidad suiza de Gstaad, donde organizan distintas fiestas para la élite española.
El matrimonio mantiene una relación a distancia; él vive en Londres y ella, en Madrid
Ahora, Ana Botín y Guillermo siguen manteniendo una relación a distancia; él vive en Londres mientras que ella lo hace en Madrid. «Cuando nos casamos decidimos que la familia, la casa, los hijos, siempre lo íbamos a compartir todo al cincuenta por ciento. Si no no habría podido hacer mi trabajo», confesó a Jesús Calleja en 2020. En ese mismo programa contó que se había mudado desde Estados Unidos a España de forma precipitada tras perder a una hija «en un embarazo». Ese trágico episodio la llevó a cambiar de rumbo profesional y regresar a España. Además, en el formato también se reconoció como feminista y muy interesada en el cambio climático. «Para cambiar el papel de las mujeres hay que contar con los hombres porque los hombres sois los que mandáis en el mundo», confesó a Calleja.

En esa entrevista, Ana Botín también habló de sus padres. Sobre Emilio confesó que como padre era «buenísimo», pero como jefe tuvo con él «sus más y sus menos». Sobre su progenitora, siempre tuvo palabras de halago. Ella es la mayor influencia de su vida y siempre estuvo a su lado, también en los peores momentos. En su tiempo libre, Ana practica distintos deportes como el golf o el trekking, y es muy competitiva; prefiere estar siempre conectada para no perder el pulso de su trabajo. Su vida privada se caracteriza por la discreción absoluta: pocas entrevistas sobre su familia, escasa exposición pública salvo una imagen familiar en Instagram al cumplir 60 años, donde mostraba a su marido, sus tres hijos y su madre. Su círculo más íntimo, además, la conoce como «Ana P.» y mantiene una privacidad rigurosa en redes sociales e interacciones públicas.
Así son Felipe, Javier y Jaime, sus tres hijos
Sus hijos también han seguido la estela de la discreción. El mayor, Felipe, nació en 1986 y en 2016 se casó con Julia Puig, heredera de la firma de perfumes y moda Puig. El joven estudió Política Económica en la Universidad de Georgetown y empezó su carrera en bancos como UBS y el fondo Lone Star, y en 2018 fundó Stoneshield Capital, con inversiones en real estate, private equity y logística. En 2023 se incorporó como consejero suplente al consejo de Santander México, lo que sugiere que podría seguir los pasos de su madre en un futuro. Además, tiene dos hijas. Javier, su segundo vástago, vive en Boston y está muy ligado al sector financiero. Se le describe como un profesional discreto, especializado en banca o banca de inversión. El pequeño, Pablo, está vinculado también al sector financiero, con experiencia en firmas como Credit Suisse, Blackstone, y PJT Partners. Además, vive en Londres. Los tres comparten gustos por el deporte y la vida social: participan en las tradicionales fiestas navideñas del grupo en Gstaad (Suiza).