Así será el día a día de Santos Cerdán en Soto del Real: del poder político a la rutina carcelaria
¿Cómo es la vida que le espera dentro de los muros de una de las cárceles más conocidas de España?

Santos Cerdán | EP
El nombre de Santos Cerdán, hasta hace poco secretario de Organización del PSOE y uno de los hombres más cercanos a Pedro Sánchez, ha pasado a figurar, desde este lunes 30 de junio, en los partes internos del Centro Penitenciario Madrid V, más conocido como Soto del Real. El Tribunal Supremo ha decretado su ingreso en prisión provisional, sin fianza, por su presunta implicación en una trama de corrupción que podría haber desviado cientos de miles de euros en adjudicaciones públicas.
Pero, al margen del impacto mediático y las lecturas políticas, ¿cómo es la vida que le espera dentro de los muros de una de las cárceles más conocidas del sistema penitenciario español? Lo vemos.
Las celdas son de 10 metros cuadrados
En la cárcel de Soto del Real, situada en la sierra madrileña, cada día comienza con una sirena que suena a las 7:30 de la mañana. A esa hora, los internos, sin excepción, deben estar de pie. Aunque no se sabe exactamente qué condiciones tendrá Cerdán en la cárcel, todo apunta a que será un preso más, así que su despertar será en una celda de unos 10 metros cuadrados, probablemente individual al tratarse de un preso preventivo.
Tras asearse y recoger su espacio —una litera, una mesa metálica y un pequeño baño—, el desayuno se sirve en el comedor del módulo. Allí los presos disponen de café, pan y algo de embutido. Luego, la mañana se reparte entre actividades laborales, talleres formativos o tareas internas, como la limpieza de instalaciones. También puede acceder a la biblioteca o a programas educativos.

Como preso sin condena firme, Cerdán ha ingresado en el módulo de preventivos, separado de los penados. Allí la convivencia es más cautelosa. La dirección suele extremar la vigilancia con internos de alto perfil político o mediático para evitar conflictos, filtraciones o agresiones.
Durante los primeros días, se estima que Cerdán pasará por un proceso de clasificación: entrevistas con el médico, el psicólogo y un trabajador social que elaboran su plan individual de tratamiento. De momento, no podrá recibir más que llamadas y visitas autorizadas, siempre bajo control. El vis a vis, por tanto, parece que queda lejos, al menos por ahora.
La tarde en prisión: patio, deporte y encierro
Tras la comida, que se sirve en torno a las 13:30, los internos disponen de un breve descanso en su celda antes de retomar actividades. El patio de la tarde, de las 16:30 en adelante, suele ser el momento más relajado del día. Algunos presos juegan al fútbol o baloncesto, otros simplemente caminan o charlan. Cerdán, acostumbrado a las largas jornadas políticas, encontrará aquí otro tipo de rutina, más solitaria, lenta y repetitiva. A las 19:30 se cena, y a las 21:00 todos deben estar encerrados en su celda. A las 22:00 se apagan las luces. El silencio se impone.
Visitas controladas, limitadas y programadas
Uno de los pocos vínculos que un interno mantiene con el exterior son las visitas. En Soto del Real, cada preso puede recibir una visita de comunicación ordinaria una vez por semana, con una duración máxima de 40 minutos y siempre detrás de un cristal. Los visitantes deben estar previamente autorizados y registrados en el expediente del interno. En el caso de Santos Cerdán, sus primeras visitas —familiares directos o personas de confianza— estarán bajo especial control, debido a su condición de investigado y al riesgo de filtración de información.
El vis a vis, ese encuentro en una sala cerrada sin vigilancia directa, solo está permitido tras pasar por un periodo mínimo de convivencia en el centro y con autorización expresa. Para un preso preventivo recién ingresado como Cerdán, esta opción no estará disponible a corto plazo. Las llamadas telefónicas también están restringidas: un máximo de cinco a la semana, de cinco minutos cada una, a números previamente validados. Todo contacto está registrado, salvo con su abogado, que puede visitarle sin límites y sin intermediación.

Cerdán no es el primer político que acaba en Soto del Real. Esta cárcel ha albergado a rostros conocidos de la política y los negocios: desde Rodrigo Rato y Luis Bárcenas hasta Oriol Junqueras o Sandro Rosell. Para algunos, incluso, fue un trampolín de exposición mediática. Para otros, una losa de la que nunca se libraron. En el caso de Santos Cerdán, lo que empezó como una comparecencia ante el juez ha terminado con una orden de prisión por riesgo de fuga y destrucción de pruebas. Se le investiga por presuntos delitos de cohecho, organización criminal y tráfico de influencias.