Leonor hereda la 'mala pata' de su madre con el calzado: se ve obligada a llevar botas especiales
La princesa reapareció esta semana en la Blas de Lezo con unas zapatillas de deporte en vez del calzado reglamentario

La princesa Leonor, en su llegada a Gijón esta mañana. | Gtres
Este miércoles, Casa Real compartió las primeras y últimas imágenes de la princesa Leonor a bordo de la fragata Blas de Lezo. La hija mayor de los Reyes embarcó el pasado mes de junio y ha estado en el buque militar durante algo más de dos semanas. En las fotos, distribuidas por la Zarzuela, se puede observar a la princesa junto a sus compañeros en el puesto de mandos, así como haciendo distintas maniobras con el helicóptero y guardias nocturnas. Aunque eso sí, hay un detalle que llama especialmente la atención; la princesa lleva un calzado distinto a lo habitual y, sobre todo, al que luce el resto de sus compañeros. Algo que se asemeja a su madre, la reina Letizia, quien ha sufrido varios problemas de salud con sus pies, que le llevó a decir ‘adiós’ a sus tacones.
Al parecer, tal y como confirman en Monarquía Confidencial, la princesa habría sufrido un problema en sus pies que le habrían llevado a cambiar de botas. Esto provocó que, durante estos últimos días, Leonor haya cambiado su calzado militar reglamentario por unas zapatillas deportivas. Lo cierto es que esto no está prohibido, dentro de la formación militar, pero sí que es verdad que se suele recomendar otro tipo de calzado que tendrá, sobre todo, un mejor agarre y amortiguación, algo que ha sido fundamental durante estos últimos días, en los que ha tenido que hacer frente a nuevas tareas y retos.
Leonor no lleva las botas militares y ha optado por deportivas

Lo cierto es que el cambio de calzado no se trata de un privilegio por su condición sino a una recomendación que es estrictamente médica. Y es que es una situación que suelen recomendar los médicos que van en el barco cuando un cadete sufre heridas, ampollas, esguinces o dolencias relacionadas con el uso continuado de botas militares, que suelen ser especialmente rígidas. Es por eso que, en los casos que estas sean especialmente molestas, sí que se produce lo que se conoce como «rebaje de botas». Este permiso, que ha vivido Leonor, consiste en autorizar el uso de calzado alternativo, normalmente que es más cómodo y traspirable, hasta que el guardiamarina afectado se recupere por completo.
Estas heridas en los pies suelen producirse cuando no se tiene cierto hábito con el calzado militar, algo que le suele suceder a los cadetes en sus primeros meses. En estos casos, el servicio médico evalúa la situación y decide evaluar la situación del estudiante y decide si procede o no conceder el rebaje, así como el momento adecuado para volver a utilizar el uniforme completo, incluidas las botas, tal y como confirman en el mencionado portal. «La princesa Leonor ha recibido exactamente el mismo trato que el resto de sus compañeros. No hay trato diferencial. La autorización para llevar zapatillas es una medida médica preventiva para facilitar la recuperación de heridas en los pies, nada tiene que ver con su posición institucional», apuntan a Monarquía Confidencial, fuentes próximas a la instrucción naval.
Su excepción por prescripción médica

Esta situación, de forma general, no afectan a la calificación o el desempeño académico o militar de los cadetes. Es más, tal y como subrayan, la instrucción militar «busca la formación integral, pero también se preocupa por cuidar la salud de los aspirantes». Es por eso que el uso de este tipo de calzado no ha afectado, en nada, a las tareas que ha tenido que realizar Leonor, tanto dentro como en la cubierta de la fragata. Cabe destacar que, en toda su formación, la princesa no ha vivido ningún trato de favor, algo que dejaron claro desde un primer momento desde la Casa Real, donde apuntaron que Leonor sería una más junto a sus compañeros. Así, parece ser que el problema de Leonor con las botas es algo transitorio y no vivirá la cantidad de inconvenientes que tiene su madre con el calzado.
Los problemas con el calzado de la reina Letizia

La reina sufre, desde hace años, cierto problemas en los pies, derivados por el uso prolongado de tacones altos y de calzado estrecho. Una de sus primeras complicaciones fue la metatarsalgia crónica, una inflamación en la parte anterior del pie que provoca dolores al caminar o al estar de pie. Esto está causado por llevar un calzado no adecuado, como tacones altos o de suela fina, que lo que hace es desplazar la presión hacia los metatarsianos. También, Letizia ha vivido un neuroma de Morton, es decir, una inflamación de los tejidos alrededor de un nervio, que suele doler, de forma general, entre el tercer y el cuarto dedo. Esto provoca sensaciones de quemazón, hormigueo o la sensación de tener una piedrecita dentro del zapato. Fue diagnosticada de esta problemática en 2023.
A mediados de 2024, la reina sufrió una fractura breve del dedo central del pie derecho debido a un accidente doméstico. Letizia fue tratada con atención conservadora; inmovilización -sindactilia terapéutica-, hielo y calzado cómodo. Para afrontar los dolores y, sobre todo, una adecuada recuperación, ha cambiado su calzado, reduciendo el uso de tacones altos, optando por zapatos de tacón bajo, flats, mocasines, bailarinas y calzado más cómodo como los sneakers. También, ha hecho uso de plantillas ortopédicas, almohadillas, infiltraciones antiinflamatorias y reposo. En eventos más formales, como la cena de Estado en Ámsterdam en abril de 2024, pidió sentarse durante el saludo protocolario para mitigar el dolor.

Por el momento la reina sigue tratamientos no invasivos y descarta ir al quirófano. No obstante, los especialistas admiten que si los síntomas empeorasen, la cirugía para tratar el neuroma sería una opción viable, con una recuperación rápida -dos semanas sin apoyo completo y vuelta a la rutina en un mes-.