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Silvia Intxaurrondo, a sus 45 años: «Mi padre es de este pueblo de Vizcaya, un lugar inhóspito»

La presentadora de TVE pasaba parte de sus veranos en una localidad vasca, en la que se inspiró para su última novela

Silvia Intxaurrondo, a sus 45 años: «Mi padre es de este pueblo de Vizcaya, un lugar inhóspito»

Silvia Intxaurrondo, en una imagen de archivo. | Gtres

Silvia Intxaurrondo es uno de los rostros más conocidos de televisión. La periodista lleva las riendas de La hora de La 1 desde hace unos años, una labor que comparte con su compañero, Marc Sala. En todo este tiempo, la presentadora ha reivindicado siempre sus orígenes vascos. Como ya contamos en THE OBJECTIVE, Silvia se crio en la localidad vasca de Santurce, a donde sigue viajando cada vez que tiene un poco de tiempo libre. Allí se deja ver junto a sus dos hijos y a su marido, Farouk, manteniendo un estrecho vínculo con los suyos. Es más, en estos últimos meses, la periodista se ha acordado, en alguna que otra ocasión, de su abuelo, de su padre y los lugares donde vivió los mejores años de su infancia.

En una entrevista con El periódico de Aragón, para promocionar su último libro, Silvia confesó que se había inspirado para escribirlo en varios de esos lugares entre Zaragoza y Vizcaya. «Mi abuelo materno era de Sástago. Vivió aquí hasta los cinco años, cuando su madre fallece y su padre Tomás se lo lleva a Vizcaya, en concreto a Santurce, para mirar y buscar oportunidades. Y me acuerdo de que es el hombre que durante la infancia me llenaba la cabeza de historias. Me hablaba muchísimo de Sástago, de cómo lo abrazaba el río Ebro y siempre me imprimió en la retina una imagen tierna de Zaragoza», confesó en el mencionado diario, admitiendo que esta pequeña localidad siempre le había traído buena suerte.

El pueblo vasco donde creció el padre de Silvia Intxaurrondo

Por su parte, su padre de Silvia Intxaurrondo es de Sopuerta y se convirtió en la mayor inspiración para su novela. «Lo elegí porque necesitaba un entorno que me proveyera, por un lado, de un paisaje atractivo para el lector, con algunos elementos vinculados con la superstición y que fuese un paisaje envolvente y que estuviese relacionado con la crueldad de la historia. Es un paisaje inhóspito, digamos, en algunos momentos del invierno», contó a El periódico de Aragón. La localidad de Sopuerta se encuentra en la comarca de Las Encartaciones, en Vizcaya, y es un espectacular cruce entre historia, naturaleza y cultura local. Se encuadra en un valle montañoso surcado por el río Mercadillo y rodeado de montes como Alén (805 m), Mello y Longuitas.

Además, cuenta con infinidad de rutas de montañismo y senderismo, que van desde la más exigentes a las más fáciles, como las que llevan al valle de Artzentales o el propio monte Alén. Se trata de un pueblo de origen prehistórico -Cueva de los Franceses/Paleolítico- y luego paso de la calzada romana Pisoraca, con vestigios a lo largo del municipio. Además, durante la Edad Media fue un lugar estratégico y esto ha hecho que conserve numerosas torres banderizas (Garay, Puente, Urrutia…) y palacios de familias nobles. Por su parte, el barrio de Avellaneda alberga la histórica Casa de Juntas (siglo XIV–XVI), hoy Museo de las Encartaciones. También, hay que tener en cuenta que Sopuerta tiene en su haber una fuerte memoria minera; antiguos hornos de calcinación (Catalina, Juliana, Amalia en Mercadillo/Alén) están declarados monumentos artísticos.

Sopuerta también le sirvió de inspiración para su novela

Silvia pasó mucho tiempo en la localidad vasca de Sopuerta. Turismo de Euskadi

El viejo trazado del ferrocarril minero a Castro‑Urdiales ahora forma parte de senderos en desuso, como la Vía Verde Montes de Hierro. Sus monumentos religiosos también tienen un valor incalculable como la Iglesia de San Martín, del siglo XIV y de estilo gótico, y otras parroquias como San Bartolomé, San Pedro o Santa María (s. XVII) con valiosos retablos. Durante el mes de agosto se celebra la fiesta de San Roque, con ferias ganaderas y ambiente tradicional. Para Silvia, esta localidad vasca sigue teniendo un significado muy especial. Es el pueblo natal del padre de Silvia Intxaurrondo y de sus abuelos paternos, y fue una parte importante de su infancia. Ella misma reconoce que recorría «la calle de mi abuela La italiana, el bar del pueblo o el barrio de las casas donde mi padre tenía el caserío».

Además, su última novela, Solas en el silencio, está ambientada en Sopuerta y utiliza todo el simbolismo de ese entorno rural: clima húmedo, frío, superstición, galerna… elementos que Silvia Intxaurrondo necesitaba para generar esa atmósfera opresiva y envolvente. Hace unos meses viajó de vuelta al pueblo para presentar el libro, realizando firmas en el bar local y compartiendo con los vecinos, a quienes describió como un «pueblo de novela». Y es que hay que tener en cuenta que para ubicar su novela, Silvia no escogió un lugar al azar, buscaba un escenario conocido que no fuera confortable para el lector y donde el silencio colectivo fuera verosímil. Es por eso que Sopuerta se convierte en algo más que un lugar físico: es el corazón emocional y temático de su historia, donde las raíces familiares, el entorno rural y la memoria del pueblo nutren la trama y sus personajes.

Así, Sopuerta es es fundamental para Silvia Intxaurrondo. No solo representa su herencia familiar y recuerdos personales, sino que también aporta a su novela el clima, la atmósfera y el silencioso drama comunitario que necesitaba para contar su historia. Es un lazo profundo entre vida y literatura. Su vida la pasó Silvia en la localidad vasca de Santurce, una localidad cerca de Baracaldo, en Vizcaya. Creció en un hogar modesto, donde el valor que sus padres depositaron en su educación fue fundamental: «Vengo de una familia humilde, y mis padres fiaron todo a mi educación», contó en una ocasión. Desde muy joven, además, demostró su pasión por los medios de comunicación, estando al tanto, por ejemplo, de algunos eventos importantes de la sociedad como la Guerra de Bosnia. En sus redes sociales ha compartido infinidad de imágenes sobre su vida en Santurce, especialmente del puerto, una de las joyas de la localidad.

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