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Suso, el maestro de Yolanda Díaz: tres hijos, unido a su nieta y su matrimonio con Carmela

El sindicalista y padre de la actual ministra de Trabajo ha muerto, a última hora de este martes, debido a un cáncer

Suso, el maestro de Yolanda Díaz: tres hijos, unido a su nieta y su matrimonio con Carmela

Yolanda y Suso Díaz. | EP

Ángel Díaz, más conocido como Suso Díaz, ha muerto este martes en Galicia. El histórico sindicalista y padre de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha fallecido, a los 80 años, tras no poder superar un cáncer. El hombre se había quedado viudo hacía más de una década y se había volcado mucho en la carrera política de su hija. Además, estaba muy unida a su nieta, a la única hija de Yolanda, Carmela, quien heredó el nombre de su abuela y por quien viajaba hasta Madrid de forma frecuente. Lo cierto es que la líder de Sumar siempre se ha mostrado muy orgullosa de su progenitor, con quien mantenía una relación muy estrecha, y a quien consideraba un referente y maestro en la lucha por los derechos sociales de los trabajadores.

Suso Díaz fue una figura central en el sindicalismo gallego y español del último tercio del siglo XX e inicios del XXI. Su trayectoria, además, está profundamente marcada por su militancia obrera, comunista y antifranquista. El hombre nació en la ciudad de Ferrol, a mediados de los años 40, y estuvo siempre muy vinculado a su tierra. Orgulloso gallego, nació y creció en un lugar que estaba muy relacionado con la figura de Franco y, también, con la actividad y las huelgas por parte del sector naval. Fue a los 14 años cuando consiguió su primer trabajo como aprendiz en Astano, los astilleros de la ría de Ferrol.

Quien era Suso, el padre de Yolanda Díaz

Yolanda Díaz, junto a su padre. EP

Ponerse a trabajar, desde tan joven, le hizo explorar una parte de su vida personal y profesional que, por ese entonces, no era tan normal entre los jóvenes. También, le despertó ese gusanillo de lucha y le hizo una persona inquieta, en lo social. Fue en 1961 cuando participó en su primera huelga, en plena dictadura de Franco, lo que hizo que fuera el principio de su compromiso con el mundo obrero. Se unió al Partido Comunista de España (PCE) y a Comisiones Obreras (CCOO) cuando ambas organizaciones eran clandestinas. Además, fue parte de los llamados «obreros del metal» que impulsaron las luchas sindicales más potentes en Galicia.

En 1972, tras los sucesos del 10 de marzo en Ferrol, cuando la policía franquista mató a dos trabajadores -Amador y Daniel-, Suso fue detenido y encarcelado. Un hecho que no pasó de puntillas por su vida y que le marcó, sobre todo a nivel personal. Suso estuvo preso varios meses por su papel en la organización de las protestas, que se convirtieron en símbolo del movimiento obrero en Galicia. En los años 70, con la legalización de los sindicatos en la Transición, Suso Díaz asumió progresivamente cargos más relevantes. En 1992 fue elegido secretario general de CCOO Galicia, uno de los sindicatos más importantes del país. Un cargo que ocupó hasta los 2000, impulsando una etapa de consolidación del sindicato como una fuerza de interlocución ante la Junta de Galicia y las patronales gallegas.

Su lucha sindical y su paso por la cárcel

En todo este tiempo, Suso ha sido conocido como una persona discreta, austera y con una gran capacidad de diálogo. Defendió siempre la unidad de clase, el respeto a los procesos democráticos internos y la autonomía sindical respecto a los partidos -aunque nunca ocultó su cercanía ideológica al PCE-. Al dejar su puesto en CCOO, a principios de los 2000, se alejó de la primera línea, pero mantuvo su activismo en movimientos memorialistas y vecinales. Sí que es cierto que ha participado en actos de Sumar y Unidas Podemos en Galicia. En 2023 y 2024, cerró simbólicamente las listas electorales por A Coruña, mostrando su respaldo a Yolanda Díaz. En su tiempo libre, Suso disfrutaba de la música, especialmente de bossa nova y jazz, y era coleccionista de vinilos. Además, tras su retiro, se había establecido en la localidad gallega de Oleiros.

Suso Díaz y José Manuel Sande. EP

La relación de Yolanda y Suso fue siempre de dos personas muy cómplices. Desde niña, Yolanda creció en un ambiente político, obrero y culturalmente comprometido. Ella misma ha contado cómo su padre le leía discursos de líderes comunistas, le hablaba de luchas sindicales, y le enseñó valores de resistencia, igualdad y humildad. «Mi padre es una persona que me enseñó a resistir, a no rendirme nunca y a luchar por lo que es justo», confesó, afirmando que en su casa se hablaba de política «todos los días». En una entrevista, el propio Suso declaró que estaba «orgulloso» de su hija. «Aunque no siempre estemos de acuerdo en todo. Pero sé que lo hace con honestidad y con los principios que aprendió en casa», apostilló.

Además, tras la ruptura profesional de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, el propio Suso quiso ser muy claro sobre la postura de su hija. «Mi hija no le debe nada a nadie. Se ha hecho a sí misma, con muchísimo trabajo, estudio y honestidad. Y no tolero que se le falte al respeto de esa forma», aclaró. En más de una ocasión, la propia ministra ha reconocido que su padre viajaba hasta Madrid, de forma frecuente, para pasar tiempo con su hija, Carmela, a quien su padre llamaba «la esperanza». Tras la muerte de la madre de Yolanda, Carmela Pérez, en 2013, la relación entre padre e hija se estrechó aún más. Ella misma ha dicho que esa pérdida la marcó profundamente, y que su padre fue su apoyo más sólido en ese duelo.

La historia de amor de Suso Díaz y Carmela Pérez

Suso y Carmela se conocieron y se unieron, también, por su lucha política. Se vieron por primera vez en los años 60, en Ferrol, cuando ambos eran muy jóvenes. Suso trabajaba en los astilleros de Astano desde los 14 años, mientras que Carmela era trabajadora en la Ford, donde también fue delegada sindical. Coincidieron en movilizaciones obreras clandestinas y reuniones vecinales que eran frecuentes en los barrios obreros de Ferrol. Su amor surgió en medio del ambiente combativo de la época franquista, donde enamorarse significaba también protegerse mutuamente de la represión. A pesar de que Suso sí que eligió ser una figura más pública, Carmela siempre prefirió quedarse en un segundo plano. Quienes la conocían la definían como una mujer discreta, fuerte y generosa. La propia Yolanda Díaz la definió como una «mujer sabia, serena y muy trabajadora. Fue mi referente femenino. Lo dio todo por nosotros».

El matrimonio tuvo tres hijos, siendo Yolanda la menor. Vivieron siempre en Ferrol, en un entorno humilde pero culturalmente muy activo. La casa familiar era un punto de encuentro de sindicalistas, políticos y amigos de la izquierda. Fue en 2013 cuando Carmela murió, a los 66 años, tras una larga enfermedad. Su muerte fue un golpe muy duro para toda la familia, especialmente para Suso y Yolanda. Es más, Suso nunca volvió a ser el mismo. Los dos hermanos de Yolanda siempre han tenido perfil discreto y han preferido estar en un segundo plano. Tanto Yolanda como Suso compartían tiempo en Oleiros, donde él vivía. Tras su muerte, ha sido la propia Yolanda Díaz quien ha querido despedirse de su progenitor. «Gracias, papá, por enseñarme que un obrero tiene más dignidad que cualquier poderoso. Todo lo que soy, te lo debo. Hasta siempre, camarada», le ha escrito.

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