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Un año de la ruptura de Alice y Morata: «Se trata, en el fondo, de elegir lo que se quiere cuidar»

La pareja puso punto final a su matrimonio en agosto de 2024 y volvieron a retomar su relación unos meses más tarde

Un año de la ruptura de Alice y Morata: «Se trata, en el fondo, de elegir lo que se quiere cuidar»

Alice y Morata, en una imagen de archivo. | Gtres

Fue el 12 de agosto de 2024 cuando Alice Campello y Álvaro Morata tomaron una de las decisiones más trascendentales de su vida, a la par que sorprendentes. El matrimonio, que había renovado sus votos hacía poco tiempo y que había disfrutado de unas vacaciones en Ibiza, utilizó sus respectivas cuentas de Instagram para confirmar que habían tomado la decisión de separarse. Una decisión que se produjo justamente después de un complicado campeonato para el jugador de fútbol, quien, a pesar de hacerse con la victoria con la selección española, vivió una etapa muy difícil en la que fue el blanco de las críticas. Una situación que, también, le afectó a nivel personal.

Un tiempo después de confirmar la noticia en sus perfiles de Instagram y después de que Morata hubiera puesto a rumbo a Italia en una nueva aventura profesional y Alice se trasladara, también, al mismo país, comunicaron que había decidido retomar su vida en común. A partir de ese momento, las imágenes que han compartido en sus redes sociales ha sido de una pareja totalmente sólida y fuerte, como si no hubieran pasado por una ruptura. Pero ¿cómo se han recompuesto de un bache tan profundo como ese? ¿Qué situaciones del pasado pueden encontrarse todavía, en el día a día, que les haga recordar esos momentos tan difíciles que vivieron en su matrimonio?

La psiquiatra Lucía Torres analiza la situación de Alice y Morata

Desde THE OBJECTIVE hemos hablado con la psiquiatra Lucía Torres para entender cómo se han recuperado Alice y Morata y, sobre todo, en qué dinámicas no deberán caer para no revivir a los fantasmas del pasado. En todo este tiempo, tanto el jugador de fútbol como la empresaria han hablado de su separación sin ningún tipo de problema. En una reciente entrevista a la revista ¡Hola!, la creadora de contenido se abrió en canal sobre cómo habían sido esos meses, en los que priorizó su trabajo y el bienestar de sus cuatro hijos. «Campello pone el foco en algo esencial: la necesidad de mirar hacia dentro antes de señalar hacia afuera. Reconocer los propios conflictos internos es un paso previo imprescindible para abordar los del otro. En una sociedad que premia la proyección y la acusación rápida, este enfoque introspectivo resulta casi contracultural», explica la psiquiatra.

Además, hace especial hincapié en que «encontrar un error en el otro no excluye que también existan errores propios». Y es que, como apunta Torres, «el conflicto no es patrimonio exclusivo de una parte; las relaciones, como los espejos, nos devuelven reflejos incómodos pero necesarios para crecer». En estos casos, en los que el amor y el odio confluyen, será de vital importancia prestar atención al el equilibrio emocional. «Una relación sana no se define por la ausencia de tensiones, sino por la capacidad del amor de imponerse al resentimiento», explica la psiquiatra. Es, precisamente, cuando no logramos hacer esa «conexión emocional» cuando se actúa «desde la rabia —sin contrapesar con el afecto que también sentimos—», corriendo el riesgo «de herir gravemente a quienes más queremos».

«Renunciar no significa resignarse. Y en la aceptación de la renuncia aparecen nuevas posibilidades»

Campello también subraya la «importancia del cuidado personal diario», no solamente en lo físico sino, también, en lo emocional. «Vivimos en una cultura donde la alimentación y el ejercicio son prioritarios, pero ¿qué hacemos por nuestra salud emocional? Si aspiramos a cuidarnos —y a cuidar a otros—, debemos prestar atención a nuestro bienestar psicológico con la misma constancia con la que atendemos otras áreas de nuestra vida», aclara la psiquiatra. Y es que, en esta línea, también hay que poner en valor la importancia de saber cuándo pedir «ayuda profesional para cuidar el bienestar mental». «Cuando nos duele la espalda, acudimos al fisioterapeuta. ¿Por qué no aplicamos esa misma lógica cuando el dolor es emocional o psicológico? Hay partes de nosotros mismos que, por definición, no podemos ver ni trabajar sin apoyo externo. Es tan imposible como tratar de vernos la espalda sin un espejo», se pregunta Lucía Torres.

También, en su nueva etapa como pareja, Alice y Morata tienen en cuenta «la renuncia como acto consciente y necesario». «Asumir que no se puede tener todo, ni falta que hace para ser feliz. Renunciar no significa resignarse. Y en la aceptación de la renuncia aparecen nuevas posibilidades. Lo ejemplifica con la decisión familiar de mudarse de país para priorizar el trabajo de su pareja», cuenta la psiquiatra. Es más, «una vez aceptada la renuncia», surgen distintos beneficios que son, sin duda, «inesperados»; «más tiempo en familia, nuevos paisajes, nuevas personas». «Se trata, en el fondo, de elegir lo que se quiere cuidar y dejar de lado la fantasía de la perfección», apostilla la psiquiatra.

«Finalmente, lo más admirable es la capacidad de Alice Campello para presentarse de forma íntegra y humana, reconociendo tanto sus virtudes como sus defectos, sus aciertos como sus errores. En una era saturada de imágenes idealizadas y discursos impostados, su sinceridad se agradece. Porque, a veces, la verdadera fortaleza está en mostrarse imperfecta», explica Torres.

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