Las tres razones por las que los Reyes y sus hijas viajan siempre en dos aviones separados
Tanto Felipe como Letizia y la princesa Leonor y la infanta Sofía utilizan sendas aeronaves para desplazarse

Los Reyes y sus hijas en Mallorca. | Gtres
Tanto Felipe como Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, siguen una serie de procedimientos, en su día a día, que están encaminados a su protección. Así, la Familia Real cuenta con un amplio dispositivo que vela por su integridad tanto en Zarzuela como en sus distintos destinos internacionales y nacionales con los que cumplen con su agenda. Es más, hace unas horas, tanto el Rey como sus hijas y su mujer se han marchado de vacaciones privadas, en las que, aunque discretas, también se sigue protegiendo cada uno de sus pasos. Una de estas medidas incluye su transporte, por todo el globo, en uno de los aviones que posee el Grupo de Fuerzas Aéreas y que también utilizan, por ejemplo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y todos sus ministros.
Aunque eso sí, con una pequeña diferencia; tanto los Reyes como sus hijas viajan siempre en aeronaves distintas. Pero ¿por qué sucede esto? Lo cierto es que las razones son variadas y, sobre todo, vienen dadas por cuestiones profesionales, históricas y por seguridad. De esta manera, buscan reducir cualquier riesgo que pueda surgir y que, sobre todo, afecte a su integridad, así como razones de cuestiones institucionales y por protocolo y simbolismo.
Las tres razones por las que los Reyes y sus hijas viajan en aviones separados

De esta manera, la principal cuestión del equipo de seguridad de la Casa Real, que lo integran al menos 100 personas, entre el Grupo de Seguridad de la Casa del Rey y la Guardia Real, es la de garantizar que tanto los Reyes como sus hijas lleguen a su destino a salvo. Esta precaución se aplica no solo en casos de accidente, sino también frente a atentados, secuestros o catástrofes imprevistas. Buscan, así, que en caso de accidente, se mantenga la estabilidad del Estado, ya que no se perdería toda la línea de liderazgo al mismo tiempo. En estos casos, también, primará una cuestión institucional. Además, viajar por separado también tiene un componente de imagen pública y respeto por la institución. Es un recordatorio de que las figuras públicas no representan solo a una familia o persona, sino a todo un país.
Es más, de forma general, las Casa Reales europeas y otras monarquías tienen protocolos muy estrictos sobre sus viajes. En España, el rey Felipe VI no viaja en el mismo avión que su hija, la princesa Leonor, cuando ella actúa como heredera. Esto es especialmente importante ahora que Leonor ha empezado a asumir funciones oficiales. En Reino Unido, cuando el príncipe Guillermo era más joven, no podía volar con su padre, el entonces príncipe Charles. Solo cuando Guillermo tuvo hijos y la línea de sucesión quedó ampliada, se relajó un poco esa regla. En Japón o en los países nórdicos, se aplican normas similares. Las repúblicas también siguen protocolos muy parecidos.

En Estados Unidos, el presidente del Gobierno viaja en el Air Force One. El vicepresidente nunca viaja en el mismo avión. Lo hace en el Air Force Two. También mantienen separados a los líderes clave del gobierno cuando viajan en Francia, Alemania, Brasil o México. En algunos países, los presidentes y vicepresidentes incluso usan aviones comerciales separados o vuelos privados diferentes cuando hay riesgos o tensiones políticas. En estos últimos años, diversos accidentes han ayudado a reforzar las medidas de seguridad. Para que esto no ocurra, además de los medios físicos, la Casa Real cuenta con varios medios técnicos que, sin duda, están al tanto de todo lo que pasa dentro de la Familia Real con una intensa vigilancia.
El fuerte sistema de seguridad que los protege

La seguridad de los Reyes de España y su familia está a cargo principalmente del Grupo de Seguridad de la Casa del Rey, una unidad específica de la Guardia Real y del Cuerpo Nacional de Policía, formada para proteger directamente a los miembros de la Familia Real. Todos ellos trabajan en colaboración con la Guardia Civil, el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), la Policía Nacional y servicios de inteligencia militar -cuando viajan al extranjero o en zonas de riesgo-. Por su parte, la Guardia Real es una unidad militar de élite que depende del Estado Mayor de la Defensa pero está asignada a funciones ceremoniales y de seguridad de la Casa Real. Cuenta con alrededor de 1.500 efectivos, aunque no todos están directamente en funciones de protección personal. Incluye escuadrones de caballería, unidades motorizadas, tiradores de élite, zapadores, etc.
Aunque no hay cifras oficiales, el rey Felipe VI puede tener entre 20 y 30 agentes de escolta personal. Mientras que la reina Letizia contaría con hasta 10 y 15 personas que velan por su seguridad. La princesa Leonor y la infanta Sofía tienen equipos de protección más reducidos pero constantes, sobre todo desde que Leonor comenzó su formación militar y actos públicos. En total, la seguridad personal de toda la familia real podría involucrar fácilmente entre 100 y 200 personas de forma directa -turnos rotativos, apoyo logístico, vigilancia, contravigilancia, etc.-. Además de la escolta personal, hay otras funciones críticas que también forman parte de su seguridad como la vigilancia electrónica y cibernética, el análisis de riesgos y amenazas, la coordinación con fuerzas de seguridad locales en cada viaje y protección en las residencias reales.