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La vida de Daniel Pontes, chófer y heredero de Lina Morgan, diez años después de su muerte

Hasta 2022 seguía en pleitos con Hacienda para percibir la herencia millonaria que la actriz le dejó por su confianza

La vida de Daniel Pontes, chófer y heredero de Lina Morgan, diez años después de su muerte

Lina Morgan en una imagen de archivo. | | Europa Press

Hace ya diez años del ‘adiós’ a Lina Morgan. La actriz y vedette murió el 19 de agosto de 2015 y mañana, martes, se cumple la primera década desde su partida. Se la llevó a los 79 años un cáncer de garganta, mientras descansaba en su domicilio en Madrid tras su último ingreso hospitalario. Su marcha estuvo marcada por el secretismo, ya que no se había hecho pública la gravedad de su estado. Durante años mantuvo en silencio sus síntomas y tratamiento y estos detalles no vieron la luz hasta el día de su muerte, tal y como ella misma pidió a su confidente. La única persona que conocía su situación era su chófer, Daniel Pontes. Este inesperado amigo fue el encargado de comunicarlo al público y a la familia de la madrileña una vez nos dejó aquel verano.

Daniel Pontes acompañó a la ‘chica de revista’ desde el momento álgido de su carrera, en el año 1984 según García Orts, su biógrafo. Fue él quien la llevaba de un lado a otro cuando debía atender espectáculos, rodajes y entrevistas por toda la capital. Su compañía fue aún más importante en el plano personal, ya que este discreto conductor fue su hombro de apoyo en los momentos más oscuros de su vida. El padre de la actriz falleció en 1981, su madre en 1991 y su hermano en 1995. Fue tan reservada con estas tres pérdidas que en el caso de su hermano, tardó mes y medio en comunicarlo y afrontar las gestiones debidas. Ante esta falta de referentes en su círculo familiar, Lina acudió a la única persona viva con la que compartía más horas, que no fue otro que Daniel Pontes.

Lina Morgan y su chófer y confesor Daniel Pontes. | Europa Press

Lina Morgan confió su secreto y legado a Daniel Pontes

El chófer de Lina Morgan fue al mismo tiempo amigo y empleado. Tuvieron una conexión tan fuerte que Daniel Pontes le guardó fidelidad hasta el día de su muerte. Mantuvo en secreto la enfermedad que padecía. Su relación se estrechó tanto que Lina Morgan lo nombró tutor legal para velar por sus intereses y único heredero de su fortuna. Diez años después se recuerda la figura de este hombre entregado -y polémico- que acompañó a la icónica actriz durante décadas y, en especial, en el silencio de su enfermedad. Desde que saliera a la luz su verdadera relación con ella, una vez fallecida, el chófer se ha convertido en un personaje público más. Ha estado en el foco durante las conversaciones sobre su legado artístico, sobre su patrimonio y herencia, y sobre las amistades que Lina mantuvo en vida.

La discreción ha desdibujado el papel que este señor jugó en la vida de Lina Morgan. Unos lo recuerdan como secretario de su hermano, José Luis, otro como un amigo más que hacía las veces de ayudante. Lo que sí está claro es que fue el único heredero de la fortuna que Morgan amasó durante su dilatada carrera. La cantidad estimada varía significativamente dependiendo de la fuente. El economista calculó que rondarían los 40 millones de euros, El mundo dijo que 10 millones de euros y ABC redujo esta cantidad a 2 millones de euros. Cualquiera de estas cifras puede ser cierta, primero por ser privada y segundo porque es creíble que toda su filmografía y negocios paralelos le reportasen esos beneficios.

«En 2004 había mil millones y en 2006 no había ni la mitad»

El propio Daniel Pontes confesó a Vanitatis que «en 2004 había mil millones y en 2006 no había ni la mitad». Este dato implica que el chófer tuvo acceso a las cuentas de Lina Morgan o al menos un conocimiento aproximado de sus movimientos en aquellos últimos años de vida. Además concretó que, después de afrontar los enormes gastos de la enfermedad, la herencia incluía exclusivamente «el piso (de 290 metros situado en el barrio del Niño Jesús), no dejó más de dos millones de euros». En base a estos números aportados por el propio amigo de la actriz, desde 2015 se ha estado comentado el proceso de traspaso de todos estos bienes, que no le beneficiarían tanto como puede parecer a simple vista.

Lina Morgan y su chófer y confesor Daniel Pontes. | Europa Press

Daniel Pontes aseguró en la revista Semana que, al no tratarse de un heredero directo, está obligado a pagar el 70% del efectivo a Hacienda. «Su fallecimiento no fue para mí ningún negocio, todavía no he cobrado un euro de la herencia que me dejó, estoy en pleitos con Hacienda. Es que me piden el doble de lo que he heredado». Estas declaraciones de 2022 dejan ver que la fortuna de Lina Morgan no ha sobrevivido a su muerte y que se ha perdido de forma irremediable por su heredero. En ese mismo medio compartió su frustración por tantos problemas legales: «Mira, si llego a saber lo que me dejaba Lina, con los problemas que vinieron después con Hacienda, no hubiese aceptado la herencia».

Diez años después se recuerda su legado

En 2025, al cumplirse 10 años del fallecimiento de Lina Morgan, su legado se mantiene vivo gracias a iniciativas como la serie documental Lina, estrenada en junio de 2024 en Movistar Plus+. Esta producción de tres episodios, dirigida por Israel del Santo, ofrece una mirada profunda a la vida personal y profesional de la artista, destacando su impacto en el mundo del espectáculo español. El documental cuenta con la participación de figuras como Manolo Zarzo, José Sacristán, Bárbara Rey, Anabel Alonso, Silvia Abril, Pablo Chiapella, José Mota, Joaquín Reyes y su biógrafo Jesús García Orts. Además, en noviembre de 2024, García Orts anunció la publicación de una edición ampliada de su biografía, Lina Morgan, de Angelines a Excelentísima Señora, que se lanzará este 2025, coincidiendo con el aniversario de su muerte. Estas iniciativas contribuyen a mantener viva la memoria de Lina Morgan, celebrando su legado y su influencia en la cultura audiovisual española.

En 2010, tras 32 años al frente del Teatro La Latina, Lina Morgan lo vendió a la empresa Focus-Penta. Así se aseguró la continuidad de su programación y actividad al margen de lo que le pudiera ocurrir a su propietaria. El emblemático teatro madrileño se vendió por un monto de 7,5 millones de euros y en 2015 albergó la capilla ardiente de la actriz. Una multitud de personas, celebridades de la profesión y políticos acudieron a despedirse de ella. El féretro estaba cubierto una gorra de chulapo madrileño con la que Lina había hecho algunas representaciones. Sus cenizas reposan en el Cementerio de la Almudena de Madrid junto a los restos de sus padres y hermanos. En 2015 fue condecorada con la Gran Cruz de la Orden Civil Alfonso X el Sabio, a título póstumo.

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