El restaurante favorito de Antonio Banderas en Málaga: «Con 16 años llevaba allí a mis novias»
El actor no solamente está vinculado a Andalucía por sus raíces sino que, también, ha emprendido otros negocios

Antonio Banderas, en una imagen de archivo. | Gtres
Aunque hace años Antonio Banderas dejó su vida en Málaga, sí que es cierto que el actor suele volver cada cierto tiempo para reencontrarse con sus amigos, con su familia y poder emprender nuevos proyectos. Uno de estos últimos le ha llevado hasta el Teatro del Soho, uno de los más emblemáticos de Málaga y cuyas riendas ha cogido el actor. En todos estos años, le ha dado un nuevo lavado de cara, ha apostado por nuevos rostros y se ha apoyado en su amiga, la presentadora María Casado. Todo esto le ha llevado a pasar cada vez más tiempo en esta parte del mundo y hacer continuos viajes desde Estados Unidos, donde estableció su residencia hace mucho tiempo.
Uno de esos lugares que, sin ninguna duda, le sigue marcando y que, también, han marcado su actividad empresarial ha sido El Pimpi. El icónico restaurante de la ciudad de Málaga es uno de los más antiguos. Cuenta, además, con una proyección de la cultura andaluza; platos típicos, un ambiente de taberna que no ha cambiado casi nada desde su apertura y por sus mesas han pasado grandes nombres del mundo de la televisión, la actuación y la canción. También, hoy en día, se ha convertido en el lugar de referencia de muchos turistas que no dudan en hacer una parada en El Pimpi para probar sus berenjenas fritas, su ensaladilla rusa o cualquiera de los platos con aire andaluz que ofrecen en su carta.
El restaurante favorito de Antonio Banderas en Málaga

«El Pimpi se abre en su nueva configuración en el año 1969 y cuando yo tenía 16, 17 años, para el año 1976 y 1977, llevaba allí a mis primeras novias, porque era adonde había que ir», confesó en el podcast Desmontadito, junto a Dani García. Además, él mismo confesó que creció allí. Es más, El Pimpi era el sitio «al que había que ir» en Málaga durante los años 70. Y es que El Pimpi es un espacio cargado de historia malagueña, y Banderas lo describe como parte de su vida. Para él no es solo un restaurante, sino un símbolo de la cultura popular de la ciudad. Desde hace años forma parte del grupo de socios de El Pimpi junto con otros malagueños conocidos —como los propietarios de la familia Cobos y artistas locales—.
Ha participado, además, activamente en la promoción del lugar, considerándolo una embajada de Málaga para visitantes y personalidades. Banderas ha insistido en que El Pimpi no es solo un restaurante, sino un lugar de encuentro cultural, donde se preserva el espíritu andaluz. Ha dicho que es «la puerta de entrada a la ciudad» y un lugar que transmite hospitalidad. Gracias a Banderas —y a otros embajadores—, El Pimpi ha sido visitado por artistas, políticos y celebridades internacionales. Para él, es un orgullo que los visitantes de fuera puedan conocer Málaga a través de ese espacio. Y es que no solamente tiene un cariz muy importante a nivel personal sino, también, en lo profesional.
El Pimpi, una joya en Andalucía
En diciembre de 2017, Banderas adquirió la participación que poseía Francisco Campos, uno de los socios históricos, pasando a ser uno de los accionistas de la sociedad que gestiona El Pimpi. Su incorporación fue formalizada ante notario y se reconoce como una inversión significativa —pero no mayoritaria. De esta manera, el actor compró casi la mitad de las acciones, aunque siempre se aclaró que no se convirtió en accionista mayoritario. Su entrada en el accionariado se tradujo en un impulso para nuevas iniciativas empresariales con el lanzamiento de servicio de catering; de la Fundación El Pimpi, destinada a acciones sociales y culturales, con Francisco Campos como presidente de honor y, también, como un proyecto a medio plazo para crear una escuela de hostelería, fomentando la formación en cocina y sala.
El Pimpi es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Málaga. Fue fundado en 1971 en la Casa Palacio de los condes de Buenavista (siglo XVIII), en la calle Granada de Málaga. El local ocupa un antiguo caserón malagueño, con patio interior, techos altos de madera y barriles de vino firmados por celebridades. El Pimpi hace referencia a un personaje muy típico de los puertos andaluces; era el joven que ayudaba a los marineros y pasajeros de los barcos, cargaba equipajes y servía de guía a los visitantes. En Málaga se convirtió en un símbolo de hospitalidad y picardía. Desde su apertura, El Pimpi se ha convertido en un punto de encuentro cultural y social en Málaga. Fue pionero en servir vino dulce malagueño acompañado de tapas caseras, en un ambiente tradicional. Rápidamente pasó a ser lugar de referencia para artistas, toreros, políticos y turistas.
En sus paredes y barriles han dejado su firma y dedicatorias personalidades como: Antonio Banderas, Carmen Thyssen, Lola Flores, Camarón de la Isla, Rafael Alberti, José Carreras, Paloma Picasso, La Niña de los Peines, Vanesa Martín, entre muchos otros. Ha funcionado como espacio cultural, acogiendo presentaciones, recitales y eventos solidarios. El Pimpi se consolidó como símbolo de la ciudad, recomendado en todas las guías turísticas como una parada obligada. Ha recibido premios como el M de Málaga (2018), por su contribución a la identidad cultural de la ciudad. En 2017, Banderas se incorporó como socio, reforzando su proyección internacional y apostando por el patrimonio malagueño. En 2024, además, se inauguró una sucursal en Marbella, como expansión del proyecto. A través de la Fundación El Pimpi, se financian iniciativas culturales, sociales y medioambientales en Málaga.