The Objective
Gente

El pueblo de Valladolid al que Amancio Ortega homenajea con su yate: es pintoresco y rural

El dueño de Inditex es un gran apasionado de la navegación y, por eso, en estos años se ha hecho con varios yates

El pueblo de Valladolid al que Amancio Ortega homenajea con su yate: es pintoresco y rural

Amancio Ortega, en una imagen de archivo. | EP

Aunque Amancio Ortega tiene muy claro sus orígenes, siempre se ha sentido gallego. Nació en un pequeño pueblo de León, donde residía su familia por su padre, quien trabajaba en la estación de trenes del lugar. Cuando era muy joven se trasladó hasta La Coruña, donde fundó su propia empresa que empezó siendo de confección de batas. Con el paso de los años, y con la ayuda de su familia, se fue transformando hasta convertirse en una de las compañías textiles de referencia, Inditex. Todavía Amancio no se ha olvidado de sus orígenes humildes y, a pesar de ser uno de los hombres más ricos de nuestro país, intenta llevar una vida sencilla y sin grandes lujos. Aunque sí que es cierto que sí tiene un gran capricho; los barcos.

Y es que, en todo este tiempo, el empresario se ha hecho con distintos modelos de yates con los que se ha dejado ver por los puertos gallegos. Navegar es una de sus grandes pasiones y de la que suele disfrutar, en la temporada estival, y en compañía de su familia. Es por eso que no es raro que su gran yate —que, además, es inconfundible— atraque en alguna de las localidades costeras de Galicia. En todos estos años, en los que se ha hecho con diferentes modelos, les ha bautizado con el mismo nombre. Aquel con el que hace un pequeño homenaje al pueblo donde nació su madre y en el que él, durante su infancia, pasó grandes momentos; Valoria.

Valoria la Buena, el pueblo de Valladolid que marcó a Amancio Ortega

Amancio Ortega posee varios yates de los que disfruta en la costa gallega junto a su familia. | Gtres

Valoria la Buena es una pequeña localidad de Valladolid que tiene una gran carga histórica y patrimonial. Se encuentra a unos 27 kilómetros de la ciudad y se encuadra dentro de la de la Campiña del Pisuerga, con una extensión de 43 km². Allí su clima es templado con veranos secos. Su origen probablemente se remonta a la época celtíbera, y el nombre proviene del latín Vall-Aurea —valle aurífero—. Respecto a su población, en 2021 contaba con unos 678 habitantes. Desde entonces ha ido creciendo; en 2024 se registraban ya 704 vecinos. El aumento poblacional está impulsado por políticas locales efectivas: viviendas de alquiler público, venta de parcelas para autopromoción, mejora del transporte y servicios municipales. Tiene varios monumentos y edificios que están cargados de historia.

Uno de los más importantes es la Iglesia de San Pedro Apóstol, un monumento neoclásico con planta hexagonal —convertida luego en planta central con añadidos— y una cúpula de 22 metros. A mediados de los años 90 fue declarado Bien de Interés Cultural. Por su parte, la Ermita del Cristo de la Esperanza fue un edificio barroco del siglo XVIII con nave cubierta por bóveda de cañón y yeserías. Junto al Ayuntamiento, destacan dos palacios pertenecientes a los Vizcondes de Valoria (siglos XVII-XVIII), con escudos en piedra. También, conservan los restos de una antigua vía crucis medieval que rodeaba el pueblo. Además, Valoria cuenta con el Museo del Cántaro, instalado en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, expone cántaros y alfarería tradicional con fines didácticos.

Una pequeña localidad que celebra Nochevieja en agosto

El Valoria, el yate del empresario. | Gtres

La localidad, además, pertenece a la Ruta del Vino de Cigales, ideal para el enoturismo, con bodegas subterráneas tradicionales. Cuenta con senderos señalizados y rutas de BTT por parajes como la Ribera del Pisuerga, El Molino o el Pico El Águila. Celebran, además, varias fiestas. Probablemente una de las más importantes es la Nochevieja de verano, que se conmemora el primer sábado de agosto, recreando la Nochevieja tras un apagón en 1995 que impidió celebrarla el 31 de diciembre. También, pueden presumir de tener alguna que otra innovación cultural como Puerto Espacial, una exposición permanente temática de Star Wars en un castillo transformado, con robots y réplicas de escenarios como la Cantina de Mos Eisley o el palacio de Jabba. Es una atracción sorprendente en un pueblo pequeño.

La localidad de Valoria la Buena. | Red Nacional de Pueblos Acogedores

Pero ¿cuál es la relación de Amancio con esta pequeña localidad? Su madre, Josefa Gaona Hernández, era oriunda de Valoria la Buena, un diminuto municipio vallisoletano a unos kilómetros de la capital, con apenas 600 habitantes. Ese pueblo marcó profundamente su infancia; allí pasaba sus veranos y las vacaciones de Semana Santa cuando era niño. Es por eso que el empresario bautizó a su primer yate como «Valoria» en homenaje a ese lugar tan significativo. Luego, en 2018, encargó y nombró un nuevo yate como Valoria B, reforzando esa conexión emocional con el pueblo. En todos estos años, además, como explican desde Vózpopuli, ha realizado donaciones significativas a Valoria la Buena. Por ejemplo, financió la construcción de una guardería con una inversión cercana a los 160.000 €, y también apoyó la creación de un centro cultural llamado «Josefa Gaona», en honor a su madre.

Además, el periódico El Norte de Castilla recogió que Ortega ha contribuido a proyectos educativos y sanitarios en la región, incluyendo becas y equipos hospitalarios en Castilla y León. Su padre, Antonio Ortega Rodríguez, era natural de Valladolid capital, mientras que su madre, como ya hemos comentado, era de Valoria la Buena. Aunque Amancio Ortega nació en Busdongo de Arbas (León) —donde su padre trabajaba como ferroviario—, solo permaneció allí unos meses, y su verdadero vínculo emocional y familiar está precisamente en Valoria la Buena.

Publicidad