Charlène de Mónaco y su fobia al agua a pesar de su carrera como nadadora olímpica
En 2012 creó una fundación para educar a niños y personas vulnerables en el deporte y seguridad acuática

La princesa Charlène de Mónaco en el Día de la Seguridad Acuática. | | Europa Press
Es la primera vez que Charlène de Mónaco habla sobre esta faceta oscura de su vida. La princesa consorte de Mónaco y ex nadadora olímpica ha contado abiertamente su miedo al agua y a los ahogamientos de niños y personas vulnerables. De niña vivió de cerca la pérdida de un familiar por estas circunstancias y en 2018 volvió a sufrir por esta razón. Esas dos vivencias sustentan su implicación personal en la educación y prevención acuática de su entorno. Lleva diez años trabajando desde el principado y su fundación homónima para reducir el número de ahogamientos, pero cada verano vuelve a sufrir por el elevado número de casos, en su país y en el mundo entero. Estos días ha concedido una entrevista al periódico Ouest-France en la que trata este temor. Su punto de vista reúne sus valores como profesional de la natación, como madre y como familiar y amiga de víctimas.
El medio francés recoge las primeras declaraciones de la sudafricana sobre su experiencia personal con los ahogamientos. Es la primera vez que se abre sobre este episodio traumático de su vida. «Es un tema que me afecta profundamente, no sólo como nadadora. De niña, mi primo Richard se ahogó en un río, muy cerca de la casa de mi tío. Tenía solo cinco años», ha explicado con sinceridad. La princesa ha admitido que, aunque han pasado cuarenta años de este suceso, fue un golpe tan duro que todavía lo tiene presente en su vida. «Fue devastador. No creo que ese dolor desaparezca jamás», ha confesado sobre esta pérdida. Tristemente, no es el único caso que ha vivido en estos años. Ya de adulta, una tragedia similar azotó su entorno social, recordándole el peligro constante que supone el agua para los más vulnerables.

Las dos tragedias en el agua que vivió Charlène de Mónaco
En 2018, el agua se llevó a otro niño del entorno cercano de Charlène de Mónaco. Se trataba de la hija de unos amigos suyos que murió con 19 meses. La misma princesa ha hablado de esta pérdida con dolor: «La niña siempre paseaba por el jardín de los vecinos, aquel fatídico día debió caer a la piscina. Cuando la encontraron, ya era demasiado tarde. Nada podía devolverle la vida a su bebé y no puedo ni imaginar el dolor que ambos sintieron en ese momento», ha declarado para Point de Vue. Estas dos tragedias personales son el ejemplo de unos datos de ahogamiento que cada verano crecen por el mayor uso de las playas, ríos y piscinas. En el principado y aquí en España se registran a diario casos como los que ha vivido Charlène, casos que ella misma lucha por evitar como madre y princesa.
La mujer del príncipe Alberto II -y por ello sucesora de Grace Kelly- es madre de Jacques y Gabriella, o Jaki y Bella como los llaman cariñosamente en su hogar. Desde su nacimiento en 2014 les ha procurado una educación cercana y natural con el agua. Como deportista y madre concienciada de sus peligros, ha garantizado que los mellizos se sientan seguros y cómodos en este medio. Aprendieron a nadar siendo muy pequeños y ahora sus habilidades en el agua les dan «libertad y seguridad» a partes iguales. Los jóvenes príncipes han dominado el agua y han encontrado en ella la misma pasión que le profesa su madre. Siguiendo sus pasos han hecho cursos de iniciación al buceo y salvamento acuático en la academia de la marina de Mónaco. También han participado del programa de verano Seadventures Summer Camp, en la que ganaron una medalla.
Su labor educativa y de prevención
La princesa conoce su altavoz y utiliza sus palabras para concienciar a su país de los peligros del agua si no se sabe controlar. En sus palabras más recientes ha sentenciado que «el agua debe seguir siendo un lugar de alegría, no de luto». En otras palabras para Monaco-Matin su mensaje recoge la misma determinación y algunos consejos para prevenir los ahogamientos: «El agua fascina por su belleza, pero puede ser despiadada. Fatiga, calambres, corrientes, choque térmico: ningún nadador escapa a ellos. Mi consejo es simple: nunca sobreestime sus habilidades, nade siempre bajo supervisión y domine las técnicas de rescate que pueden marcar la diferencia». Su labor de prevención engloba más que unos cuantos discursos ante los medios locales. Está materializada en una fundación especialista en la educación acuática y deportiva.
Con su fundación, en la que está implicada personalmente, Charlene de Mónaco lleva diez años trabajando para garantizar que los niños aprendan a nadar y sean conscientes de los peligros del agua. La fundó en 2012, un año después de su boda con el heredero monegasco, y desde entonces la preside y trabaja en ella a diario. Considera que aprender a nadar «debería ser un derecho fundamental, al igual que aprender a leer» y una cuestión de igualdad en la que el dinero no debería ser un obstáculo. «No todos los niños tienen las mismas oportunidades de acceder a una piscina o a un club», por eso, mediante el organismo que preside, impulsa una formación abierta y gratuita. Se imparten clases, cursos escolares y de socorristas y campañas educativas con colegios, clubes y otras instituciones académicas. La princesa también ha promovido la celebración del Día de la Seguridad Acuática para los estudiantes de todo Mónaco.
De nadadora olímpica a educadora acuática
Ahora se la conoce por su lugar en la Casa Real de Mónaco, pero hasta 2006 Charlène Lynette Wittstock era el nombre de una nadadora profesional. Fue hija de una instructora de natación y amiga del agua desde su infancia. Su camino hacia la monarquía monegasca pasa inevitablemente por su carrera deportiva, ya que conoció a su futuro marido en una de sus competiciones. Charléne de Mónaco participó en el Encuentro Internacional de Natación de Montecarlo en el año 2000, donde coincidió por primera vez con Alberto Grimaldi. Ese mismo año participó en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 como miembro del equipo de relevos de 4×100 metros. Finalizó sexta en aquella competición y alargó su carrera hasta 2008. A sus 47 años sigue inmersa en este deporte de su vida y ha legado su pasión por el agua a sus dos hijos, también la cautela que deben tener al rodearse de agua.
En España, los datos de ahogamientos se recogen a través de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. En su informe INA -Informe Nacional de Ahogamientos- explican que 92 personas han fallecido por ahogamiento en espacios acuáticos españoles entre el 1 y el 31 de julio de 2025. Ya se han alcanzado las 303 víctimas en lo que va de año, como se publica en su página web.