Los nietos del Emérito no llegan a un acuerdo: aún no han repartido su herencia de Menorca
Tras la mayoría de edad de la infanta Sofía, los ocho nietos tienen que decidirse sobre un legado de más de 50 millones

La infanta Sofia y la princesa Leonor junto a sus padres. | Gtres
Cuando la infanta Sofía cumplió la mayoría de edad —el pasado mes de abril— se pusieron sobre la mesa varios temas. El primero de ellos estaba relacionado con las funciones que iba a realizar dentro de la Corona a partir de ese momento y, también, cuál sería el camino educativo a tomar. Pero, también, había —y sigue habiendo— otra asignatura pendiente; la herencia que los nietos del Emérito recibieron hace años por parte de un empresario balear. El hombre, como ya contamos en THE OBJECTIVE, destinó parte de su legado tanto a Felipe como Letizia como a sus hijas y sobrinos. Aunque eso sí, en el caso de los pequeños de la familia, esta podría utilizarse una vez fueran todos mayor de edad. Y ese momento llegó el pasado mes de abril, cuando la infanta Sofía —la más joven de todos los nietos— cumplió 18 años.
En estos meses, tanto Sofía como Leonor y sus primos han tenido tiempo para decidir qué quieren hacer con el palacete que heredaron. Este podrá tener varios usos. Uno de ellos será donarlo al Ayuntamiento, como hicieron Felipe y Letizia, para destinarlo a alguna función social pero, también, si quieren, pueden disfrutar de él. Lo cierto es que se trata de una gran joya escondida en el centro de Ciutadella que, aunque habría que reformar, cuenta con una estructura histórica y que se mimetiza, a la perfección, con la arquitectura de la zona. No hay que olvidar que las Baleares, y especialmente Mallorca, son uno de los destinos favoritos de los Reyes para pasar sus vacaciones y que, en todos estos años, se ha convertido en algo más que una tradición.
Tras la mayoría de edad de la infanta Sofía podían ponerse a decidir

Aunque eso sí, sus visitas a Palma y su estancia en el Palacio de Marivent no dejan de formar parte de su agenda como monarcas, por lo que no suelen descansar del todo. Sea como fuere, los nietos del Emérito tienen que tomar una decisión sobre lo que hacen con este palacete y con las demás propiedades que heredaron. Son ellos quien, a día de hoy, tienen la capacidad legal de decidir, ya que la infanta Sofía ya es mayor de edad. Por el momento, el reparto en sí no se ha realizado, ya que no se ha habido ni distribución ni uso del inmueble, ya que requiere un acuerdo unánime o al menos mayoritario entre los ocho herederos, lo cual aún no ha ocurrido. Sí que es cierto que antes de que Sofía cumpliera 18 años, al rey Felipe se le preguntó por esta situación. El monarca confesó que ya tomarían esa decisión a su debido tiempo y que, por el momento, no corría prisa.
Un mantra que parece que sigue intacto en el tiempo. En su caso, sí que tuvieron muy claro lo que querían hacer con el 50% de la herencia que les dejó Jaume Balada, un empresario balear que no tuvo descendencia. Les legó, a los monarcas, la obligación de crear la Fundación Hesperia, que actualmente está muy vinculada a distintas causas sociales en la isla. Esta fue constituida en el año 2010, cumpliendo la voluntad de Balada, y se encarga de financiar proyectos sociales, culturales, de formación e investigación en España. Esta se nutre, fundamentalmente, de los fondos heredados. Hace un tiempo, su patronato decidió rehabilitar uno de los edificios más emblemáticos de Menorca, la Farmacia Llabrés, que hoy en día se ha convertido en su sede.
Qué heredaron los ocho nietos del Emérito y qué podrían hacer con ello

Esta restauración se financió principalmente con fondos heredados de Balada, complementados por aportaciones del Consejo Insular de Menorca. Fue en enero de 2023 cuando los Reyes inauguraron oficialmente la rehabilitada Farmacia Llabrés, que ha sido convertida en un espacio destinado a actividades sociales e informativas. Ahora, es utilizado como punto de información, taller y espacio de difusión de su labor social. Y es que la rehabilitación no solo sirvió para conservar un patrimonio cultural, sino también como vehículo para impulsar iniciativas de integración social y visibilidad del colectivo de personas con discapacidad. Lo cierto es que los nietos del Emérito tampoco se quedaron atrás con la herencia que recibieron.

Felipe, Vic, Juan, Pablo, Miguel, Irene, Leonor y Sofía han heredado un impresionante palacete en el centro de Menorca, en Ciutadella, que cuenta con 555 m², un jardín y vistas privilegiadas, que quedó en propiedad compartida por partes iguales entre ellos. También, recibieron, tras la muerte de Balada, la mitad de su patrimonio. Es decir, varios terrenos y fincas rústicas en Menorca, así como varias propiedades inmobiliarias en Baleares. También, el empresario les legó inversiones financieras y cuentas bancarias y, también, obras de arte y bienes muebles. El valor total del legado a los nietos se ha estimado en más de 50 millones de euros, aunque las cifras exactas no se han hecho públicas porque la gestión se lleva con cierta discreción.
Ahora, todos tienen capacidad legal y deben ponerse de acuerdo sobre qué hacer con el palacete y los bienes: vender, mantener, repartir, o incluso ceder parte a la Fundación Hesperia. Esta última opción parece una de las más probables, teniendo en cuenta que fue así como actuaron los reyes Felipe y Letizia y porque, formando parte de la Familia Real, se ajustarían a esos principios de transparencia, ejemplaridad y servicio público de los que siempre han dejado constancia.