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El chef José Andrés hizo la 'mili' en la cocina de Elcano: «Me abrió al mundo, hizo ser quien soy»

El cocinero realizó el servicio militar como ayudante de cocina en el mismo buque-escuela donde estuvo Leonor

El chef José Andrés hizo la ‘mili’ en la cocina de Elcano: «Me abrió al mundo, hizo ser quien soy»

El chef José Andrés, en una imagen de archivo. | Gtres

A pesar de llevar viviendo más de dos décadas en Estados Unidos, el chef José Andrés no ha olvidado sus raíces. El cocinero, que mezcla en su día a día la cocina americana y al española, ha creado su impronta personal. De la que se han hecho fans absolutos personalidades tan reconocidas como Barack Obama o Joe Biden, quienes no dudaron en que formara parte de su círculo más íntimo. Esto ha hecho que el cocinero se convierta en uno de los rostros más reconocidos del panorama internacional y no solamente por su actividad en los fogones sino, también, por su labor social, que es de las más importantes. En todos estos pasos, José Andrés ha contado con la ayuda de su mujer y de sus hijas, quienes le han estado ayudando y apoyando en todo este camino. Es más, con ella comparte ese amor por la cocina.

En todo momento, José Andrés ha sido consciente del privilegio que goza, que le ha hecho que pueda vivir en una impresionante casa en el centro de Washington. Es más, él mismo ha reconocido que le hubiera sido «más fácil» dedicarse a otras artes, ya que, desde un primer momento, la cocina entraña mucha creatividad, dedicación y, sobre todo, demasiadas horas alejado de su familia. En una entrevista con la revista Esquire, José Andrés no solamente habló de cómo habían sido sus comienzos con la cocina sino que, también, quiso sincerarse sobre su vida en familia y cómo compagina su trabajo con su labor humanitaria.

Chef José Andrés, sobre la mili: «Me abrió al mundo, me hizo ser quien soy»

El cocinero José Andrés. | Jorge Peteiro / Europa Press

Además, en la misma, el chef también tuvo oportunidad de hablar de One Central Kitchen, el proyecto social con el que comenzó justamente con el coronavirus y que ha estado ayudando, mano a mano, en grandes tragedias. «Te podría decir muchos momentos pero duro es para la gente que lo sufre, lo duro es la realidad de lo que ves. Al final yo vuelvo a casa, nos duchamos todos los días con agua caliente. Siempre he querido ser consciente de esto y viviendo tan solo una puntita de lo que vive la gente he llegado a serlo», confesó. Fue hace mucho tiempo cuando José Andrés dejó atrás su vida en España para dar el gran salto, mudarse al otro lado del charco, en el que ha sido muy afortunado y ha tenido grandes oportunidades laborales.

«Yo soy como un pan en la yema del huevo frito, voy mucho y me empapo. Algunas cosas me enfadan, como cuando oigo al ministro en cuestión decir que la hostelería no tiene valor añadido», contesta a Esquire sobre si echa o no de menos España. Es más, el chef insiste en que él es quien es gracias a la mili. «A mi el servicio militar me enseñó el respeto por mi país, por el prójimo, a trabajar en equipo, conocí muchísima gente de diferentes niveles sociales compartiendo la misma misión…», apostilló. «Me abrió al mundo, me hizo ser quien soy. Mi año y medio en la marina me marcó mucho. Yo volvería a crear el servicio militar y en paralelo otro social, que la gente joven tuviera la oportunidad, con un salario, de hacer este tipo de servicio a su país. No me lo pensaría dos veces, crearía unidad y conciencia», afirmó a la mencionada revista. Un pensamiento que, sin duda, puede estar derivado de la pasión que hay en Estados Unidos por todo lo que tiene que ver con el Ejército, que también está marcado por la tradición.

Su paso por las cocinas del Juan Sebastián Elcano

José Andrés realizó el servicio militar en la Armada española, donde fue ayudante de cocina a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano aproximadamente hace unos 35 años. Este periodo fue fundamental en su formación, ya que lo considera una experiencia transformadora en su vida y trayectoria profesional —el mismo en el que estuvo Leonor hace unos meses—. «Lo mejor que me pudo pasar en la vida, gracias a Dios, fue que me tocase la mili en la Armada», ha expresado en alguna que otra ocasión. «Diría que lo poco que haya conseguido en la vida se lo debo en gran parte todo a lo que aprendí en la Armada. Respeto, el honor, el sacrificio, el ayudar siempre al prójimo», apostilló.

El buque-escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano.

Es más, en 2019 realizó una travesía especial de regreso al Elcano, que despertó emociones profundas y recuerdos de aquella etapa formativa. «El poder haber participado otra vez, ayudando un poquito en la cocina o en las maniobras, o compartiendo un rato agradable… me trajo muchos recuerdos de ese momento que me cambió la vida», contó sobre su experiencia a bordo del buque-escuela. «Cuando veía al comandante hablar o veía ciertos momentos, me entraban ganas de llorar y solté más de una lágrima», afirmó. En mayo de 2024, la Armada Española condecoró a José Andrés con la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, en reconocimiento tanto a su labor humanitaria —a través de su ONG World Central Kitchen— como a su conexión con la institución militar. 

Y es que la etapa en el Juan Sebastián Elcano no solo marcó el inicio profesional de José Andrés, sino que le dejó valores esenciales —disciplina, servicio, compañerismo— que ha aplicado a lo largo de su vida, ya sea en restaurantes o en misiones humanitarias. Su paso por la Armada, aunque centrado en la cocina, le aportó valores esenciales como disciplina, trabajo en equipo y servicio al prójimo. Quizá no expresó estas conexiones en palabras exactas, pero su enfoque al frente de WCK —respuesta inmediata, organización eficiente y voluntad de servir— refleja claramente aquella formación inicial. WCK destaca por estar «cocinando el primer día» en zonas en crisis, incluso antes de que otras organizaciones evalúen la situación.

El sistema se basa en una red organizada, posiblemente inspirada en el rigor expedito y estructurado de los entornos militares. Él mismo ha afirmado que «no se trata solo de alimentar el estómago. Se trata de alimentar el alma». Esta visión humanista y emocional combina equidad con acción rápida y eficaz, muy en línea con los principios de servicio que promueve WCK y que él pudo «haber cultivado en su etapa militar».

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