El gran parecido del rey Felipe con Juan de Borbón, su abuelo a quien no dejaron ser rey
El padre del rey Juan Carlos vivió en el exilio y, durante el Franquismo, mantuvo su pretensión al trono

El rey Felipe y Juan de Borbón, en un collage. | Real Academia de la Historia y Gtres
El rey Felipe guarda un inmenso parecido a su abuelo, don Juan de Borbón. Al igual que ya contamos en THE OBJECTIVE cuando hablamos de la infanta Sofía y la herencia física que ha recibido de su tía-abuela, la princesa Irene de Grecia, el Rey también cuenta con un antepasado del que ha sacado sus genes. Y es que su abuelo don Juan fue una de las personas más importantes en su vida. El padre del rey Juan Carlos vivió una vida marcada por el exilio y, sobre todo, por la imposibilidad de ostentar el trono, una decisión que tuvo en su mano el dictador Franco, quien prefirió que fuera su hijo quien se convirtiera en monarca.
Don Juan de Borbón y Battenberg nació en 1913 y fue una figura clave en la historia contemporánea de España, aunque nunca llegó a reinar. Fue el tercer hijo varón de Alfonso XIII y de la reina Victoria Eugenia de Battenberg, lo que lo convirtió en heredero de la Corona tras la renuncia de sus dos hermanos mayores. Vino al mundo en uno de los lugares más bonitos e históricos de España; la Granja de Sa Ildefonso. Creció en un ambiente real, aunque pronto su vida dio un giro con la proclamación de la Segunda República en 1931, que obligó a la familia real a exiliarse. Cursó estudios en la Escuela Naval de Dartmouth (Reino Unido), lo que lo llevó a formarse como marino, su gran vocación.
Quién fue don Juan de Borbón

En 1935 se casó con la princesa María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias. Juntos tuvieron cuatro hijos; la infanta Pilar, don Juan Carlos, la infanta Margarita y don Alfonso, quien falleció trágicamente. Tras la abdicación de su padre Alfonso XIII en 1941, don Juan pasó a ser considerado conde de Barcelona y jefe de la Casa Real española en el exilio. Se convirtió en el heredero legítimo de la dinastía borbónica. Durante la dictadura franquista intentó en varias ocasiones que se restaurara la monarquía bajo su persona, presentándose como una opción moderada y constitucional. Publicó en 1945 el famoso Manifiesto de Lausana, donde defendía una monarquía parlamentaria y democrática como solución para España tras la Segunda Guerra Mundial.
Fue en 1949 cuando Franco designó a su hijo, Juan Carlos, como sucesor en la jefatura del Estado. Don Juan se sintió traicionado y vivió con dolor esa decisión. Sin embargo, en 1977, tras la consolidación de la Transición democrática, renunció formalmente a sus derechos dinásticos en favor de su hijo Juan Carlos I, en un acto simbólico de reconciliación. Pasó sus últimos años entre Portugal y España. Falleció en Pamplona el 1 de abril de 1993. Recibió funerales de Estado y fue enterrado en el Panteón de Reyes de El Escorial, junto a otros monarcas españoles. Don Juan de Borbón es recordado como el «rey que no reinó», pero su firme defensa de una monarquía constitucional y democrática le valió reconocimiento histórico. Contribuyó, aunque desde la sombra, a que su hijo pudiera encabezar la Transición y la restauración democrática en España.
En qué se parece físicamente al rey Felipe

Han sido muchas las ocasiones en las que se ha hablado del gran parecido físico entre el rey Felipe y don Juan de Borbón. Don Juan fue un hombre alto y de porte distinguido, algo que también caracteriza a Felipe VI, quien mide casi 2 metros. Ambos transmiten una presencia imponente y elegante. Además, tanto el actual rey como su abuelo tienen la cara alargada y bien definida, con facciones marcadas que les dan un aire serio y regio. Otro de los rasgos más prominentes —que también podemos ver en los Borbones— es una nariz recta y fuerte, muy característica de la línea. Tanto Don Juan como Felipe poseen ojos claros (en el caso de Don Juan, azules; Felipe, verde-azulados), con una expresión serena y firme. La manera de llevarse —erguidos, con elegancia natural— también resalta la semejanza entre abuelo y nieto.

Esto hace que algunos historiadores y biógrafos han señalado que, aunque Felipe VI recuerda físicamente a su padre, Juan Carlos I, es con Don Juan de Borbón con quien guarda el parecido más evidente en la estructura del rostro y en la figura alta y esbelta. Lo cierto es que los Borbones comparten unos rasgos bastante fuertes y que, por ejemplo, hoy en día ha heredado la princesa Leonor, quien posee muchos de los aspectos físicos de su padre y de abuelo. Como decíamos, uno de los mas distintivos es la nariz, a veces descrita como «aguileña» o fuerte, presente en Alfonso XIII, Don Juan de Borbón, Juan Carlos I y en cierta medida en Felipe VI. También, cuentan con una frente amplia, pómulos definidos y mandíbula firme, lo que da un aire serio y solemne. La altura de todos ellos también es especialmente destacada; desde el siglo XIX varios Borbones han sido altos para su época; Felipe VI es el ejemplo más extremo (1,97 m), al igual que el color de ojos.
Estos son muy característicos, presentes en Alfonso XIII, Don Juan, Juan Carlos I, Felipe VI y la princesa Leonor. El cabello de todos ellos es claro y, sobre todo, con una clara tendencia a la calvicie. Más allá de lo físico, se reconoce una manera de estar erguida, con cierta distinción aristocrática.