El bar que Revilla recomienda en Cantabria: «No he probado un bacalao más rico en mi vida»
El que fuera presidente de Cantabria ha confesado uno de los lugares donde mejor come muy cerca de Santander

Revilla, en una imagen de sus redes sociales.
Que Miguel Ángel Revilla es el mejor embajador de su tierra es una realidad. El que fuera presidente de Cantabria está enamorado del lugar que le vio crecer y, además, utiliza todos los medios que están a su alcance para presumir de ello. Es más, su perfil de Instagram, donde acumula varios miles de seguidores, se ha convertido en uno de sus mejores escaparates; donde no solamente relata su día a día sino, también, lugares de Cantabria que locales y turistas no pueden perderse. Es más, en una de sus publicaciones, Revilla confiesa el lugar donde disfruta del «bacalao» más rico de su vida.
Miguel Ángel Revilla nació en enero de 1943 en la localidad de Salceda. Su infancia estuvo marcada por la dureza de la vida rural, la falta de infraestructura y la fuerte solidaridad comunitaria. Estudió Ciencias Económicas y Empresariales, complementado con formación en banca y bolsa en la Universidad del País Vasco. Entre 1974 y 1982 dirigió la sucursal del Banco Atlántico en Torrelavega. También fue profesor de Estructura Económica en Santander y profesor asociado en la Universidad de Cantabria hasta 1995. Tras el fin del franquismo, en 1976 fundó la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), luchando por la autonomía de Cantabria. Y a finales de los años 70 creó el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), del que ha sido secretario general desde 1988 hasta hoy.
El amor de Revilla por Cantabria
Se convirtió en presidente de Cantabria, por primera vez, en el año 2003. Un cargo que revalidó hasta 2023. Con esto, se convirtió en el presidente con mayor tiempo en el cargo en la historia de la región. En los últimos meses, Revilla ha vivido uno de los momentos más complicados de su vida personal y profesional; el expresidente de Cantabria ha sido demandado por el rey Juan Carlos, una situación que ha dolido especialmente a Revilla. En muchas ocasiones ha demostrado que es un político totalmente emocional; ha rechazado cargos nacionales porque considera que su compromiso está con su tierra natal, Cantabria. Es más, ha reforzado políticas para revitalizar el mundo rural, como su apoyo a iniciativas en los Valles Pasiegos, destacadas con el sello «Calidad Rural». ctualmente reside con su esposa Aurora Díaz en Astillero, un pueblo cercano a Santander. Su casa refleja su estilo: sencilla, con toques rurales, madera y amplios ventanales que dan al entorno natural. Incluso se ha convertido en punto de encuentro para sus seguidores.
El bar que recomienda para un bacalao con pimientos
Como decíamos, Revilla es bastante activo en sus redes sociales. Y es por eso que, en los últimos días, ha recomendado un lugar para comer bacalao con pimientos. «Como todos los años, vengo a San Ginés, en Colindres, y siempre paro a comer en el Bar Ana, donde su propietaria me prepara un bacalao con pimientos extraordinario ¡No lo he comido más rico en mi vida!», ha escrito junto a varias fotografías. El local al que hace referencia Revilla en su post ofrece una variedad de tapas y raciones caseras: tortillas, pescado, lomo, rabas… Cuenta con una valoración de 4,4 sobre 5 en Google y son varias las reseñas que podemos leer en Internet: «Bar familiar con pinchos muy ricos y caseros, el bizcocho es lo mejor de todo!!» o «Sus tapas son bastantes buenas y poco vistas. El personal agradables. Los precios dignos de su calidad y su originalidad».
Colindres, una villa sobre el mar
Colindres, la localidad donde se encuentra el Bar Ana, es una de las más antiguas y con más historia de Cantabria. Su emplazamiento en la desembocadura del río Asón, junto a la bahía de Santoña, le dio desde la Edad Media una importancia estratégica como puerto y lugar de comercio. En el siglo XVII alcanzó fama en todo el norte de España por sus astilleros reales, donde se construyeron importantes barcos para la Corona, lo que hizo que se conociera como la «villa de los hidalgos», pues muchas familias nobles de la zona vivieron allí. Además, su relación con la pesca y la tradición marinera ha marcado siempre la identidad del municipio, especialmente en la industria conservera de anchoa y bonito del norte, tan característica de la comarca.

Hoy en día, además, se divide en dos núcleos principales; Colindres de Abajo y Colindres de Arriba. La de arriba es la parte más antigua, situada en la ladera del monte. Aquí se conservan casonas solariegas, palacios de estilo barroco y un aire rural que recuerda al pasado noble y marinero. Pasear por sus calles es recorrer siglos de historia cántabra. Mientras que la de abajo es la zona más moderna y llana, cercana al mar. Es el corazón económico y social del municipio, con bares, comercios, colegios y vida cotidiana. Y no solamente eso. También, el pueblo goza de un enclave espectacular y privilegiado. Al norte se abre la bahía de Santoña, un espacio natural protegido con marismas donde habitan aves migratorias, y al sur se alzan montes verdes que conectan con el interior de Cantabria. Esto permite que Colindres sea un lugar ideal tanto para quienes aman el mar como para quienes disfrutan del paisaje rural.
Colindres tiene poco más de 8.000 habitantes, pero conserva un espíritu cercano y comunitario. Sus fiestas, como las de San Ginés a finales de agosto, llenan de color las calles con música, pasacalles y actividades tradicionales. La gastronomía también es parte fundamental de su identidad: además de la famosa anchoa, se celebran jornadas gastronómicas dedicadas al bonito, al marisco y a los guisos marineros. En conjunto es un lugar que mezcla historia, tradición y modernidad, uniendo la memoria de los astilleros y los hidalgos con la vida marinera y comercial de hoy, siempre en estrecha relación con la tierra cántabra y el mar Cantábrico.