Carlota, la discreta hija de Pérez-Reverte que es arqueóloga subacuática en Murcia
La joven ayudó a su padre a escribir una de sus novelas más conocidas, ‘El capitán Alatriste’, que se publicó en 1996

Pérez-Reverte y su hija, en un collage. | Gtres y Perdona si te mato, amor
Arturo Pérez-Reverte es un hombre de armas tomar. En su última entrevista en televisión —la semana pasada, junto a Pablo Motos— ya demostró que sigue teniendo las cosas muy claras y, sobre todo, que sus valores van más allá de sus novelas. Y es que nunca ha tenido problema en mostrar su opinión sobre los temas de candente actualidad, en los que suele mojarse sin que le importe el «qué dirán». Aunque eso sí, para todo lo que tiene que ver con su vida personal, el escritor siempre ha intentado ser muy discreto. Como ya contamos en THE OBJECTIVE, una de las mujeres que más ha marcado su vida ha sido Blanca, a quien conoció durante su etapa en la universidad y con quien tuvo a su primera hija, Carlota.
Lo cierto es que su primogénita, de una manera u otra, siempre se ha mantenido a su lado. Ya sea dándole apoyo en cada una de sus publicaciones como siendo una de sus mayores confesoras. Arturo Pérez-Reverte nació hace 73 años en la localidad murciana de Cartagena, a donde su hija Carlota ha vuelto en más de una ocasión. Y es que la mar se ha convertido en su pasión pero, también, en parte de su formación. La joven se ha formado en todo lo que tiene que ver con la arqueología submarina y se ha centrado, en estos últimos años, en en la difusión del patrimonio marítimo. Además, ha participado en en proyectos para la valorización del patrimonio subacuático como recurso cultural y turístico, por ejemplo promoviendo rutas arqueológicas submarinas.
El papel de Carlota en ‘El capitán Alatriste’ junto a Pérez-Reverte
Para ello, Carlota se ha trasladado a la tierra que vio nacer a su padre. Aunque lleva un perfil bastante discreto, el escritor ha hablado con orgullo de ella en varias entrevistas, refiriéndose a su trabajo, sus pasiones, y al modo en que heredó de la familia la afición por el mar y por la historia. Y es que Pérez-Reverte nació en el seno de unos padres muy vinculados a todo lo que tenía que ver con el agua. Su progenitor era marino mercante, muy aficionado al mar y a pescar. Fue cuando cumplió la mayoría de edad cuando el escritor decidió trasladarse hasta Madrid, matriculándose en la Universidad Complutense, donde se licenció en Periodismo a principios de los años 70. Fue durante esos años cuando conoció a la que sería su mujer, Blanca. De su relación nació Carlota, en 1983.
Desde muy pequeña, Carlota y su padre establecieron una relación de lo más personal y especial. A mediados de 1990, Pérez-Reverte publicó su novela más conocida hasta la fecha; El capitán Alatriste. Pero esta no solamente estaba firmada por él sino que, también, llevaba la rúbrica de su hija, Carlota, que por aquel entonces tenía apenas 13 años. Fue ella quien le ayudó a dar forma al personaje que hizo famoso al escritor. A pesar de que quiso vincularse al mar en sus estudios, Carlota también desarrolló esa parte más artística. En 2017 estrenó Perdona si te mato, amor, su único trabajo literario que publicó casi por casualidad en 2015. «Regalé a mis padres la obra por Navidad. En un principio, no tenía ninguna pretensión de que pudiera representarse. No obstante, la opinión positiva de varias personas que la leyeron me animó a esa posibilidad», contó en una entrevista a ABC.
Su pasión por el mar y su carrera como arqueóloga submarina
«Desde siempre, me ha gustado mucho escribir y recuerdo como un momento mágico y precioso la colaboración con mi padre en la primera entrega de la serie de Alatriste. Me encargaba de rastrear documentación, encontré un montón de mapas, y también mi padre me contaba lo que iba a pasar en el siguiente capítulo y yo escribía a mano en un cuaderno que él todavía conserva», apostilló sobre la creación del capitán Alatriste. A pesar de su sensibilidad literaria, Carlota decidió hace mucho tiempo que quería dedicarse a todo lo que tiene que ver con la arqueología subacuática. «De niña, ya jugaba a excavar en el jardín y hacer agujeritos a la búsqueda de cosas. Después comprobé que bucear es una de las experiencias más maravillosas que existen. Y, además, en mi familia, el mar ha sido un elemento muy presente. Así, los dos aspectos se unieron y tuve muy claro a lo que quería dedicarme», explicó sobre su pasión sobre la mar.

Es por eso que se licenció en Historia y Arqueología Marítima, especializada en arqueología subacuática. Obtuvo su doctorado en 2021 en la Universidad de Cádiz con una tesis titulada Arqueología subacuática y participación social. Ahora, se dedica a la arqueología subacuática, centrada tanto en la investigación como en la difusión del patrimonio marítimo. En su doctorado investigó también la «participación social», es decir, cómo implicar a la sociedad en la preservación, gestión o valorización del patrimonio marítimo y sumergido. Uno de los trabajos recientes que se le reconoce a Carlota es el artículo Creación de una ruta arqueológica subacuática en el pecio fenicio del Bajo de la Campana y el entorno de Isla Grosa, La Manga, Murcia. Este proyecto combina patrimonio marítimo, turismo cultural y arqueología subacuática. En este artículo ella aparece como autora junto con otros especialistas. El objetivo es diseñar una ruta arqueológica subacuática que ponga en valor restos fenicios en esa zona marítima.
Este artículo también refleja algo que ya se conocía de su doctorado: su interés no solo por la arqueología técnica, sino por cómo el patrimonio —marítimo/subacuático— puede involucrar a la comunidad, el turismo, sensibilización, etc, como explican desde la Revista UM. El hecho de que esté publicando artículos con contribuciones académicas muestra que sigue muy presente en la investigación universitaria, y trabajando con temas que tienen relevancia regional, de esa tierra que vio crecer a su padre. Y es que Pérez-Reverte siempre ha mantenido una estupenda relación con Cartagena, que no se ha debilitado con el paso del tiempo. En 2004 fue investido doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cartagena. En ese acto, pronunció un discurso en el que defendió la conservación del patrimonio histórico de la ciudad. En ese momento pidió preservar elementos de Cartagena del siglo XVIII, como el antiguo Hospital de Marina, el Cuartel de Antiguones, entre otros inmuebles afectados por la destrucción, la especulación o el deterioro.

Es más, parte de ese cariño por Cartagena se traduce en defender que su historia no se despilfarre. En su discurso de doctorado, reclamó responsabilidad institucional y social para conservar la ciudad histórica, no solo por orgullo local, sino como parte de una herencia colectiva vinculada al mar, la historia naval, la arquitectura militar, el urbanismo… En más de una ocasión ha mencionado el Mediterráneo y Cartagena como parte de su identidad literaria y vital. Por ejemplo, ha dicho que el Mediterráneo es como una patria para él, que desde Cartagena pudo observar influencias culturales, históricas, marítimas que luego aparecen en sus novelas, en su sensibilidad.