Irene, arropada por su madre, su tía Elena y el rey Juan Carlos en su momento más delicado
Irene Urdangarin afronta una nueva etapa tras su ruptura con Juan Urquijo, arropada por su familia durante el verano

Irene Urdangarin | Gtres
Aunque muchos lo relacionan con vacaciones, relax y tiempo libre, lo cierto es que el verano puede convertirse en una prueba de fuego para las relaciones de pareja. Así lo apuntan diversas investigaciones, entre ellas un estudio de la Universidad de Washington, que concluyó que los meses de agosto y marzo suelen concentrar un mayor número de divorcios y separaciones. La ausencia de rutinas, los viajes, la convivencia más intensa y, en ocasiones, las diferentes expectativas durante el tiempo de ocio provocan que algunas historias de amor lleguen a su fin. Y este año esa tendencia también ha alcanzado a una de las jóvenes más discretas de la familia real española. Irene Urdangarin (20) y Juan Urquijo (26), tras dos años de relación, han decidido poner punto final a su noviazgo.
Irene Urdangarin y Juan Urquijo, una relación marcada por la distancia

La hija de la infanta Cristina y el sobrino de Teresa Urquijo habrían tomado la decisión de separarse a principios de agosto, después de atravesar una crisis que no consiguieron superar. Según publicó la revista ¡Hola!, la distancia fue uno de los factores determinantes. Irene se encuentra en el Reino Unido, donde estudia Gestión de Hostelería, Turismo y Eventos en Oxford, mientras que Juan continúa con su carrera profesional en Madrid.
Mantener una relación a cientos de kilómetros de distancia nunca es sencillo y, en este caso, la falta de tiempo compartido habría terminado debilitando los lazos que unían a la pareja.
Un final esperado por muchos
Aunque la noticia sorprendió a muchos, lo cierto es que en los últimos meses se habían percibido señales de que las cosas no iban bien. Su escasa presencia conjunta en actos públicos, la menor interacción en redes sociales y un tono más reservado en sus apariciones ya hacían sospechar que la relación atravesaba momentos delicados. Finalmente, la ruptura se confirmó en pleno verano.
Lejos de dejarse vencer por la tristeza, Irene Urdangarin ha encontrado apoyo en sus seres queridos y ha aprovechado el verano para rodearse de ellos. Su agenda estival ha estado repleta de viajes familiares: primero Grecia, después Bidart —el tradicional refugio vasco-francés de los Borbón— y más tarde Barcelona. Allí protagonizó uno de los momentos más entrañables del verano, animando con entusiasmo a su hermano Pablo en la final de la Supercopa de Cataluña, en la que el Fraikin BM Granollers se alzó con la victoria frente al Barça. La joven estuvo acompañada por su madre, la infanta Cristina, con quien compartió gestos de complicidad y alegría.
Sanxenxo, punto de encuentro familiar

Pero el verano de Irene no terminó ahí. Tal y como apunta Lecturas, Irene Urdangarin también se dejó ver en Sanxenxo, donde buscó el calor de otros miembros de su familia: su tía Elena y su abuelo, el rey Juan Carlos. Las cámaras captaron el cariñoso reencuentro en el puerto gallego, tras una de las jornadas de regatas del Bribón. Acompañada por su madre y por Simoneta Gómez-Acebo, Irene se acercó a saludar al emérito después de que este regresara del mar junto a su equipo de vela.
Este encuentro familiar coincidió con la celebración de la Regata Rey Juan Carlos I – El Corte Inglés Máster, que reunió en Galicia a tripulaciones de once países, además de incluir degustaciones gastronómicas y diferentes actividades paralelas.
La ruptura con Juan Urquijo, por tanto, marca un nuevo capítulo en la vida de Irene Urdangarin, que a sus veinte años comienza a abrirse camino por sí misma. Eso sí, siempre rdeada siempre del apoyo de su madre y ahora también de su abuelo y su tía. Todo ello mientras continúa centrada en sus estudios en Oxford.