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El gran parecido de Leonor con Victoria Luisa, su tatarabuela que fue la más bella de Europa

La princesa y su tatarabuela, Victoria Luisa de Pruisa, comparten infinidad de rasgos como la forma de la cara o los ojos

El gran parecido de Leonor con Victoria Luisa, su tatarabuela que fue la más bella de Europa

Leonor y Victoria Luisa, en un collage. | Gtres

La princesa Leonor tiene unos rasgos faciales muy marcados. La hija mayor de los Reyes ha desarrollado un gran parecido físico a su familia paterna, en los que coincide en la forma de nariz, la sonrisa y el color de los ojos. Aunque eso sí, cada vez tiene más semblanzas con su madre, la reina Letizia, de quien ha heredado unos cuantos gestos. Si buceamos en el pasado de la Familia Real, nos encontramos con un parecido aún más flagrante; de Victoria Luisa de Prusia, su tatarabuela, hija del káiser Guillermo II de Alemania y quien se casó con Ernesto Augusto de Hannover y de quien nació la rama de los Hannover. Uno de sus hijos fue Federico, padre de la princesa Federica, y de esa unión nació Sofía de Grecia y Dinamarca —es decir, la reina emérita—.

Victoria Luisa de Prusia nació en septiembre de 1892 en Postdam. Fue la séptima hija y única mujer del káiser Guillermo II y de la emperatriz Augusta Victoria de Schleswig-Holstein. Creció en un ambiente estrictamente aristocrático, rodeada de la disciplina militar y las rígidas normas de etiqueta de la corte imperial alemana. Al mismo tiempo, recibió una educación cuidada, en la que destacaban tanto las lenguas como la música, la historia y la religión luterana, y su condición de única hija le granjeó un afecto especial por parte de su padre, que la apodaba cariñosamente Sissy.

Todo en lo que se parecen Leonor y Victoria Luisa de Prusia

La princesa Leonor destaca por sus ojos claros y la forma de su rostro. | Gtres

Con el tiempo, su belleza rubia, sus ojos azules y su porte distinguido le dieron gran notoriedad en las crónicas sociales de la época, siendo considerada una de las princesas más atractivas y admiradas de Europa. Algo que recuerda mucho a la situación que vive ahora la princesa Leonor. La princesa tiene el cabello castaño claro tirando a rubio oscuro, a veces cuando le da la luz se ve más claro. En sus años de juventud, Victoria Luisa fue reconocida por un rubio histórico. Ambas, además, compartieron el color de los ojos y la forma. También, la tez clara, típica de la realeza alemana de la época, ya que mantenían la piel pálida por los cánones aristocráticos.

Sin duda alguna, donde más se nota su parecido es en la forma de la cara. Algunos retratos muestran que Victoria Luisa tenía un rostro algo ovalado, mandíbula suave, pómulos no muy salientes, frente algo amplia, nariz fina y bien proporcionada. En Leonor se observa, por su parte, un rostro juvenil que tiende hacia lo ovalado, con mandíbula poco marcada, frente proporcionada, nariz de línea suave —no prominente—, todo ello rasgos que coinciden con muchas fotografías de Victoria Luisa de joven. También, la expresión y el porte es algo que comparten. En muchas imágenes Victoria Luisa aparece con una postura elegante, mirada sobria, digna, algo reservada, como era habitual en la aristocracia de su tiempo. Leonor también tiene, especialmente en eventos oficiales, una expresión bastante controlada, seria, pero con suavidad; no hace gestos exagerados, su postura y presencia recuerdan esa dignidad.

La vida de Victoria Luisa de Prusia: la más bella de Europa que se arruinó

Victoria Luisa de Prusia.

Aunque eso sí, su presente ha sido muy diferente entre ambas. La belleza de Victoria Luisa hizo hizo que entrara, de lleno, en el juego de alianzas matrimoniales dentro de las Casas Reales europeas, ya que un matrimonio con ella podía fortalecer vínculos dinásticos y políticos en pleno periodo de tensiones internacionales. Finalmente, el elegido fue Ernesto Augusto, duque heredero de Brunswick y Luneburgo, perteneciente a la casa de Hannover, una unión que en su momento tuvo gran repercusión. Hasta entonces, las relaciones entre la casa prusiana de Hohenzollern y los hannoverianos habían estado marcadas por la hostilidad histórica y las reclamaciones dinásticas derivadas de la anexión prusiana del reino de Hannover en 1866.

dónde están Leonor Sofía
Leonor tiene los ojos azules, al igual que Victoria Luisa de Prusia. | Gtres

La boda se celebró en 1913 en Berlín, con la presencia de reyes y príncipes de toda Europa —incluido el rey Jorge V del Reino Unido— fue vista como una espectacular reconciliación política y familiar, y uno de los últimos grandes encuentros de la realeza europea antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. Durante años, Victoria Luisa desempeñó el papel de duquesa consorte, participando en actos oficiales, obras de caridad y representaciones diplomáticas, al tiempo que consolidaba su familia con el nacimiento de sus cinco hijos —Ernesto Augusto, Jorge Guillermo, Federico Francisco, Cristián Óscar y Welf Enrique Augusto—. La guerra, iniciada en 1914, supuso un cambio de 180 grados en su vida. En ese momento, el Imperio alemán se desplomó, su padre abdicó y se exiliaron a los Países Bajos.

Así, Victoria Luisa y su marido aceptaron una vida más discreta, perdiendo su posición monárquica. Ernesto Augusto tuvo que enfrentarse a reclamaciones patrimoniales y a las dificultades de mantener el prestigio de la casa de Hannover en un contexto republicano, y Victoria Luisa, acostumbrada a la grandeza de la corte imperial, pasó por momentos de depresión y soledad. En 1965 publicó sus memorias bajo el título La princesa de Prusia, donde ofreció un relato personal de su infancia en la corte, su relación con su padre, su matrimonio y los dramáticos cambios políticos que había presenciado, un testimonio de gran valor histórico para comprender la vida cotidiana de la realeza en la transición del siglo XIX al XX. Victoria murió el 11 de diciembre de 1980 en Hannover, a los 88 años de edad, tras haber sido testigo de la caída de los imperios, dos guerras mundiales, la transformación radical de Alemania y la supervivencia de su linaje.

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