El look con el que Kate Middleton ha hecho historia: de las transparencias a la tiara de Diana
La princesa de Gales ha destacado sobre otras invitadas, como Melania Trump, por su originalidad y detalles históricos

Kate Middleton, Donald Trump y Carlos III en el palacio de Windsor. | | Gtres
Kate Middleton lo ha vuelto a hacer. Ha sido la invitada más aclamada por su estilismo en la cena de gala que se ha celebrado este miércoles en el palacio de Windsor. La cita ha reunido a 160 invitados pero ha sido la princesa de Gales la que se ha llevado más miradas, con permiso de los anfitriones y los homenajeados. El banquete ha corrido a cargo de los reyes Carlos III y Camila y cada detalle del menú o la música ha buscado homenajear a sus especiales invitados de estos días. Las figuras honradas esta noche han sido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su mujer, Melania. Ni la monarca ni la primera dama han podido competir con Kate por el título de la mejor vestida de la noche y esto se demuestra en los detalles.
Kate ha deslumbrado con un vestido de alta costura de la diseñadora británica Phillipa Lepley. Es una pieza de crepé de seda, en color crema y con escote palabra de honor que ha servido de base para que el protagonista fuese el abrigo. Cubriendo este vestido se ha colocado una segunda capa larga de encaje Chantilly dorado bordada a mano. Ha sido la primera vez que ha lucido esta combinación con semitransparencias y un cuello alto. El potente color del abrigo podría haber sido una dificultad a la hora de elegir las joyas, pero no para Kate. Ha combinado el inédito diseño con una de las tiaras favoritas de Lady Di, la Lover’s Knot, en español, la tiara de los enamorados. Es una pieza compuesta por 19 arcos de diamantes y decorada con 39 perlas, que en su día la anterior princesa de Gales llevó en la cena en la Embajada Británica en Washington en 1985. Fue creada alrededor de 1913 y su valor ronda las 2 millones de libras.

La segunda invitación de gala de Kate Middleton
Esta noche ha sido especial para Kate, más allá de la oportunidad para lucir armario y joyero. Ha sido la segunda cena de gala a la que asiste la princesa desde que le fuera diagnosticado un cáncer que la ha mantenido más de un año centrada en su familia y su tratamiento. La primera fue este pasado julio, durante la visita de Estado de los Macron. Cada aparición pública se interpreta como un signo de mejoría y de adaptación al tratamiento, por lo que su presencia en el banquete de anoche se ha celebrado en la prensa internacional y en la ciudadanía inglesa.
La brillantez de Kate Middleton en lo estilístico pasa desapercibida si no se compara con el vestuario de otras invitadas a la cena de Estado. Por un lado, la reina Camila optó por un look más clásico. Es habitual que utilice la tiara de zafiro belga, comprada por Isabel II en 1963, con un diseño en azul marino. En esta ocasión optó por un vestido de gala con hombreras, volantes en las mangas y pedrería en el bajo de la falda. Aunque no se ha registrado que el modelo ya se hubiese usado, el conjunto no ha sorprendido como se esperaba. La forma del escote y las mangas y el color azul eléctrico son algo habitual en la reina en este tipo de eventos de largo.
Otras invitadas y los detalles de la velada
Melania Trump se ha colocado en el otro lado del abanico de posibilidades. Algunos medios la han calificado como «la nota discordante de la cena de gala» por su vestido amarillo, con hombros descubiertos y abertura lateral en la falda. Combinó esta llamativa pieza con un cinturón ancho en tono rosa pastel. En cuanto a joyas, completó el conjunto con unos pendientes de esmeraldas. La primera dama también ha destacado en las fotos por la sencillez del conjunto, pues los miembros de la Casa Real portaban sus medallas e insignias y los americanos, no.

La velada ha tenido lugar en el castillo de Windsor, a unos 40 kilómetros de Londres, ya que Buckingham Palace se encuentra en plenas reformas. La cena de estado se celebró en el Salón de San Jorge, con una mesa de 50 metros decorada con flores rosas, moradas y amarillas. Al evento asistieron 160 invitados, incluyendo, como decíamos, a representantes de la Casa Real británica, el primer ministro Starmer y destacados líderes estadounidenses. En la lista se han encontrado nombres tales como Sam Altman y Jensen Huang, de Open AI; Tim Cook, de Apple; y el magnate Rupert Murdoch.
Un menú inglés con final estadounidense
Todos ellos han disfrutado de un menú compuesto por productos locales: panna cotta de berros con galletas de mantequilla de parmesano y ensalada de huevos de codorniz, albóndiga de pollo envuelta en calabacín con una salsa infusionada con tomillo y ajedrea y una bomba de helado de vainilla con sorbete de frambuesa en el interior y ciruelas ligeramente escalfadas. Como ya es tradición, también se ha creado un cóctel que represente al país invitado, a pesar de que Trump no bebe alcohol. Se le ha bautizado como Transatlantic Whisky Sour y combina Johnnie Walker Black, un whisky escocés, con mermelada, «coronado con una espuma de nuez y adornado con un malvavisco tostado sobre una galleta con forma de estrella».