La historia de amor de Silvia Intxaurrondo y su marido, Farouk: se conocieron en la universidad
La periodista de ‘La hora de La 1’ es madre de dos niños y comparte, junto a su pareja, una agencia de comunicación

Silvia Intxaurrondo, en una imagen de archivo. | Gtres
A Silvia Intxaurrondo le ha encantado conocer todo sobre la actualidad política. Y no solamente sobre lo que pasa en nuestras fronteras sino que, también, su interés ha ido siempre un poco más allá. Por esa razón decidió hace un tiempo formarse en Filología y Estudios Árabes, un momento en el que conoció a quien sería su marido, Farouk. Antes de eso, la presentadora se marchó hasta la Universidad de Navarra para estudiar Periodismo. Luego, pasó por la redacción de CNN+, por la Cadena Ser, Cuatro, Telemadrid y, finalmente, TVE. En la cadena pública presenta, desde hace un tiempo, La hora de La 1, donde narra las noticias de actualidad y ha conseguido levantar las mañanas de la corporación.
La periodista nació en la localidad de Baracaldo hace 45 años. Además de la televisión otra de sus grandes pasiones es la comunicación y es por eso que, hace un tiempo, decidió crear una agencia junto a su marido, Farouk. Juntos llevan las riendas de Sukun, una empresa que se encarga de realizar auditorías de comunicación, comunicación corporativa, presentación de eventos y formación en lengua árabe. Además, cuenta con una sede en Túnez. Sobre su lado más personal, Silvia reside en el barrio de Ciudad Lineal, del que se siente muy orgullosa. Además, es madre de dos hijos y se describe como «madre de dragones».
La historia de Silvia Intxaurrondo y Farouk

Desde hace tiempo, Silvia mantiene una relación estable con Jhinaoui Farouk, un tunecino que se formó en Filología Árabe por la Universidad Autónoma y quien tiene un Máster en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos —al igual que Silvia—. En estos años, y especialmente desde que fuera pareja de la periodista, ha participado en charlas relacionadas con Túnez y el mundo árabe, como eventos sobre las revueltas árabes. Tiene perfil crítico respecto de temas sociales y económicos de su país de origen. Como decíamos, junto a Intxaurrondo, fundó Sukun Comunicación SL, que ofrece servicios de comunicación, relaciones públicas, formación de portavoces, organización de eventos, estrategia de comunicación corporativa y de crisis, entre otros. Tienen además buena relación con empresas e instituciones árabes, facilitando conexiones con países árabes.
Como contamos en THE OBJECTIVE, Sukun Comunicación tuvo ingresos de unos 78.680 €, con gastos que la llevaron a declarar pérdidas ligeras —casi 1.000 € de pérdidas, aunque hay que tener en cuenta que ese fue el año de su fundación—. En ese momento, no tenía empleados declarados. Tanto él como Silvia han mantenido bastante privacidad en cuanto a su relación pública. No suelen aparecer juntos en actos sociales o eventos promocionales públicamente como pareja, al menos no frecuentemente. Una de sus pasiones compartidas es todo lo que tiene que ver con el mundo árabe. Es más, cada vez que tienen un momento libre y vacaciones suelen marcharse hasta Túnez, el país natal de Farouk. Como decíamos, Silvia siempre ha estado muy interesada en la actualidad internacional y en los grandes temas geopolíticos. El mundo árabe es un área de enorme relevancia informativa: conflictos, religión, energía, movimientos sociales.
Su amor por Túnez y el mundo árabe

Intxaurrondo aprendió árabe durante sus estudios, lo que le permitió acceder a fuentes directas y comprender mejor la realidad de esa región. En la mayoría de sus intervenciones, Intxaurrondo ha mostrado cierta sensibilidad por el impacto humano de los conflictos en Oriente Medio: refugiados, derechos de las mujeres, tensiones sociales. Es más, en CNN+ trabajó en programas de análisis internacional, donde pudo aplicar su formación en temas árabes e islámicos. Ha cubierto noticias sobre el Magreb y Oriente Medio, aportando contexto y profundidad. Ese bagaje la ha convertido en una periodista capaz de explicar con más rigor cuestiones complejas relacionadas con el islam y los países árabes.
Han sido varias las ocasiones en las que la periodista ha hablado sobre su vida familiar. En una entrevista con Vanity Fair admitió que para ella es de vital importancia pasar tiempo de calidad junto a sus hijos y su marido. Es más, confesó que era una madre bastante «presente», como ya contamos en THE OBJECTIVE. «En realidad estoy bastante tiempo con la familia pero, por el ritmo de vida que llevo, soy una de esas madres que muchas veces llega rozando el larguero a un acto que es importante para mis chavales», explicó.
Y admitió que, por ejemplo, cuando sus hijos tienen un partido de waterpolo —el deporte que practican— ella siempre está en la grada. «Pero te puedo decir que el tiempo que estoy con mis hijos es siempre tiempo de calidad. Lo vivo como si se tratase de momentos únicos. No los tengo ahí de fondo, ni digo: ‘Bueno, luego te atiendo’. Todo lo contrario: ‘Oye, ¿qué hacemos?’, ‘¿Qué tal los deberes?’, ‘¿En qué te puedo ayudar?’, ‘Venga, vamos a hacer un bizcocho’, ‘Vamos a dar un paseo’. Todo con ellos es tiempo de máxima calidad», aclaró al mencionado medio.