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¿Volverá la infanta Cristina a enamorarse? Las claves para rehacer su vida, según dos psicólogos

Desde que se separara de Urdangarin, la hija de los Reyes no ha rehecho su vida sentimental, marcada por el divorcio

¿Volverá la infanta Cristina a enamorarse? Las claves para rehacer su vida, según dos psicólogos

La infanta Cristina, en una imagen de archivo. | Gtres

La infanta Cristina vivió un divorcio especialmente complicado. Durante su relación, la hija de los Reyes dio todo lo que estaba en su mano para que esta no se rompiera. Es más, por amor se sentó en un banquillo para declarar sobre las prácticas por las que, el que era su marido, fue condenado a prisión. Así, la infanta pasó por uno de los momentos más complicados de su vida, sobre todo a nivel social, y fue cuestionada hasta unos niveles insospechados. Es por eso que el comienzo de la relación entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia fue especialmente duro, no solamente para sus hijos sino, también, para ella. Todo esto precipitó una firma de divorcio que se consolidó con una separación física y personal.

Desde ese momento, del que ya han pasado más de dos años, la infanta Cristina no se ha recompuesto, sentimentalmente hablando. Y es que parece ser que la hija de los Reyes no ha vuelto a encontrar el amor y tampoco es algo que tenga presente para su futuro más cercano. Hace unos días, la infanta fue pillada junto a un hombre en el aeropuerto de Bogotá, mientras estaba en el país por asuntos de trabajo. Por el momento, no se ha especificado quién es esta persona que le acompañaba; si forma parte de su entorno laboral, si es su guardaespaldas o, por el contrario, una nueva ilusión. Pero ¿podrá rehacer la infanta Cristina su vida sentimental después de esta complicada ruptura y un divorcio que se convirtió en mediático?

¿Podrá volver a enamorarse la infanta Cristina?

La infanta Cristina y su exmarido, Iñaki Urdangarin, en una imagen de 2020. | Europa Press

Desde THE OBJECTIVE hemos hablado con María Torres Muñoz —psicóloga general sanitaria— y Luis Miguel Real —psicólogo, especializado en adicciones—. «Superar una separación constituye siempre un desafío, pero cuando esta acontece bajo la mirada ajena y, además, implica un fuerte componente de sufrimiento, sus repercusiones se intensifican de manera significativa», explica Torres-Muñoz. En tales circunstancias, la persona «no solo debe afrontar un proceso de carácter interno», sino también un «profundamente emocional». Y no solamente eso. Además, se tiene que hacer frente a un «peso añadido» como es la exposición pública.

«Reconocer y permitir la vivencia de las emociones es un paso esencial en el camino de la recuperación. Minimizar lo ocurrido o negarlo únicamente prolonga el dolor. Resulta fundamental aceptar la experiencia como potencialmente traumática y otorgarle el valor que merece», concreta la psicóloga. Un proceso en el que también insiste Luis Miguel Real, quien resalta que será de vital importancia «escribir una nueva página». «Y para eso, hacen falta cosas distintas a las que te llevaron al punto anterior», apostilla. Lo primero es «básico» y se centrará en que una relación anterior que haya sido «un desastre» no significa que no se pueda tener «una buena después». «Pero sí implica que tendrás que revisar algunas cosas antes de volver a implicarte emocionalmente con alguien. ¿Qué aprendiste de lo anterior? ¿Qué no piensas volver a tolerar? ¿Qué necesitas ahora para sentirte segura en una relación? Estas preguntas no son de autoayuda barata. Son necesarias si no quieres repetir el mismo bucle con distinta cara», aclara.

«Tienes que ser tuya, coherente con tus valores, tus ritmo»

Además, también hay que tener algo muy claro; «tu nueva relación no es una demostración pública de recuperación». Es más, no tendrá que «superar» a la anterior, ni nadie tendrá que validarte. «Tienes que ser tuya, coherente con tus valores, tus ritmos y tus necesidades. Y eso implica protegerla del ruido: comentarios, comparaciones, titulares y opiniones no solicitadas. Si el pasado fue mediático, este presente necesita límites. Cuanto más íntimo y sólido sea lo que estás construyendo, menos impacto tendrán las voces de fuera», añade Luis Miguel. También, será vital «no cargar» a la nueva pareja con lo que pasó «antes». «No puede pagar por errores que no cometió. Eso sí, hablar de tu historia con honestidad y sin tabúes es clave. No hace falta contarlo todo, pero sí lo suficiente para que la otra persona entienda de dónde vienes y qué cosas son sensibles para ti. Una buena pareja no va a exigirte que olvides el pasado, pero sí que lo gestiones con responsabilidad», concreta Luis Miguel.

Iñaki Urdangarin junto a su hijo Pablo. | Gtres

De esta manera, será esencial que cada uno «exprese lo que siente», sin «juzgarse ni presionarse para aparentar bienestar, favorece el proceso de duelo, el cual tiene un ritmo propio y varía de manera particular en cada individuo», explica María Torres Nuñez. Es muy habitual que, de forma general, se busquen explicaciones que le dan sentido a lo sucedido, pero, en ocasiones, «estas interpretaciones generan narrativas distorsionadas». Y es que, de forma general, la identidad personal no se reduce a una ruptura ni a la percepción de terceros. «En este sentido, la opinión pública puede ejercer un impacto considerable: el temor a la crítica, al juicio o a los comentarios sociales puede convertirse en una carga difícil de gestionar. Precisamente por ello, resulta esencial centrarse en los aprendizajes obtenidos, en los propios límites y en el reconocimiento de lo que uno merece. No se trata de un final, sino de una etapa de transformación vital», defiende la psicóloga.

«Puede ser útil recuperar proyectos, aficiones y metas previas a la relación»

Y es que, en ocasiones, cuando la separación es objeto de atención pública, se vuelve «imprescindible» proteger el espacio íntimo. Es por eso que será esencial imponer límites respecto a lo que compartir y a lo que no y qué habrá que reservarse para el espacio más personal. «Establecer límites respecto a qué aspectos compartir y cuáles reservar fortalece la sensación de seguridad. Además, reducir la exposición en redes sociales puede contribuir a disminuir tanto la posibilidad de recibir comentarios dañinos como la de revivir recuerdos dolorosos. Escoger con cuidado a las personas de confianza con quienes compartir la vulnerabilidad representa un recurso fundamental para afrontar este tipo de experiencias», concreta Torres-Nuñez. Este tipo de acontecimiento, además, pueden tener una «fractura de identidad», dejando la impresión de haber pedido una parte esencial de uno mismo.

«Puede ser útil recuperar proyectos, aficiones y metas previas a la relación, así como explorar nuevas actividades que permitan ampliar horizontes y descubrir facetas desconocidas de la propia personalidad. En este proceso de reconstrucción de la identidad, el trabajo interior se complementa con la manera en que uno decide proyectar su propia imagen hacia el exterior. Cuando la vida privada adquiere relevancia pública, surge inevitablemente la pregunta sobre cómo mostrarse ante los demás tras lo ocurrido. Así, la sanación personal se convierte en un ejercicio doble: de reparación íntima y de resignificación pública», aclara la psicóloga. Y es que, en la mayoría de ocasiones, la mente y el cuerpo mantienen «una estrecha relación», por lo que atender a ambos planos es algo prioritario.

La infanta Cristina, en una imagen de archivo. | Gtres

«Realizar ejercicio físico, caminar, descansar de manera adecuada o seguir una alimentación equilibrada son prácticas que favorecen la recuperación integral. Del mismo modo, recursos como la meditación, la escritura reflexiva o cualquier otra forma de expresión ayudan a canalizar pensamientos intrusivos y emociones persistentes», añade la psicóloga. En estas ocasiones, además, contra con acompañamiento psicológico brinda un «espacio seguro e íntimo» y que transforma el dolor en «resiliencia y aprendizaje». «Una ruptura pública y traumática representa un desafío complejo, pero también una posibilidad de crecimiento personal. La terapia facilita la gestión emocional y ayuda a reconstruir la identidad y las relaciones», concreta la psicóloga. Un punto que, además, comparte Luis Miguel Real, quien pone el foco en «no tapar un agujero con otra persona». «Cuando una ruptura ha sido traumática, hace falta reconstrucción real. Y eso lleva tiempo. Tiempo para reaprender a confiar, para bajar la guardia sin miedo, para volver a ilusionarte sin pensar que te van a traicionar. Porque sí, se puede volver a amar, pero no desde la prisa ni desde la necesidad, sino desde el cuidado y la claridad», concluye el psicólogo.

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