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El pueblo de Jordi Évole en Barcelona: tranquilo, con viñedos y lo comparte con Anna Gabriel

El presentador de La Sexta reside en una pequeña localidad muy cerca de la ciudad condal y donde ha encontrado paz

El pueblo de Jordi Évole en Barcelona: tranquilo, con viñedos y lo comparte con Anna Gabriel

Jordi Évole, en una imagen de archivo. | Gtres

Jordi Évole lleva muchos años centrado en su carrera profesional. El presentador de La Sexta siempre ha intentado guardar todo lo que tiene que ver con su vida personal para su espacio más privado. Aún así, se sabe que Évole mantuvo un matrimonio de varios años, del que nació su único hijo. Actualmente, como ya contamos en THE OBJECTIVE, mantiene una relación con la expolítica Anna Gabriel, quien reside en Barcelona desde hace un par de años. Fue en su pueblo, Sallent, donde fueron vistos, por primera vez de forma pública, Ana y Jordi, quienes, para su círculo más cercano, nunca han ocultado su relación. Sí que es cierto que, por el momento, no se sabe si viven o no juntos, de lo que sí se tiene constancia es que el presentador reside a las afueras de la ciudad condal, concretamente en Santa Coloma de Cervelló.

Allí posee una casa, el antiguo hogar familiar —y que compartió con su exmujer—. Reside en un bajo con jardín de algo más de 250 metros cuadrados y que está muy cerca, además, de la localidad que le vio crecer; Cornellà de Llobregat. Santa Coloma es uno de los pueblos del Bajo Llobregat, muy cercano a Barcelona. La casa en la que vive Évole es bastante espaciosa, con luz natural, jardín, lo que permite un cierto contacto con la naturaleza y, sobre todo, favorece el no estar aislado. Se trata de un entorno más tranquilo que Barcelona ciudad y es más residencial, con un menor ritmo urbano. Cuenta con buenas conexiones con la ciudad condal, lo que favorece que se pueda compatibilizar su vida personal y familiar con su trabajo en televisión.

El pueblo donde vive Jordi Évole cerca de Barcelona

La localidad, además, cuenta con zonas verdes, servicios del municipio, colegios y comercio local. El entorno permite más calma y, sobre todo, establecer una vida familiar. En más de una ocasión, Jordi ha confesado que su trabajo ha dejado de ser la «droga» más estimulante y que ha sabido dar a su parcela personal el espacio que se merece. Su casa con jardín le permite desconectar, pasar tiempo fuera de casa y disfrutar del aire libre. Tiene otra residencia en la Costa Brava —en El Port de la Selva—, que utiliza como casa de veraneo para los meses de verano, lo que sugiere que alterna entre la vida entre su hogar habitual en Santa Coloma y escapadas veraniegas. 

Pero ¿qué sabemos de Santa Coloma? El municipio está documentado desde el siglo X, cuando aparece citado como Sancta Columba. El nombre «Cervelló» viene de la familia feudal Cervelló, que tenía posesiones en la zona. Durante la Edad Media fue un territorio básicamente agrícola, con masías dispersas y actividad de viñedos, olivares y cereales. En el siglo XI ya existía la iglesia de Santa Coloma, que ha sido núcleo religioso del municipio. Entre los siglos XVI y XVIII la población siguió siendo agrícola, pero sufrió los conflictos bélicos de la época —como la Guerra dels Segadors en el XVII—. Cuenta, además, con muchas masías fortificadas —como la Torre Salvana, que hoy está en ruinas— y datan de esa época y recuerdan la necesidad que tuvo de defensa.

Allí lleva una vida tranquila y cercana a la naturaleza

Santa Coloma de Cervelló.| SH Barcelona

El gran cambio llegó con la creación de la Colonia Güell (1890), una colonia industrial textil fundada por el empresario Eusebi Güell. Fue diseñada como un conjunto autosuficiente: fábrica, viviendas obreras, escuela, teatro, comercios, iglesia… El arquitecto Antoni Gaudí proyectó la iglesia de la colonia, aunque solo construyó la Cripta de la Colonia Güell, hoy Patrimonio de la Humanidad. La llegada de la colonia atrajo a centenares de familias trabajadoras, transformando el municipio. A principios del siglo XX, Santa Coloma ya era un núcleo mixto, tanto agrícola como obrero. La Guerra Civil dejó mucha huella en el territorio, con enfrentamientos y represiones como protagonistas. Tras la crisis del textil, la Colònia Güell entró en decadencia a mediados del siglo XX, aunque siguió habitada. El crecimiento demográfico vino también por la proximidad con Barcelona y la llegada de inmigración interior —Andalucía, Extremadura, etc.—.

El Castillo de Santa Coloma. | Sapos y princesas

Hoy en día tiene unos 8.000 habitantes y combina el carácter histórico rural con su patrimonio modernista. Además, la Cripta de Gaudí y la Colonia Güell son un motor cultural y turístico. Se trata de un municipio residencial, con fuerte identidad local, muy vinculado a la historia industrial catalana y al movimiento obrero. Allí el presentador lleva una vida de lo más tranquila, en la que no se esconde de nada ni de nadie. Fue hace un año cuando desde el programa Que no salga de aquí, se hizo pública relación de Jordi con la exdirigente de la CUP, Anna Gabriel. Es más, en ese año, se apuntó que llevaban juntos más de cuatro años. Han sido vistos juntos en público, por ejemplo en la Fiesta Mayor de Sallent —el pueblo natal de Anna Gabriel— y también en otras circunstancias que los medios recogen como indicios de convivencia o cercanía.

En todo este tiempo, ninguno ha hecho ninguna declaración pública su relación ni tampoco se conoce cómo se conocieron. Lo que sí parece ser es que intentan pasar tiempo juntos en Barcelona, donde tienen instaladas sus vidas desde hace tiempo. Antes de salir con Gabriel, Jordi mantuvo un matrimonio con la fotógrafa Esther Delgado. Juntos tuvieron un hijo, Diego. Se separaron hace un tiempo, aunque al igual que su relación actual, el presentador decidió mantenerlo en un segundo plano. Évole nació en el verano de 1972 en Cornellà de Llobregat, en Barcelona. Su madre es de origen granadino y su padre nació en Extremadura. Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona y trabajó en la radio, como comentarista deportivo, y, también, en la televisión local. Tiene, además, su propia productora, Producciones del barrio, que se creó hace más de una década. Évole ha sido siempre muy cuidadoso con su intimidad, manteniendo su vida privada bastante alejada de los medios sociales y del foco mediático habitual. 

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