Susanna Griso (55 años): «Unos amigos hacen un ranking y la mejor ensaladilla está en Málaga»
La presentadora es una auténtica apasionada de la gastronomía de nuestro país y su plato preferido son los de cuchara

Susanna Griso, en una imagen de sus redes sociales.
Susanna Griso disfruta de su tiempo libre rodeada de amigos. Y es que la presentadora de Antena 3, cuando sus compromisos laborales se lo permiten, suele dejarse ver acompañada de aquellas personas que forman parte de su círculo más cercano, con los que sale a comer y a cenar no solamente por Madrid sino, también, por su Barcelona natal. Coincidiendo con el Día Mundial del Aperitivo, desde Antena 3, quisieron hacerle unas preguntas en las que se interesaron si la periodista suele disfrutar de este momento junto a sus seres queridos. «Salgo del plató con mucho apetito y suele saltarme el aperitivo y voy directamente a la comida», confesó Griso para las redes de Antena 3.
Y lo cierto es que, como ella misma ha confesado en alguna que otra ocasión, sus días comienzan muy pronto, en los que empieza a prepararse todo de lo que tiene que abordar en Espejo Público. A última hora de la mañana, la presentadora abandona las instalaciones de Atresmedia y suele dedicar tiempo a su familia, especialmente a su hija pequeña, Dorcette, a quien adoptó junto a su exmarido hace años. También, aprovecha estos momentos para compartir tiempo con su círculo más cercano, con quienes le gusta salir a tomar algo. Es más, ha sido ella misma quien ha confesado —hablando de aperitivos— que suele hacer un «ranking» con sus amigos, en los que califican las mejores ensaladillas de nuestro país. «La mejor está en Málaga», ha contado.
Susanna Griso y la mejor ensaladilla rusa de Málaga
«Lo que más me gusta es una cañita de cerveza, un buen vino, una copita de cava y ensaladilla rusa», ha apuntado. Además, ha seguido insistiendo: «Te diré que Málaga está de las mejores; en Barcelona también tengo localizada otra y en Madrid, evidentemente». Así, parece ser que Susanna disfruta de su tiempo de la mano de la gastronomía y es que ha confesado, en alguna que otra ocasión, que es aficionada de la cocina. En varias entrevistas ha contado que, cuando sus amigos vienen a casa, uno de sus platos favoritos —y el que no suele fallar— es el pollo al curry. También ha confesado que le encantan los platos de cuchara, los de la cocina tradicional; de Madrid, como el cocido; y de Cataluña, las albóndigas con sepia.
Entre sus objetos personales, nos encontramos con libros de cocina, como, por ejemplo, los de Karlos Arguiñano. Además, prefiere la cocina tradicional a la comida rápida. También le encantan los sabores dulces al final de la comida —aunque comenzando con salado—. En una entrevista contó que siempre tiene que acabar con algo dulce. Sobre su tiempo libre, sí que es cierto que Susanna está muy enfocada en su trabajo, por lo que no suele gozar de muchas horas de descanso durante la semana. Para ello, cuenta con los fines de semana, en los que intenta desconectar de sus tareas. Sí que es cierto que, desde sus dos hijos mayores se marcharon de casa, Susanna ha podido dedicarse a hacer otros planes, aunque siempre con un ojo puesto en la pequeña Dorcette.
«Lo que más me gusta es una cañita de cerveza y un buen vino»
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Como ella misma ha contado, uno de sus grandes lujos es la siesta. Es por eso que valora mucho los ratos que puede pasar en casa, tranquila. Le gusta mucho leer libros y disfruta del tiempo que pasa con sus retoño. También, le gusta que su familia vaya a verla a Madrid y marcharse ella, cada vez que puede, a su tierra natal para estar junto a sus seres queridos. Durante la temporada estival aprovecha para irse de vacaciones a algún lugar rodeada de playa y siempre intenta desconectar. Hace deporte con regularidad, un par de veces por semana y se preocupa siempre mucho por mantener su forma física y, sobre todo, llevar unos hábitos saludables.
Su día comienza muy pronto, a primera hora de la mañana, ya que suele acostarse sobre las diez o diez y media —como ella misma ha contado—. Además, duerme poco y está aprendiendo a disfrutar más de su tiempo por las tardes. De la misma forma, está intentando limitar el número de cafés que toma durante el día. Con sus amigos intenta pasar tiempo fuera de las cámaras de televisión y, además, siempre suele poner tierra de por medio. En estos últimos años, la presentadora ha viajado a distintos destinos internacionales como China, donde estuvo en la Semana Santa de este año, y que eligió para desconectar. Otro de sus viajes más recientes ha sido Argentina, hasta donde se marchó hace unos meses y donde visó las salinas de Jujuy, de las que compartió varias imágenes a través de sus redes sociales.
En otra Semana Santa anterior —en 2024—, viajó a Sicilia. Hizo parada en la playa de San Vito Lo Capo, visitó el Valle de los Templos en Agrigento, y disfrutó de la historia, paisaje, cultura local. También, en los últimos tiempos, ha hecho varias escapadas nacionales, recorriendo el norte de España: Asturias, con visita a Covadonga, la Basílica y la Santa Cueva; luego Cantabria, incluyendo Mogroviejo con vistas a los Picos de Europa. Sobre su rutina, Susanna ha confesado, en más de una ocasión, que no ha hecho nunca ninguna dieta para perder peso. Lo que hace es llevar una alimentación «con criterio». Si algún día «se pasa», lo compensa con otros días. El desayuno es uno de los momentos clave para ella. Lo prepara de manera que le aporte energía suficiente para afrontar una larga mañana de trabajo.
La influencia de la ensaladilla rusa en Málaga
Aún así, siempre tiene tiempo para tomarse una buena ensaladilla. Y es que se trata de una de las tapas más conocidas de nuestro país y es, también, una de las más pedidas en la ciudad de Málaga. Es más, al pedir una caña o un vermú casi siempre viene acompañado de una tapa de ensaladilla rusa. Es un plato fijo en las vitrinas de las barras, al nivel de las aceitunas aloreñas o el boquerón en vinagre. Se ha convertido en una especie de «termómetro» de calidad de un bar: si la ensaladilla está bien hecha, el sitio suele tener buena reputación. Aunque la receta básica —patata, mayonesa, encurtidos, atún y huevo— viene de la tradición rusa/mediterránea del siglo XIX, en Málaga se adapta con toques locales; se añade una mayonesa más ligera, se usa más la gamba o el langostino y la presentación suelen estar más cuidada, añadiendo unos picos —o colines, que son tan típicos en Andalucía—.

La ensaladilla rusa es tan importante en Málaga que hay concursos y rutas gastronómicas en torno a ella —por ejemplo, la ruta de la ensaladilla rusa que organizan algunos colectivos de hostelería—. Además, la crítica gastronómica local suele publicar rankings de «las mejores ensaladillas rusas de Málaga». Se trata de un plato compartido: se pide al centro, se acompaña con cerveza o vino, y forma parte del tapeo malagueño. Igual que el espeto de sardinas identifica al chiringuito en la playa, la ensaladilla rusa identifica a la barra del bar en la ciudad.