La terraza de Eugenia Martínez de Irujo es la envidia de Madrid por sus vistas al Palacio de Liria
La hija de la duquesa de Alba reside en un edificio, que pertenece a su hermano, y que ocupa un lugar muy especial

Eugenia Martínez de Irujo, en una imagen de sus redes sociales.
Eugenia Martínez de Irujo hace mucho tiempo que pasó uno de los momentos más complicados de su vida. La hija de la duquesa de Alba perdió a su mayor referente en la vida; su madre. Para honrarla, cada día intenta poner en valor su legado, repleto de obras de arte y de un extenso patrimonio que recorrer la mayor parte de la Península. Uno de los más especiales, además del Palacio de Dueñas, es el Palacio de Liria, que se ubica muy cerca del centro de Madrid y donde todavía conservan su esencia. Muy cerca de allí reside la propia Eugenia quien vive en un bonito piso con una terraza con vistas impresionantes.
La casa, en la que convive con su pareja, Narcís Rebollo, es moderna, reformada completamente, con líneas simples y decoración minimalista/vanguardista. En todo momento, Eugenia ha buscado que las estancias principales —salón, comedor, cocina— estuvieran conectadas, espacios diáfanos, luminosos. Además, la carpintería es lacada en blanco mate, y gran parte del mobiliario es a medida. Para contrarrestar el blanco predominante, usa suelos de madera roble; la cocina tiene suelo de gres. Aunque sin duda alguna, la joya de la Corona es la terraza que da al Palacio de Liria.
Así es el piso de Eugenia Martínez de Irujo frente al Palacio de Liria
El edificio donde la única hija de la duquesa de Alba es propiedad de su hermano Carlos Fitz-James Stuart, que posee varios inmuebles en las proximidades de Liria. Es más, existe un pasadizo privado que conecta directamente con el Palacio de Liria. Como decíamos, la casa fue reformada, hace tiempo, con una estética moderna/vanguardista. En todo momento, Eugenia buscó que la planta fuera diáfana, con mucha luminosidad y amplitud. El suelo principal es de madera roble, cálido, que contrasta con el blanco. En la cocina se ha empleado suelo de gres. Para aportar ambiente acogedor hay muchos detalles vegetales: plantas, además de flores y también cactus en algunos rincones.
Además, Eugenia usa velas en varios espacios, especialmente en chimenea, vanos de ventanas; esto suma un toque decorativo íntimo. En el salón destaca la chimenea como punto focal. La terraza da hacia el Palacio de Liria, lo que le otorga unas vistas espectaculares, abiertas y únicas en pleno centro de Madrid. Está elevada, por lo que no solo se aprecia la fachada del palacio, sino también parte de sus jardines. El pavimento combina suelos de madera —o tarima apta para exteriores— que aportan calidez y un aire natural al conjunto. El mobiliario es sencillo, minimalista, y se adapta al estilo del resto de la casa: líneas puras, sin sobrecarga.
Una terraza con unas vistas muy especiales
La terraza está muy acompañada de plantas en macetas: cactus, flores y vegetación mediterránea. Las macetas son de estilo sobrio, en materiales lisos y tonos neutros —blancos, grises, negros—, para mantener la estética elegante. La vegetación está dispuesta tanto en el suelo como sobre mesas auxiliares, aportando sensación de frescura y vida. Así, se ha convertido en un espacio pensado tanto para descansar y leer, como para compartir veladas íntimas. Eugenia ha añadido velas y farolillos, que por la noche dan un ambiente cálido y acogedor. Aunque no es muy grande, está bien aprovechada para ser un rincón privado de desconexión en la ciudad.
De esta manera, la terraza de Eugenia puede definirse como un oasis urbano, sencillo y sin excesos, que transmite serenidad. Es más, refleja la personalidad de Eugenia: natural, bohemia pero con un toque refinado. El protagonismo absoluto lo tienen las vistas al Palacio de Liria, de hecho, todo el mobiliario y disposición están pensados para disfrutar de esa panorámica. Además de su casa en Madrid, Eugenia posee una bonita casa en Ibiza. Se llama S’Aufabaguera, lo que en ibicenco significa «la albahaca». Está frente al mar, cerca de Cala Salada, en Sant Antoni de Portmany. Fue construida en 1980, por su madre, la duquesa de Alba, y su esposo en ese momento, Jesús Aguirre. Tiene, además, una estética mediterránea boho chic: paredes encaladas en blanco, vigas de madera, suelos de barro, piedra natural. Cuenta, también, con mucha naturaleza a su alrededor.
Aunque eso sí, una de sus propiedades más especiales, como decíamos, es el Palacio de Liria. Aunque no es «su casa» en el sentido de vivienda privada, es la residencia de la Casa de Alba, vivió allí de niña, y todavía hay espacios privados que ella utiliza. Se trata de un palacio neoclásico en plena calle Princesa de Madrid. Tiene unos jardines especialmente extensos y una piscina privada que hasta hace poco no se mostraba públicamente. En los interiores hay salones con obras de arte clásicas: pinturas de Goya, Rubens, Tiziano; armaduras antiguas; bóvedas con frescos; elementos decorativos muy ornamentales.