Beatriz Montañez y su vida en el bosque: se rebanó el dedo pulgar con una motosierra
La que fuera presentadora de ‘El intermedio’ se mudó hace unos años a una casa en medio del campo sin comunicación

Beatriz Montañez, en una imagen de archivo. | Gtres
Beatriz Montañez se hizo conocida gracias a su faceta como copresentadora de El intermedio. La periodista formó, junto a El Gran Wyoming, uno de los duetos cómicos y con más complicidad de la pequeña pantalla durante mucho tiempo. Aunque eso sí, en un momento dado, Montañez decidió abandonar su trabajo en La Sexta, comenzando con una nueva faceta en el campo, viviendo en una pequeña cabaña en medio de la nada. Allí escribió su libro, Niadela, en el que cuenta todos los detalles de su vida en una cabaña «sin agua corriente» y donde vive con una pequeña retribución mensual. «Desde fuera, la gente se cree que porque trabajas en la tele, tienes dinero y reconocimiento, no puedes hacer algo así. De hecho, tuve muchas críticas por parte de amigos y familiares, que me decían que estaba loca por aislarme en la montaña, que cómo me dejaba un trabajo así. No veían normal que renunciase a unas circunstancias supuestamente maravillosas para irme a una casa en el monte, y más en las condiciones en que estaba esa casa», cuenta Beatriz.
Como decíamos, gracias a su experiencia en el campo, la periodista decidió escribir un libro en el que narra también los capítulos más difíciles. Porque no solamente se sintió incomprendida en el principio de su experiencia sino que, también, vivió un momento especialmente difícil después de cortarse el dedo pulgar con una motosierra mientras cortaba leña. «Beatriz Montañez alcanzó la fama en televisión, pero acabó harta y rompió con todo. Aislada hace años en una casa de campo, publica su primer libro, Niadela, una catarsis en fusión con la naturaleza. También con crudeza: imposible olvidar el capítulo en el que cuenta cómo se rebanó accidentalmente el dedo pulgar cuando cortaba leña con una motosierra», cuentan desde Infomag.
La vida de Beatriz Montañez en un bosque

Beatriz Montañez nació en la localidad de Almadén, en Ciudad Real, en 1977. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Luego, se mudó hasta Estados Unidos, donde trabajó en una radio de habla hispana y cursó Comunicación Audiovisual en la Universidad de California. En su carrera como periodista, Beatriz ha trabajado en Radio Exterior de España y en cadenas latinas de EEUU. Su gran salto fue en 2006, al convertirse en la copresentadora de El Intermedio (La Sexta) junto a El Gran Wyoming. Se mantuvo en el programa hasta 2011, siendo uno de los rostros más reconocidos del espacio. Tras dejar El Intermedio, fichó por Telecinco y presentó El gran debate (2012-2013). También pasó por Hable con ellas (Telecinco, 2014), donde coincidió con otras presentadoras como Sandra Barneda o Yolanda Ramos.
Tras abandonar la televisión en 2014, desapareció casi por completo de la vida pública. Reapareció en 2021 para presentar su libro, sorprendiendo a todos al contar su nueva vida de retiro y austeridad. Hoy en día se dedica a la escritura y a la vida rural, sin actividad mediática constante. Antes de tomar la decisión que dio un cambio de 180 grados en su vida, Beatriz sintió que estaba «perdidísima» con mucho «ruido» interno y sin mucha claridad sobre lo que quería hacer. Llegó a un punto en que necesitaba silencio, parar, reflexionar. Durante una excursión con amigos descubrió una casa vieja de pastores, abandonada, en medio del bosque. Esa casa le hizo imaginar un refugio, algo diferente. Ahora, vive en una cabaña de piedra, en medio del bosque, con pocos vecinos — que están muy lejos; algunos medios dicen que no hay nadie a 25 km a la redonda.
Aislada, sin contacto con el exterior y siendo vegana

Inicialmente no tenía electricidad ni agua caliente. Durante un año u año y medio vivió con velas, sin agua caliente. Ahora, usa agua del pozo y, también, instaló un equipo fotovoltaico para generar algo de luz y electricidad. Sobre su rutina, la periodista cuenta en su libro que se levanta temprano —sobre las 7 y media de la mañana— para hacer tareas domésticas. Dedica buena parte de las mañanas a tareas como cortar leña, preparar la chimenea y conseguir el combustible/energía necesaria para calentar la casa. Además, reserva parte del día para meditar, leer, escribir. Su escritura ahora cobra más importancia, tanto como expresión de su proceso personal. Ella misma describe su rutina como «militar», aunque sí que es cierto que, a veces, la rompe.

Se hizo vegana poco después de mudarse, como coherencia con su entorno. Sus gastos de alimentación suelen alcanzar los 100 o los 150 euros. Sale muy de vez en cuando: cada 25 días hace una compra importante. Cada cinco o seis meses sale al «mundo», lo que incluye paseos por Madrid, ver amigos, cine, etc. Tiene bastante contacto con la naturaleza, con animales, insectos. Ha dicho que se ha vuelto más sensible a los sonidos, a los detalles, que percibe las cosas con calma. Aunque eso sí, no todo ha sido fácil. Ha pasado días con fiebre y con problemas por comer plantas que no debía. También ha vivido episodios de soledad muy intensa, ha reconocido que se sintió saturada, nerviosa, insegura al principio.
En estos diez años, Beatriz ha tenido la oportunidad de encontrarse a sí misma, recogiendo los «trozos» que había descartado o perdió por el campo. Siente paz y afirma que ahora «se cae bien» a sí misma, que disfruta del silencio, que la naturaleza le ha enseñado a escuchar y a ver. Ha encontrado más de lo que pensaba, y que este estilo de vida, por austero que parezca, le da libertad. Es por eso que, por el momento, no tiene pensado volver a su vida anterior, rodeada de flashes y medios de comunicación.