Jordi González: de estar en coma a regresar a la televisión en su propio idioma, el catalán
Tras superar una grave enfermedad y semanas en coma, Jordi regresa a la televisión al frente de Col·lapse en TV3

Jordi González
Jordi González ha sorprendido con un regreso que pocos esperaban. Tras haber pasado a principios de año varias semanas ingresado en la UCI —tres de ellas en coma inducido— el periodista, de 63 años, ha reaparecido totalmente recuperado y con energías renovadas.
El pasado sábado 27 de septiembre volvió a la televisión con un saludo muy especial: «Nueve mil veinticinco noches después, en mi idioma y en TV3, te digo: ‘Buenas noches’». Con esas palabras daba inicio a su nueva etapa al frente de Col·lapse, el espacio que hereda de Ricard Ustrell y que mezcla la fórmula del late night con entrevistas y humor para las noches de los sábados.
Un proyecto que le hizo regresar a la televisión
Aunque en algún momento pensó en retirarse definitivamente, Jordi González reconoce que esta propuesta le devolvió la ilusión. «Después de 40 años haciendo televisión y teniendo en cuenta que tengo más pasado que futuro y que tengo dinero, pensé: ‘Voy a dejar de trabajar y voy a vivir a lo loco lo que me queda de vida’. Pero llegó esta propuesta y me flechó completamente el proyecto», confiesa. El formato también se renueva con una banda dirigida por Manu Guix, subdirector de la Academia de OT 2025, y con Marta Torné como madrina en su estreno.
Su fichaje llegó con plenas garantías. «Sin condicionar ni los contenidos ni el esquema del programa. Confianza total», explica el periodista, recoge Lecturas. Le sorprende que TV3 haya recuperado a alguien que se marchó hace 27 años, pero asegura que fue su entusiasmo lo que convenció a Ustrell: «Nos conocemos. Sabe lo que siento y lo que presiento del medio. Ese plus de entusiasmo creo que le pareció suficiente para que alguien que le dobla la edad se haga cargo de su programa».
De vuelta a la televisión, González se reencuentra con un viejo conocido: los datos de audiencia. «Cuando yo empecé en la tele no existía la medición de audiencias. (…) Llegamos al minuto a minuto que es cuando nos observan con microscopio y eso es lo que marca en nuestro país el presente y el destino de los programas», reflexiona. Sin embargo, asegura no sentir presión: «TV3 es líder en Cataluña y el programa asumo que es líder en su franja. Son todo ventajas. Mi mayor reto es mantenerlo. (…) No vengo a salvar ninguna vida ni ninguna televisión sino a mantener una audiencia fiel a un canal y a un programa».
Una recuperación marcada por la enfermedad
El presentador vuelve a la rutina tras uno de los episodios más duros de su vida. «Estuve tres semanas en coma inducido y las posibilidades de sobrevivir eran un 3%. Tenía miedo a quedarme sin voz. En Colombia, a principios de año, hubo una pandemia de una bacteria que no se conocía e infectó a muchas personas. A mí me atacó el aparato respiratorio, me provocó una bronconeumonía bilateral, lo que mató al Papa», explica.

Recuerda con crudeza aquellos días: «En la UCI de Medellín, en la que estuve ingresado, había ocho personas y fui el único que sobrevivió y todos eran más jóvenes que yo. Cuando me estabilizaron, llevaba nueve semanas en la UCI».
Estuve tres semanas en coma inducido y las posibilidades de sobrevivir eran un 3%. Tenía miedo a quedarme sin voz
Su recuperación fue larga y aún arrastra consecuencias: «Tuve que aprender a caminar, a comer… la voz no la voy a recuperar del todo hasta un año después, que será en abril», confiesa. Pese a ello, ha decidido volver a ponerse delante de las cámaras, demostrando que su pasión por la televisión sigue viva.