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El día que Marta Ortega cumplió su sueño creando su propia fundación dedicada al arte

Fue en 2022 cuando la empresaria creó su propia organización, establecida en La Coruña, y fomenta fotografía y moda

El día que Marta Ortega cumplió su sueño creando su propia fundación dedicada al arte

Marta Ortega, en una imagen de archivo. | Gtres

Marta Ortega además de ser una de las empresarias más conocidas de nuestro país también ha dedicado, gran parte de su vida, a cuestiones sociales. Y es que, al igual que su padre, Amancio, la joven aprendió, desde muy pequeña, a que tenía que invertir su tiempo y sus negocios en algo más que Inditex. Es por eso que, en 2022, puso en marcha la Fundación Marta Ortega Pérez —también conocida como MOP Fundation— enfocada, sobre todo, en las artes, otra de sus grandes pasiones.

La Fundación Marta Ortega Pérez (MOP Foundation) nació en 2022 como una entidad privada sin ánimo de lucro impulsada por Marta Ortega, actual presidenta de Inditex. Su sede se encuentra en La Coruña, en el muelle de Batería, donde se han rehabilitado antiguos silos y una nave industrial para convertirlos en un gran espacio cultural diseñado por la arquitecta Elsa Urquijo. El recinto ocupa más de 13.000 metros cuadrados y ha sido cedido por la Autoridad Portuaria por un periodo inicial de seis años, con posibilidad de prórroga.

A qué se dedica la Fundación Marta Ortega Pérez

Marta Ortega tiene una relación muy estrecha con el arte. | Gtres

El objetivo de la Fundación se articula en torno a tres ejes principales; la moda, la fotografía y la proyección cultural de La Coruña. Su misión es acercar al público exposiciones de primer nivel internacional, apoyar a jóvenes creadores, desarrollar programas educativos vinculados al arte y la fotografía, y consolidar a la ciudad como un referente cultural en el panorama internacional. Entre sus actividades más destacadas figuran grandes exposiciones fotográficas, como la inaugural Peter Lindbergh: Untold Stories en 2021, seguida por muestras de Steven Meisel, Helmut Newton e Irving Penn, que han atraído a decenas de miles de visitantes. Estas propuestas no solo exhiben la obra de grandes nombres de la fotografía, sino que también incluyen actividades paralelas para colegios e institutos, con la participación de miles de escolares gallegos.

Además de las exposiciones, la Fundación impulsa programas como Future Stories, destinado a jóvenes artistas en los inicios de su carrera, y otorga becas en colaboración con instituciones como la Fondazione Sozzani de Milán, ofreciendo residencias y formación especializada en moda y fotografía. Con ello, se busca fomentar el talento emergente y brindar oportunidades internacionales a creadores gallegos. La repercusión cultural y social de la Fundación Marta Ortega Pérez es, cuanto menos, notable; democratiza el acceso a exposiciones de nivel mundial al ofrecer entrada gratuita, integra a la comunidad local mediante programas formativos y contribuye a consolidar la imagen de La Coruña como un polo artístico y cultural de referencia en Europa.

Implicada en la fotografía y la moda

Marta Ortega está muy implicada personalmente en la fundación. No es solo una entidad con su nombre, sino un proyecto que ella misma concibió y que dirige de manera directa. Se ocupa de la presidencia y toma un papel activo en la definición de la misión, la elección de los artistas invitados y la programación de las exposiciones. Su grado de involucración se refleja en que muchos de los proyectos son fruto de relaciones personales que Marta Ortega ha cultivado durante años en el mundo de la moda y la fotografía —por ejemplo, con Peter Lindbergh o Steven Meisel, figuras a las que conocía de primera mano y con quienes había trabajado previamente—. Gracias a ese vínculo, la fundación ha logrado traer a La Coruña exposiciones de relevancia internacional que normalmente se verían en capitales como París, Londres o Nueva York.

Marta Ortega y su pasión por la hípica. | Gtres

Además, Marta Ortega no solo actúa como mecenas; suele participar en la presentación pública de las exposiciones, acompaña a los artistas o comisarios en la inauguración, y, como decíamos, utiliza su red de contactos internacionales para dar visibilidad al proyecto. También se involucra en el aspecto educativo, pues considera fundamental que los colegios y jóvenes gallegos tengan acceso a experiencias artísticas de primer nivel. Así, el día que la empresaria creó su propia fundación también cumplió un sueño y se acercó un poco más en lo que inspira a su progenitor.

Amancio Ortega siempre ha sido muy discreto y ha rechazado protagonismo mediático, pero ha canalizado buena parte de su fortuna hacia la Fundación Amancio Ortega, que tiene un marcado carácter social y sanitario: donaciones millonarias para la compra de equipos oncológicos en hospitales públicos de toda España, programas educativos y becas internacionales. Se trata de un enfoque filantrópico, práctico y orientado a necesidades sociales directas. Marta Ortega, en cambio, ha elegido la cultura, la moda y la fotografía como ejes de su propia fundación, ámbitos que forman parte de sus pasiones personales y de su red de relaciones profesionales. Aunque el enfoque es distinto —ella busca democratizar el acceso al arte y proyectar La Coruña como polo cultural internacional—, la lógica de fondo es similar; usar recursos privados para generar un impacto social positivo, abrir oportunidades y dejar un legado.

En ese sentido, puede decirse que Marta Ortega sigue el camino de su padre en cuanto a responsabilidad social y compromiso con la comunidad, pero lo hace aportando su propio sello, ligado a su sensibilidad artística y a su visión de la cultura como motor de transformación.

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