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El pueblo de la niñez de Juan del Val en la sierra de Jaén: «Merendaba pan con aceite y azúcar»

El flamante ganador del premio Planeta pasaba los veranos que más echa de menos en casa de sus abuelos maternos

El pueblo de la niñez de Juan del Val en la sierra de Jaén: «Merendaba pan con aceite y azúcar»

Juan del Val, en una imagen de archivo. | Gtres

Juan del Val está muy orgulloso de sus raíces. Aunque el escritor nació y se crio en Madrid, también vivió una etapa muy importante y momentos de gran relevancia en la sierra de Jaén. Concretamente, en el pueblo de su madre, de donde guarda unos recuerdos muy especiales. Es más, de ellos ha hablado en más de una ocasión a través de sus textos, donde ha querido reflejar esas meriendas que todavía sigue teniendo en su memoria y en su retina.

Así, Juan mantiene un vínculo muy especial con Sorihuela del Guadalimar, un pequeño pueblo de la provincia de Jaén que marcó su infancia. Este municipio, con una población de aproximadamente 1.000 habitantes, se encuentra a unos 110 kilómetros de la capital jiennense y está situado en la comarca de Las Villas, dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España. «Ya nada es igual, ellos ya no están, pero cada año que vengo aquí soy durante un par de días un niño de ocho años atento a la vida… Y el año que viene otra vez. ¡Dios quiera!», contó en una entrevista.

El pueblo que marcó la niñez de Juan del Val

Además, también ha narrado que acudía a este lugar cuando le daban las vacaciones, a finales de junio, con sus abuelos y tíos, y no volvía a Madrid hasta que no empezaba el cole. De la misma forma, Juan recuerda con cariño su merienda, donde, como buen hogar andaluz, no faltaba el pan con «aceite y azúcar». También, el ganador del premio Planeta, junto a su familia, montaba a los «borricos» para ir a ver las olivas, «atar mulos a las rejas, merendar pan con aceite y azúcar, bañarse en las albercas y escuchar a hombres y mujeres sentados en la puerta tomando el fresquito».

Sorihuela del Guadalimar es un pintoresco municipio en la provincia de Jaén, situado en la comarca de Las Villas, dentro del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Con una población aproximada de 1.000 habitantes, este pueblo conserva una rica herencia histórica, cultural y natural que lo convierte en un destino ideal para el turismo rural y la inmersión en tradiciones andaluzas. Su historia se remonta al siglo IX, cuando el general árabe Haxim ben Abd al-Aziz construyó una fortaleza para reforzar la defensa de la Cora de Jaén. De esta fortificación, se conserva el Torreón árabe, que destaca como uno de los pocos restos medievales del municipio. Además, la Iglesia Parroquial de Santa Águeda, construida entre 1571 y 1582, es un ejemplo del Renacimiento andaluz con elementos mudéjares. La Ermita de Santa Quiteria, ubicada junto al río Guadalimar, y el antiguo convento que ahora alberga una almazara, también son puntos de interés histórico. 

Así es Sorihuela del Guadalimar, un enclave privilegiado

El lugar, además, se encuentra en un enclave privilegiado, formando parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. El Charco del Aceite, un hermoso paraje fluvial, es un lugar popular para el baño y el disfrute de la naturaleza. Además, el municipio está atravesado por la Vía Verde del Guadalimar, un antiguo trazado ferroviario convertido en ruta para senderismo y ciclismo, que conecta localidades cercanas y permite explorar el paisaje serrano. El emplazamiento, además, ofrece varios platos típicos de la zona como embutidos caseros, migas alpujarreñas, pipirrana de Las Villas y potaje de garbanzo. Durante las celebraciones, se preparan platos como el guiso de novia y se degustan patatas asadas acompañadas de cuerva.

La localidad de Sorihuela del Guadalimar. | Jaén desde mi atalaya

En los alrededores hay infinidad de actividades que hacer. Lo más conocido es explorar los senderos del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. También, se puede recorrer el casco antiguo del pueblo, la Plaza de los Caños y los antiguos lavaderos. También, se puede participar en jornadas de voluntariado medioambiental como la recuperación del sendero Estrecho de la Hoz/Arroyo Martín. Allí, en Sorihuela, residían los abuelos maternos de Juan del Val y el escritor aprovechó para empaparse de la vida rural, montando en burros, merendando y compartiendo juegos y conversaciones con los vecinos del pueblo.

Es más, del Val recuerda con especial cariño a personas muy concretas de su infancia como Miguel, Pepe El Pontonero, o la Dioni, quienes representaban la comunidad y la calidez humana del lugar. Sus relatos muestran un respeto y nostalgia por los vínculos personales y el entorno rural que moldearon su juventud. La experiencia en Sorihuela del Guadalimar ha influido indirectamente en su obra literaria. Los recuerdos de la vida rural, la interacción con vecinos y la conexión con la naturaleza impregnan su narrativa, aportando autenticidad, nostalgia y sensibilidad en los relatos que escribe.

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