La ‘alergia’ de la infanta Cristina a Suiza: sus últimos meses en Madrid, Barcelona y Londres
Aunque estableció su residencia en Ginebra, lo cierto es que la infanta está, todo el tiempo, viajando por el mundo

La infanta Cristina, en una imagen de archivo. | Gtres
Fue hace muchos años cuando la infanta Cristina decidió instalarse en Ginebra. Lo hizo casi al mismo tiempo que su ya exmarido, Iñaki Urdangarin, ingresara en la cárcel de Brieva. De esta manera, la hija de los reyes eméritos quiso poner cierta distancia con España, donde había vivido unos episodios especialmente traumáticos después de sentarse en el banquillo por el caso Nóos. En Suiza, Cristina encontró un puesto de trabajo relacionado con su trayectoria relacionada con las causas sociales y que, además, le ha dado la facilidad de poner teletrabajar. Es por eso que, en los últimos meses, la infanta ha recorrido distintas ciudades como Madrid, Barcelona y Londres.
En la capital reside su madre, la reina Sofía, al igual que su tía, la princesa Irene de Grecia, a quien tanto ella como la infanta Elena están muy unidas. Tal y como confirman desde LOC, Cristina y la reina Sofía estuvieron, hace unos días, en unos grandes almacenes haciendo unas compras en su Club Gourmet. Además, también se ha visto a la infanta viendo a su hijo, Pablo Urdangarin, en Barcelona, en uno de sus partidos. Y no solamente eso. En estos últimos meses, la hermana del rey Felipe ha viajado hasta Londres para reunirse con el rey Carlos III, tal y como confirman en Vanitatis.
El paso de la infanta Cristina por Londres

La infanta acudió en representación de la Fundación La Caixa y se celebró en el Palacio St. James por la Circular Bioeconomy Alliance (CBA). La fundación fue creada por el propio monarca y reunió a científicos, expertos, empresarios, así como líderes indígenas para poner en valor el papel de la naturaleza en la salud humana. Como explican desde el mencionado medio, la jornada incluyó varias mesas redondas, un taller colaborativo y una recepción presidida por el monarca inglés. Con la presencia de la infanta se ha querido subrayar una estrecha relación con la Fundación La Caixa, de la que es directora del Área Internacional. A pesar de que la relación entre la infanta y Carlos III no es especial, sí que es cierto que se conocían de antemano y el monarca sabía que la hija de los reyes eméritos iba a estar allí presente.
En esa recepción en St. James, la infanta se mostró «muy cercana y sonriente», conservando, de forma animada, con los asistentes. Esta no era la primera vez de Cristina en la capital británica, ya que su hijo Juan vive allí desde hace tiempo y su hija, Irene, reside en la ciudad de Oxford desde hace unos meses. Una de las últimas veces que pudimos ver a la infanta, más allá de sus compromisos privados en la capital, fue en Madrid, el pasado 12 de octubre, coincidiendo con las celebraciones del Día de la Hispanidad. Tanto Cristina como su hermana Elena fueron recibidas entre vítores en la localidad de Torrejón de Ardoz, donde presidieron el homenaje a la bandera.
Sus planes entre Madrid y Barcelona
De esta manera, y en estos últimos meses, la infanta se ha mantenido lejos de su casa en Ginebra. Lo cierto es que este lugar se convirtió en su refugio durante dos momentos personales complicados. El primero, cuando su exmarido ingresó en la cárcel y, el segundo, en la etapa de su divorcio. Y es que a la infanta le costó dar mucho el paso de poner punto y final a su matrimonio con el que había sido el duque de Palma. Una decisión muy consensuada que meditó desde su casa de Suiza. Además, en esa vivienda también vivió la marcha de sus tres hijos; Miguel se marchó hasta Inglaterra para estudiar hace años, mientras que Pablo abandonó la vivienda para seguir adelante con su carrera en el balonmano e Irene se fue de ahí para disfrutar de un año sabático entre Madrid y Camboya.

Sí que es cierto que fue Miguel quien regresó a su casa en Suiza para sacarse un curso como profesor de esquí, que tuvo que abandonar por una lesión. Fue Irene una de las últimas en abandonar el nido tras marcharse a Zarzuela para pasar una etapa con su abuela y, también, sacarse el carné de conducir y reflexionar sobre cómo quería enfocar su futuro. Es por eso que todas estas marchas se hicieron especialmente cuesta arriba para la infanta Cristina quien, por el momento, no ha decidido mudarse de Suiza. Sí que es cierto que su trabajo le da la posibilidad de teletrabajar y, por eso, puede moverse por distintas partes del globo sin ningún tipo de problema.
Fue en 2013 cuando Cristina se mudó hasta Ginebra. La elección de Suiza responde también a razones profesionales, pues Cristina empezó a desarrollar su actividad en el extranjero, y el país le ofrecía un entorno más discreto. En sus primeros años en Ginebra la infanta instaló su vivienda en el centro histórico de la ciudad, en una casa bastante señorial, con seis habitaciones y otros espacios amplios, en un alquilar elevado estimado por algunos medios en 6.000 € mensuales o incluso más. Más tarde, buscando mayor privacidad y menor exposición mediática, se trasladó a un barrio residencial más apartado, identificado por los medios como el distrito de Champel, que es de clase alta, muy tranquilo, con amplias avenidas y zonas verdes. Aunque su rol ha sido discreto y no siempre ampliamente publicitado, la Infanta Cristina ha trabajado para la Aga Khan Development Network (AKDN) en Ginebra, en tareas de coordinación interagencial, lo que la vincula a programas internacionales de desarrollo.
En cuanto a su estilo de vida se ha apuntado que la infanta «madruga mucho, hace deporte y se ocupa de su casa, donde no cuenta con mucha ayuda». Y que, también, Ginebra ha servido como su refugio, lejos del ojo indiscreto de la prensa.