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Las tres musas de Eduardo Mendoza: un amor joven, una pérdida y la madre de sus dos hijos

El escritor recibe esta tarde el premio Princesa de Asturias 2025 a las Letras, en reconocimiento a su carrera creativa

Las tres musas de Eduardo Mendoza: un amor joven, una pérdida y la madre de sus dos hijos

Eduardo Mendoza, el premio Princesa de Asturias de las Letras 2025 durante la recepción de los premiados en el Hotel de la Reconquista. | | Europa Press

Eduardo Mendoza tiene esta tarde una cita con la élite de la cultura española. El artista barcelonés es uno de los protagonistas de la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias, que se celebra esta tarde en Oviedo. A sus 82 años ha sido reconocido con el galardón a las Letras 2025, por toda una vida dedica a la creación literaria. Desde la Fundación que organiza anualmente esta gala, también se destaca su versatilidad como novelista, dramaturgo, traductor y lingüista. Sin duda es uno de los hombres más prolíficos de nuestro tiempo y, como tal, esta tarde recibirá los aplausos de todo el Teatro Campoamor.

Hace unos meses que se anunció tal honor, con unas palabras del comité que eligió a los ganadores de este año que ponían en valor el triunfo profesional del catalán. «El jurado destaca la decisiva aportación de Eduardo Mendoza a las letras en lengua española del último medio siglo, con un conjunto de novelas que combinan la voluntad de innovación con la capacidad de llegar a un público muy amplio, y que gozan de extenso reconocimiento internacional», se publicó en mayo. Tal y como es el propio escritor en persona, en sus libros se puede disfrutar de su sentido del humor y la visión desenfadada y humanista de la existencia. De él se aseguró que «es un proveedor de felicidad para los lectores, y su obra tiene el mérito de llegar a todas las generaciones».

La historia familiar de Eduardo Mendoza

Más allá de sus méritos editoriales, Eduardo Mendoza tiene muchos más logros que comentar, como que ha encontrado el amor verdadero. El barcelonés tiene una historia de pasión, desamor y superación que se ha escrito en su propia vida personal. Conocer sus andanzas del corazón nos puede ayudar a entrar a su obra literaria desde una mirada más cercana al autor. Los detalles de sus experiencias vitales se transmiten a sus libros, también los románticos, así como se ve que muchas de sus historias están basadas en Barcelona, su ciudad natal. El escritor nació el 11 de enero de 1943, en una ciudad condal marcada por la década del hambre y la prohibición del uso público del catalán.

Fue hijo del fiscal Eduardo Mendoza Arias-Carvajal y Cristina Garriga Alemany, la hermana del escritor e historiador Ramón Garriga Alemany. Se licenció en Derecho en su propia ciudad y continuó sus estudios en Londres, en el ámbito de la sociología. Regresó a España en 1967 para trabajar en la abogacía, pero pronto volvió dejar su hogar, esta vez para ocupar un puesto de traductor en la ONU, en Nueva York. Fue precisamente su novia de la juventud, Helena Ramos, quien le mostró el anuncio en el que se buscaba personal para ese puesto de trabajo y él se presentó sin pensárselo mucho. Su vida nómada le permitió conocer a muchas otras figuras creativas en Europa y al otro lado del Atlántico.

Dos mujeres que marcaron su adultez

Helena fue uno de los muchos amores que han llenado el corazón del premio Princesa de Asturias. El escritor ha sido siempre muy celoso de su intimidad y, así, pocas veces se ha pronunciado al respecto de aquella mujer que le llevó a Estados Unidos. La cultura popular ha dado a entender que se casaron en 1966 pero que su matrimonio fue breve, lo que duró su viaje por el viejo continente hasta que regresó a su hogar. De quien sí se tiene más información es de su segunda mujer y madre de sus hijos. Eduardo Mendoza volvió a pasar por el altar en 1971, esta vez con Ana Soler.

El escritor Eduardo Mendoza, posa en la Biblioteca Jaume Fuster, a 14 de mayo de 2025, en Barcelona. | Europa Press

Eduardo y Ana se convirtieron en padres hace décadas. El escritor y la prestigiosa arquitecta agrandaron su familia con la llegada de sus dos hijos: Ferrán y Alexandre Mendoza Soler. Mendoza y Soler formaron durante años una pareja sólida y culta, hasta que, ya en la madurez, sus caminos se separaron. Pese a divorciarse, Mendoza y Soler siguieron manteniendo una excelente relación personal. Prueba de ello es que en 2016, la madre y los dos hijos acompañaron al escritor la recogida de su premio Cervantes. Con el paso del tiempo sus vidas se han vuelto a encontrar, gracias al nexo de unión que son sus hijos, aunque no han vuelto a ser pareja.

La dura pérdida de Rosa Novell

Durante los años que estuvieron separados, Eduardo siguió buscando el amor como lo hicieron los personajes de sus novelas. Lo encontró en la actriz y directora Rosa Novell, conocida por Rastros de sándalo, Más allá del jardín o El largo invierno, entre otras cintas. Tuvieron un amor maduro que se prolongó durante una época, en la que disfrutaron de los años de plenitud profesional de él y la etapa más reconocida de ella. Mendoza cambió entonces su vida en el barrio de Sant Gervasi, donde era uno más, por una vida en el Eixample, donde vivía su pareja. Rosa enfermó con un cáncer de pulmón y Mendoza permaneció a su lado hasta el final. Tras la muerte de Rosa, en febrero de 2015, el escritor regresó poco a poco al refugio que había construido en su primera casa, con Anna y sus dos hijos.

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