Novedades del robo a Iker Casillas: habla el vigilante de seguridad de La Finca
Sufre la traición de su empleada y un vigilante que le robaron relojes valorados en más de 200.000 euros

Iker Casillas | Gtres
El robo que ha golpeado a Iker Casillas no solo ha supuesto una gran pérdida material para el exjugador, sino también una profunda decepción personal. Lo que parecía un entorno de confianza se convirtió en el escenario de un hurto meticulosamente planeado por dos personas de su máxima cercanía: su empleada doméstica y el vigilante de seguridad de su urbanización. Ambos, además, son matrimonio.
Las últimas informaciones aportan nuevos datos sobre sus motivaciones. El vigilante, según ha reconocido, atravesaba problemas económicos y de adicción al juego, una situación que le llevó a buscar dinero rápido. La colección de relojes del exportero del Real Madrid se convirtió en su objetivo.
La pareja tenía planeado abandonar España con el dinero obtenido tras vender las piezas sustraídas, pero su plan se truncó cuando Iker Casillas decidió presentar la denuncia. Desde entonces, ambos esperan el juicio, acusados de un delito de hurto superior a los 200.000 euros.
Una traición inesperada
Durante seis años, Liliana, la empleada del hogar del exfutbolista, fue una figura de confianza en su vida familiar. Casillas le había confiado su casa y la convivencia con sus hijos. Sin embargo, ella habría sido clave en la ejecución del robo, al facilitar información al vigilante, o sea su marido, sobre los objetos de valor.
En total, se calcula que el matrimonio se apropió de cinco relojes exclusivos, muchos de ellos con grabados y valor sentimental incalculable. Para no despertar sospechas, sustituían las piezas originales por réplicas casi idénticas, aunque el plan terminó fallando.

Iker Casillas, según se ha sabido, actuó con discreción y puso en marcha una estrategia junto a la Policía para sorprender a Liliana en el momento justo. Su intuición fue correcta: la empleada intentaba llevarse un sexto reloj, sin saber que se trataba de un señuelo preparado por las autoridades.
Solo pasaron cuatro días entre la denuncia y las detenciones. En ese tiempo, los sospechosos aún confiaban en poder huir.
La confesión del vigilante de La Finca
El propio vigilante ha admitido su papel en el robo y ha intentado liberar a su esposa de responsabilidad: «Pude cambiarlos desde el primer día que ella me los enseñó, que fue en una foto en febrero o marzo, hasta que tuve el acceso a ellos en julio. Un reloj está valorado en unos 28.000 euros y yo lo vendí por 18.000. Yo he ganado unos 26.0000 euros. Esto lo he hecho por deudas. Se me ha juntado todo y vi una salida, pero ahora las consecuencias van a ser más graves. Yo lo vendí a una casa de relojes y querrá recuperar lo suyo, entonces será otra causa», confiesa el hombre en una entrevista con Telecinco.
El trabajador sostiene que «Iker la ha tratado muy mal a partir de este suceso», en referencia al trato del exjugador hacia su esposa tras descubrir la traición. El exfutbolista, según fuentes cercanas, actuó con rapidez, pero estuvo cerca de perder la oportunidad de recuperar su colección. La pareja, con el dinero en mano, ya tenía planeado un viaje al extranjero de varias semanas.
Liliana, por su parte, ha optado por no ofrecer declaraciones públicas y mantenerse al margen hasta el juicio.
Una investigación minuciosa
Los investigadores apuntan a que «el plan era meticuloso». Según fuentes del programa, «sustituían piezas originales por imitaciones, pero Casillas, que es un gran aficionado a los relojes, se dio cuenta de que eran falsos y avisó a la Policía».
El caso ha dejado a Iker Casillas profundamente afectado, no solo por la pérdida económica, sino por el golpe de confianza y por la exclusiva urbanización donde se ha desarrollado todo: La Finca. Mientras la Justicia evalúa las pruebas y escucha las versiones completas, el exguardameta intenta recuperar su colección, aunque algunos relojes ya habrían sido vendidos por piezas.
