Bustamante rompe su silencio sobre el posado de su hija y su relación con Paula Echevarría

Durante más de una década, Paula Echevarría y David Bustamante formaron una de las parejas más queridas y mediáticas del panorama español. Su historia, nacida a principios de los años 2000, fue seguida por millones de espectadores que vieron cómo el cantante salido de Operación Triunfo y la actriz asturiana se convertían en el matrimonio perfecto entre música y televisión. Sin embargo, tras su separación en 2017, ambos han recorrido caminos distintos. Hoy, en 2025, su relación ha evolucionado hacia una etapa de respeto y cariño compartido por su hija en común, Daniella.

Del amor mediático a la separación discreta

Paula y David se casaron en 2006, en una boda que acaparó portadas y programas del corazón. En 2008 nació Daniella, la hija que ambos adoran y que se ha convertido en el verdadero nexo entre ellos. Durante años, la pareja representó la imagen de la familia ideal, hasta que en 2017 confirmaron oficialmente su separación.

A diferencia de otras rupturas de alto perfil, la suya fue silenciosa y respetuosa. Ambos evitaron declaraciones polémicas y prefirieron proteger a su hija del foco mediático. Con el tiempo, cada uno rehizo su vida: Paula junto al exfutbolista Miguel Torres, con quien tuvo en 2021 a su segundo hijo, Miguel Jr.; y David con la bailarina Yana Olina, a quien conoció en el programa Bailando con las estrellas.

«Si yo no hubiese estado de acuerdo, no lo hubiera hecho» dice Bustamante sobre el posado de su hija

A pesar de haber seguido caminos sentimentales diferentes, Paula Echevarría y David Bustamante mantienen una relación cordial y constante, centrada en el bienestar de su hija. La actriz ha afirmado en varias entrevistas que ambos se comunican con frecuencia: «Hablamos mucho, tenemos una hija en común y hablamos todos los días hasta veinte veces», dijo recientemente en tono distendido, evidenciando una relación fluida y natural.

En un reciente posado de su hija en una revista, David Bustamante ha dejado una frase que resume muy bien el nuevo tono de su relación con Paula Echevarría: «Si yo no hubiese estado de acuerdo, no lo hubiera hecho», ha afirmado el cantante a Europa Press, refiriéndose al hecho de que su hija participara en el reportaje. También ha añadido: «Mientras ella sea feliz y le haga feliz seguir ese destino, es normal… Yo lo que quiero es que ella sea feliz». Esta declaración aporta una imagen clara de su papel como padre protector, al mismo tiempo que respetuoso y confiado ante los nuevos pasos de su hija.

Daniella, el puente entre dos mundos

La hija que comparten ha sido siempre el corazón de su vínculo. Daniella, ya adolescente, ha comenzado a aparecer en algunos actos públicos junto a su madre, y en cada ocasión Paula se muestra orgullosa de la joven. «Mi niña lleva conmigo toda la vida… nos divertimos mucho juntas”, comentaba la actriz en una reciente aparición en un evento madrileño.

Bustamante, por su parte, se ha mostrado profundamente implicado en la educación y el crecimiento de su hija. En más de una ocasión ha hablado de la importancia de Daniella en su vida, describiéndola como «su mayor orgullo y su motor». Aunque su vida profesional y personal ha cambiado mucho, el cantante sigue ejerciendo un papel constante y cercano como padre. Ambos padres han dejado claro que la prioridad es que su hija crezca en un entorno estable, viendo que sus progenitores se respetan, se comunican y mantienen la armonía a pesar de no estar juntos.

Dos vidas nuevas

Hoy, Paula Echevarría y David Bustamante viven realidades muy diferentes. Como hemos indicado, ella comparte su vida con Miguel Torres, con quien ha formado una familia junto a su pequeño Miguel, mientras continúa desarrollando su carrera como actriz e imagen de varias marcas. Bustamante, por su parte, disfruta de su faceta como artista polifacético y de su relación estable con Yana Olina, con quien comparte también proyectos y viajes.

Lejos de alimentar titulares de conflicto, ambos han apostado por una relación pacífica y colaborativa, en la que no hay reproches públicos ni enfrentamientos.