La vida de Fernando, hijo de Fernán-Gómez: marchante de arte y etapa fría con su hermana
El vástago del reconocido actor decidió no dedicarse al mundo la interpretación y optó por el arte, que lo lleva en el ADN

Fernando Fernán-Gómez junto a su hermana, Helena. | Gtres
Fernando Fernán-Gómez, tras su muerte, dejó atrás toda una vida de éxitos como actor. Su legado fue reconocido con un teatro a su nombre, donde se ha querido siempre recordar la importancia de sus obras en su vida profesional. Así, la vida de Fernando fue una de las más ricas, intensas y fascinantes del siglo XX español. Fue actor, director, guionista, novelista, dramaturgo y académico de la Real Academia Española, además de un pensador libre y una de las personalidades más influyentes de la cultura ibérica.
Fernán-Gómez nació en el verano de 1921 en la ciudad de Lima, en Perú. Aunque eso sí, siempre se consideró madrileño. Su madre, Carola Fernán Gómez, era una actriz argentina que trabajaba en una compañía de teatro de gira por América Latina; su padre biológico nunca formó parte de su vida. Cuando Fernando era todavía un bebé, su madre regresó a España, y él creció en Madrid, en un ambiente de precariedad económica pero rodeado de teatro y cultura. Desde pequeño acompañaba a su madre a los ensayos y representaciones, y así nació su pasión por la interpretación.
La vida de Fernando Fernán-Gómez

Durante su juventud, vivió la Guerra Civil Española (1936–1939), un periodo que marcó profundamente su carácter; lo volvió escéptico, libre pensador y crítico con la autoridad. A finales de los años treinta comenzó a actuar en compañías teatrales pequeñas, y en la década de 1940 ya era un rostro reconocido en el cine español. Su formación autodidacta y su curiosidad intelectual le permitieron desarrollar una gran versatilidad artística: era actor, director y escritor con la misma intensidad. Entre los 40 y los 50, se convirtió en toda una estrella del cine español, protagonizado infinidad de películas. Su talento natural y su voz grave e inconfundible lo hicieron destacar tanto en la comedia como en el drama.
Entre sus películas más célebres de esa época destacan Botón de ancla (1948), Balarrasa (1951) y La venganza de Don Mendo (1961). Fue un actor de enorme carisma, capaz de adaptarse a cualquier registro, pero además siempre buscó romper los moldes del actor convencional, aportando inteligencia, ironía y profundidad a sus personajes. En paralelo a su carrera como actor, comenzó a dirigir películas desde los años cincuenta. Su obra como director es considerada una de las más personales y valientes del cine español. Entre sus títulos más destacados se encuentran El mundo sigue (1965), una de las películas más duras y lúcidas sobre la posguerra española —que fue censurada durante años por el franquismo—, El extraño viaje (1964) y Las bicicletas son para el verano (1984).
Se casó con María Dolores Pradera y tuvieron dos hijos
Era un actor de enorme carisma, capaz de adaptarse a cualquier registro, pero además siempre buscó romper los moldes del actor convencional, aportando inteligencia, ironía y profundidad a sus personajes. Sobre su lado más personal, Fernán-Gómez se casó con la actriz María Dolores Pradera, una de las grandes damas de la canción y el teatro español, con quien tuvo dos hijos. Aunque su relación terminó, ambos mantuvieron siempre un respeto mutuo y un vínculo afectivo. Más tarde compartió su vida con la también actriz Emma Cohen, su gran compañera durante más de tres décadas. Con ella vivió una relación sólida y libre, basada en el amor, la cultura y la complicidad intelectual. Emma fue su apoyo en los últimos años y guardiana de su legado.

Tanto su hijo Fernando como Helena vivieron y se criaron en un entorno profundamente vinculado al teatro y al cine, lo que marcó desde pequeño su relación con el arte y la cultura. Aunque su vida no fue tan pública como la de su padre, sí estuvo rodeado de artistas, intelectuales y figuras destacadas del panorama cultural español. Siempre ha mantenido un perfil muy bajo. Es más, en todos estos años, no ha buscado protagonismo ni quiso seguir una carrera pública en el cine o en el teatro. En todos estos años, Fernando Fernán-Gómez hijo ha trabajado como marchante de arte, relacionándose con la gestión y el ámbito cultural. En más de una ocasión, el joven ha reconocido que la cultura y el arte forman parte desde su ADN y que la relación con el teatro y la literatura siempre ha sido de respeto y de disfrute.
Su hijo Fernando es marchante de arte
Aunque no dejó una huella artística propia, el hijo de Fernando Fernán Gómez representa una forma de continuidad silenciosa del legado de sus padres. Gracias a él, se preservaron documentos, recuerdos y testimonios personales del actor y de la cantante, que hoy forman parte del patrimonio familiar y cultural de España. Su vida, aunque discreta, fue testimonio de una educación humanista, de respeto por el arte y de amor por la cultura española. «Yo empecé a trabajar con Camilo José Cela en una editorial que montó que se llamaba Alfaguara», ha contado el propio Fernando en una entrevista en La nueva España.

«Tuvimos mucha proximidad durante mi infancia y mi juventud. Cuando empecé a tener conocimiento de las cosas, empecé a ver teatros por dentro, por detrás, no desde el patio de butacas, sino por dentro, los estudios de cine, los estudios de doblaje, los de montar las películas. Mi infancia y mi juventud se han desarrollado en estos términos, ¿no? En los teatros, en los cines, en las salas de proyección», ha apostillado. Fue hace unos años cuando Fernando acudió, al igual que su hermana, al homenaje por su padre, María Dolores Pradera. Unos meses antes, la propia Helena confesó que le hubiera gustado que su madre hubiera sido despedida «en un teatro». «Merecía una despedida en las tablas y no en el Tanatorio de la M-30. Pero mi hermano no ha querido», apostilló en Mujer Hoy, como recogieron, en su momento, en Lecturas.
A la iglesia del homenaje, ambos llegaron por separado. Helena agradeció a los medios de comunicación su presencia en el lugar. Más tarde, llegó su hermano, con quien no le vio juntos ni tampoco, a ojos de la prensa, se notó que tuvieran algún tipo de relación.
