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El consejo que Juan Carlos le da a la princesa Leonor: «Ten confianza y cumple tu deber»

Entre el cariño del abuelo y la herencia del monarca, mantienen un vínculo marcado por el legado y la responsabilidad

El consejo que Juan Carlos le da a la princesa Leonor: «Ten confianza y cumple tu deber»

Juan Carlos junto al rey Felipe y su nieta, Leonor.

En la historia reciente de la monarquía española, pocas relaciones familiares concentran tanto simbolismo como la que une a Juan Carlos I, rey emérito, y a su nieta, la princesa Leonor, heredera al trono. Entre ambos median casi seis décadas, un cambio de siglo y una profunda transformación institucional y mediática. Lo que antes se transmitía en la intimidad de los palacios, hoy se observa —y se juzga— bajo el escrutinio de la opinión pública.

De abuelo a guía simbólico

Juan Carlos I abdicó en 2014 tras casi cuatro décadas de reinado, marcadas por su papel clave en la Transición y, posteriormente, por controversias personales y financieras que desembocaron en su retiro en Abu Dabi. Desde entonces, su papel familiar y público se ha ido redefiniendo. En el centro de esa transición está Leonor, la joven que encarna el futuro de la Corona y que representa, a ojos de muchos, la posibilidad de renovación de la institución.

El vínculo entre ambos ha sido siempre discreto, pero algunos episodios revelan su naturaleza. En septiembre de 2024, durante una visita de Juan Carlos I a la Academia Naval de Marín —donde Leonor cursaba su formación militar—, el emérito le dirigió unas palabras que dieron la vuelta a los medios: «Que no se te olvide por qué estás aquí». La frase, sencilla y contundente, se interpretó como un recordatorio institucional, casi una advertencia. En boca de quien protagonizó el retorno de la monarquía parlamentaria a España, esas palabras resonaron como una lección sobre deber y responsabilidad.

Un vínculo marcado por la distancia

Desde su marcha al extranjero en 2020, el rey emérito mantiene un contacto limitado con la Familia Real. Las visitas son esporádicas y los encuentros, muy medidos. Algunas fuentes señalan que la relación con Leonor es más fluida que con su otra nieta, la infanta Sofía, aunque también rodeada de cierta reserva. Según medios como El Confidencial, Juan Carlos I habla «con frecuencia» con Leonor, mientras que otros aseguran que las circunstancias familiares —y la influencia de la reina Letizia— han enfriado cualquier intento de acercamiento más personal.

Juan Carlos. Gtres

Sea como fuere, lo que parece claro es que la relación entre ambos se mueve entre el afecto familiar y la prudencia institucional. Leonor crece como heredera de una monarquía moderna que busca distanciarse de los escándalos del pasado, y su abuelo, consciente de ello, opta por un perfil más silencioso, en parte impuesto, en parte elegido.

El consejo que le ha dado el ‘Le Point’

En octubre de 2025, Juan Carlos I ha reaparecido públicamente en unas extensas entrevistas concedidas al diario francés Le Figaro y Le Point, entre otros medios franceses, coincidiendo con la próxima publicación de sus memorias, Réconciliation (Reconciliación). Desde su residencia en Abu Dabi, el emérito reflexionó sobre su papel histórico, la transición democrática y su distanciamiento de España.

Ten confianza, cumple con tu deber con compasión y bondad, y sé la garante del respeto a la Constitución española

«La democracia no cayó del cielo», ha afirmado con firmeza, reivindicando su protagonismo en el proceso político de los años setenta. También confesó que su marcha de España fue «para ayudar a mi hijo», en alusión a Felipe VI, a quien quiso «aligerar de presiones» en un momento delicado para la institución.

También se ha referido a Letizia, a la reina Sofía y a su nieta, Leonor, a quien ofrece un valioso consejo en Le Point: «Ten confianza, cumple con tu deber con compasión y bondad, y sé la garante del respeto a la Constitución española».

Leonor, en los premios Princesa de Asturias.

El espejo de dos generaciones

Juan Carlos I encarna la monarquía de la transición; Leonor, la del siglo XXI. Él consolidó la institución tras el franquismo; ella deberá mantenerla en una era de transparencia, igualdad y escrutinio social. La distancia geográfica y generacional no impide que los una un hilo común: el sentido del deber.

En los próximos años, la figura de Leonor seguirá creciendo a medida que asuma más funciones institucionales. La sombra de su abuelo seguirá presente, como advertencia, como referencia y como herencia. Y aunque el emérito apenas hable de ella en público, su gesto de mantenerse al margen podría ser, paradójicamente, la forma más clara de cederle el trono simbólico antes incluso de hacerlo formalmente.

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