The Objective
Gente

El amor de Rosa Montero por Pablo Lizcano, ex de Massiel: «Ojalá hubiera sido menos peleona»

La pareja vivió una relación madura que estuvo marcada por la muerte del presentador y escritor por un cáncer en 2009

El amor de Rosa Montero por Pablo Lizcano, ex de Massiel: «Ojalá hubiera sido menos peleona»

Rosa Montero, en el tanatorio de Pablo Lizcano en 2009. | Gtres

Rosa Montero es una de las escritoras contemporáneas mejor valoradas de nuestro tiempo. Nació en Madrid a principios de los años 50 y se licenció en Periodismo. En 1977 comenzó a trabajar en el diario El País y, más adelante, fue redactora-jefa del suplemento dominical. Paralelamente al periodismo, Rosa ha tenido una larga y prolífica carrera como novelista, ensayista y cuentista. Fue en 2017 cuando recibió el Premio Nacional de Las Letras. Sobre su lado más personal, sin duda alguna, lo más interesante fue su relación con Pablo Lizcano, periodista y que ocupó las páginas del papel cuché por su relación con Massiel.

Rosa Montero nació en Madrid en 1951. Durante su infancia sufrió tuberculosis, lo que la obligó a permanecer recluida parte del tiempo en casa y contribuyó a que se volcara en la lectura y la imaginación desde muy joven. En su juventud estudió Psicología en la Universidad Complutense de Madrid (1969-1972) y luego Periodismo en la Escuela Superior de Periodismo de Madrid (alrededor de 1970-1975). También participó en grupos de teatro independiente —por ejemplo con el Grupo Tábano o Grupo Canon— lo que le permitió desarrollar una sensibilidad artística paralela al periodismo.

Rosa Montero, una escritora de renombre

Rosa Montero, en una imagen de archivo.

Desde finales de los años setenta Rosa Montero se consolidó como periodista. En 1977 empezó a trabajar para el diario El País, y entre 1980 y 1981 fue redactora-jefa del suplemento dominical del mismo. Su actividad periodística se caracterizó por una fuerte vocación literaria y entrevistas de alto perfil. Es más, se estima que ha realizado más de 2.000 entrevistas a figuras relevantes internacionales. Gracias a su estilo se la considera tanto periodista como cronista literaria de su tiempo. Como decíamos, paralelamente al Periodismo, Montero ha llevado una prolífica carrera como novelista, ensayista y cuentista. Su primera novela, Crónica del desamor, apareció en 1979.

Entre sus títulos más destacados figuran La hija del caníbal (1997), que le valió el Premio Primavera de Espasa Calpe. También en 2013 publicó La ridícula idea de no volver a verte, un libro-ensayo-novela en el que aborda el duelo, la ciencia —a través de la figura de Marie Curie— y su propia experiencia personal. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios y reconocimientos, tanto en España como en el extranjero. En lo personal, Montero vivió una relación prolongada con el periodista Pablo Lizcano, quien falleció en 2009. Su experiencia de duelo influyó en su obra literaria y en su mirada acerca de la vida, la pérdida y la escritura. Además de su faceta pública, Rosa Montero es reconocida por su compromiso con la libertad creativa, con el feminismo —aunque no necesariamente desde etiquetas rígidas— y con una narrativa que mezcla géneros, estilos y registros. Su obra está traducida a numerosos idiomas y es objeto de estudio en universidades. 

Pablo Lizcano, periodista y presentador polifacético

Por su parte, Pablo Lizcano nació en Madrid en 1951. Se convirtió en uno de los periodistas y comunicadores más destacados de España durante los años 70 y 80. Desde joven mostró interés por la comunicación y la cultura, y pronto inició su carrera en medios de prensa escrita antes de dar el salto a la televisión. Su formación académica combinó estudios en periodismo y comunicación audiovisual, lo que le permitió desenvolverse con soltura tanto frente a la cámara como tras los micrófonos.

Lizcano destacó por su estilo innovador y su capacidad de conectar con la audiencia. Fue presentador de programas de televisión de gran relevancia en España, como Fin de siglo y La noche se mueve, espacios en los que combinaba entrevistas, reportajes y contenidos culturales. Su acercamiento a los entrevistados se caracterizaba por la cercanía, el humor inteligente y la empatía, lo que le valió un lugar destacado en el periodismo televisivo español de la época. Además, trabajó en prensa escrita, colaborando con distintos diarios y revistas donde consolidó su reputación como periodista serio y creativo.

Pablo Lizcano falleció el 3 de mayo de 2009 a los 58 años, a consecuencia de un cáncer. Su muerte fue un momento de gran impacto tanto para su familia como para amigos y colegas del periodismo. Su legado se mantiene vivo a través de sus contribuciones a la televisión y la prensa, y también a través de la influencia que tuvo en la vida y obra de quienes lo conocieron de cerca, especialmente en la literatura y periodismo cultural, como es el caso de Rosa Montero, quien reflejó el duelo por su pérdida en varios de sus textos. Pablo y Rosa se conocieron en un momento de madurez para ambos. En aquel momento, ella ya tenía una carrera literaria y periodística consolidada y él tenía experiencia en los medios de comunicación.

La historia de amor de Rosa Montero y Pablo Lizcano

«Los noventa fueron Pablo, qué maravilla. […] Estuve viviendo con él veintiún años y eso fue increíble para mí», confesó la propia escritora. La relación entre Montero y Lizcano se caracterizó por la complicidad intelectual, emocional y vital. Rosa ha reconocido que con Pablo aprendió a «ver al otro como es y a pesar de todo amarlo», una evolución del amor «heroico» –como ella lo describe– frente al amor más pasional o impulsivo. «Cuando alguien cercano muere siempre te sientes culpable de algo. […] Me gustaría haber sido menos peleona con él», confesó la propia Rosa sobre su relación.

Sin duda alguna, su historia de amor se vio marcada por la enfermedad y posterior fallecimiento de Pablo Lizcano el 3 de mayo de 2009, a la edad de 58 años, tras padecer un cáncer. Su muerte supuso para Rosa un duelo que transformó profundamente su vida y su obra literaria. En su libro La ridícula idea de no volver a verte (2013), Montero reflexionó sobre la pérdida a través del espejo de la historia de Marie Curie, cuya vida tras la muerte de su marido Pierre Curie le permitió abordar su propio duelo. Sin duda alguna, escribir le permitió dar sentido al dolor —aunque reconoce que «sé que es imposible» darle un sentido completo— y que su escritura se convirtió en parte del proceso de sanación.

Como decíamos, otro de los momentos más importantes de la vida de Pablo Lizcano, en cuanto a su vida personal, fue su relación con Massiel. Ambos se conocieron en los primeros años ochenta, cuando él era un periodista y presentador en ascenso, reconocido por su inteligencia, su ironía y su forma innovadora de hacer entrevistas. Se vieron por primera vez en un entorno profesional, pero su relación trascendió rápidamente ese ámbito. Massiel ha recordado en varias ocasiones que se enamoró de su ingenio, su cultura y su carácter poco convencional.

Vivieron una historia de amor intensa, apasionada y, en ocasiones, conflictiva, como la propia cantante ha reconocido en entrevistas. La relación tuvo momentos de gran cercanía, pero también rupturas y reconciliaciones. Lizcano era un hombre reservado y reflexivo, mientras que Massiel se ha definido siempre como visceral, espontánea y con un fuerte temperamento. Esa diferencia de carácter los unía y los separaba a la vez. Con el paso del tiempo, la relación terminó, aunque no de manera abrupta ni pública. Ambos siguieron caminos distintos; él continuó su carrera en televisión y, años después, mantuvo una relación estable con, como hemos contado, la escritora Rosa Montero; ella siguió centrada en la música y en su faceta mediática. Sin embargo, Massiel ha hablado de Pablo con respeto y afecto, recordándolo como un hombre brillante y sensible. Su historia con él fue una de las más significativas de su vida sentimental, y quedó marcada por la mezcla de pasión, admiración y diferencias que los definió como pareja.

Publicidad