El pueblo de la infancia de Jesús Cintora en la sierra de Soria: «No hace tanto frío como dicen»
El presentador está muy ligado a sus raíces con unos primeros años de vida que estuvieron marcados por la vida rural

Jesús Cintora, en una imagen de archivo. | Gtres
Jesús Cintora no se olvida nunca de sus orígenes. El presentador de Malas lenguas, cada vez que puede, reivindica sus raíces y cuenta la de veces que regresa a Soria, disfruta de su clima, su gente y su gastronomía. El periodista nació en enero de 1977 en la capital de la provincia en una familia humilde; su madre era ama de casa y su padre, ganadero. Creció rodeado del mundo agrícola y ganadero, aprendiendo, desde joven, nuevos valores desde el esfuerzo.
De niño disfrutaba de una infancia muy libre y rural. Según él mismo ha contado, sus días estaban llenos de juegos al aire libre: jugaba con otros chicos en plazas, montaba cabañas en el monte, cogía fruta de los árboles y bebía agua de los ríos. Era una época en la que «ser de pueblo» significaba tener muchas horas para explorar, sin horarios estrictos para volver a casa, aunque también acompañaba a su padre en el trabajo: podía despertarle a las cinco de la mañana para ir con él en el camión.
Jesús Cintora y su carrera en televisión
Su educación escolar, sin duda, fue clave para su futuro. Asistió a la escuela pública de Ágreda, donde maestros de la EGB (Educación General Básica) como José Vilda y su esposa «doña Encarna» jugaron un papel decisivo en su formación. Uno de esos profesores le inspiró tanto que fue quien le animó a estudiar Periodismo en la Universidad de Navarra, rompiendo con la idea de que seguiría la vida del campo. De niño, además, intervino en un programa de radio gracias a la iniciativa La radio en el cole, lo que le dejó una huella profunda y encendió su interés por la comunicación.
Durante su etapa universitaria ya hizo prácticas en medios: colaboró con la Cadena SER en Soria y trabajó en Canal 4 Navarra. Tras graduarse, comenzó a consolidar su carrera en la radio, especialmente en la Cadena SER. Trabajó en las emisoras de Soria, Pamplona y Zaragoza. En la SER desempeñó roles importantes: coordinó la parte informativa del programa Hoy por hoy bajo Iñaki Gabilondo y luego Carles Francino. También dirigió otros informativos de la cadena, como Matinal, Hora 14 y Hora 25 Fin de Semana. Paralelamente a su trabajo en radio, Cintora también colaboró en prensa escrita y otros medios: ha escrito para El Mundo y colaborado con medios como Radio Marca. Además, fue profesor asociado de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid.
El pueblo de Soria que le vio crecer
En televisión su recorrido también es muy amplio. Ha presentado varios programas: Las mañanas de Cuatro, Cintora a pie de calle, La línea roja y Carretera y manta. En 2020 fichó por TVE para presentar y dirigir su espacio Las cosas claras. Más recientemente, en 2025, regresó a RTVE con un nuevo programa llamado Malas lenguas, en La 2, centrado en desmontar bulos y noticias falsas. Además, Cintora es también escritor; ha publicado varios libros, entre ellos Conspiraciones, ¿por qué no gobernó la izquierda? y La conjura: así se fraguó el primer Gobierno de coalición de la democracia.
Jesús nunca ha olvidado sus raíces y siempre que puede se escapa a la localidad soriana de Ágreda. Se trata de una villa con una fuerte personalidad histórica situada en la provincia de Soria, al pie de la ladera oeste del Moncayo, dentro de la comarca conocida como Tierra del Moncayo. Su ubicación geográfica la convierte en un punto de transición entre la meseta castellana y el valle del Ebro, lo que le da una belleza natural muy particular; hay huertas que se extienden en las laderas del río Queiles, creando un mosaico agrícola llamativo.
Ágreda, un lugar con tres culturas diferentes
Desde un punto de vista histórico, Ágreda ha sido un lugar dónde convivieron tres culturas diferentes: la cristiana, la musulmana y la judía. Esa mezcla cultural se nota en su urbanismo: las calles son estrechas, laberínticas, con barrios que recuerdan a las antiguas medinas islámicas, y junto a ellas restos de sinagogas y edificaciones cristianas. En cuanto a su patrimonio arquitectónico, destacan edificios como la Iglesia de la Virgen de la Peña, uno de los templos más antiguos del lugar, con pinturas góticas y un museo de arte sacro. También sobresale su ayuntamiento, ubicado en un palacio renacentista (antiguo Palacio de los Castejones) con galería de arcadas y torretas, declarado Bien de Interés Cultural.
Ágreda vive rodeada de naturaleza: el Moncayo es una presencia omnipresente, con su pico imponente y sus laderas boscosas de hayas, robles, pinos y enebros. Además, el clima en la zona es mediterráneo con matices continentales: inviernos fríos y largos, veranos suaves y lluvias más frecuentes en primavera y otoño. Culturalmente, es un lugar muy rico. Se le conoce como la «Villa de las Tres Culturas» precisamente por esa herencia multicultural, y se puede percibir en sus plazas, en sus murallas antiguas, en sus iglesias y en sus huertas. Su casco antiguo invita a pasear con calma, como si cada rincón contara parte de su historia. Además, también es un centro para el senderismo y las actividades al aire libre: desde el pueblo salen rutas hacia el Moncayo, disfrutando de miradores, vegetación diversa y espacios naturales bien conservados.
Han sido varias las ocasiones en las que Jesús se ha pronunciado sobre Soria y, especialmente, su pueblo. «Se podría hablar mucho. En el tiempo, creo que se exagera. No hace tanto frío como dicen. Hay quien piensa que aquí pasamos el invierno entre nevadas o poco menos que vamos en trineo. Recuerdo una vez que vine con compañeros de la radio de Madrid a un partido del Numancia, y se pasaron el viaje y la retransmisión haciendo comentarios sobre el frío. Después volvimos y en Madrid había dos grados más. No era una diferencia como para exagerar tanto, pero en esto, como en tantas cosas de la vida, te cuelgan un sambenito y es difícil quitarlo», confesó en Soria Noticias. Además, en la entrevista también puso el foco en la España vaciada y en la importancia de tener una buena comunicación.
 
        