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El pueblo de Almería donde nació Carlos Herrera: «Fue el primer acento con el que amé»

El presentador de Cope, aunque nació en Andalucía, se crio en la localidad catalana de Mataró, por el trabajo de su padre

El pueblo de Almería donde nació Carlos Herrera: «Fue el primer acento con el que amé»

Carlos Herrera, en una imagen de archivo. | Gtres

Aunque de joven se marchó a Cataluña, Carlos Herrera nació en un pequeño pueblo de Almería. El presentador de Cope vino al mundo en el verano de 1957 en una familia marcada por la emigración típica de la región; su padre era médico y tuvo que trasladarse a Cataluña por motivos de trabajo. Los primeros años de su vida los pasó fuera de la provincia. Y es que, debido al trabajo de su padre, Herrera se crio en la localidad catalana de Mataró, muy cercana a Barcelona. Él mismo ha hablado del «primer acento» que aprendió siendo el de Almería, aunque se formara entre Cataluña y viviera la emigración familiar. 

Este trasfondo le dio una identidad dual; almeriense de nacimiento y catalán de crianza, lo que en sus propias palabras le generó un vínculo muy especial con su tierra natal. Aunque se trasladó muy joven, Herrera nunca perdió el contacto emocional con Almería. En un acto al recibir la Medalla de Oro de la provincia, contó: «Venir aquí es un manotazo de vivencias que me vienen a la cabeza…». Y también dijo que «Almería está en mi boca porque fue el primer acento con el que me amaron, el primer acento con el que amé…». Estas frases reflejan cómo ve su origen almeriense no sólo como un dato biográfico, sino como un sentimiento profundo que lleva consigo.

Carlos Herrera nació en Cuevas del Almanzora, en Almería

Carlos Herrera nació en un pequeño pueblo de Almería. | Cope

Herrera pasó los primeros años de su vida en Cuevas del Almanzora, en la comarca del levante almeriense, en la provincia de Almería, Andalucía. El municipio está ubicado en un entorno que combina vega fluvial —por el río Almanzora— y sierra, lo que le da una combinación de paisaje de montaña suave, llanuras agrícolas y cierta cercanía al litoral mediterráneo. Esta situación geográfica le confiere un clima típico del sureste andaluz, con veranos calurosos, inviernos suaves, y un aire mediterráneo que se mezcla con la influencia del relieve.

Las raíces de Cuevas del Almanzora se remontan a muy antiguo; su nombre alude a las numerosas cuevas excavadas en la roca que durante siglos fueron viviendas o refugios. En su casco urbano destacan monumentos como la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, un templo que ocupa el espacio que antes fue una mezquita. También se halla la fortaleza del Marqués de los Vélez del siglo XVI, símbolo de la dominación feudal temprana en la zona. Todo ello le aporta al municipio una identidad histórica rica, donde se superponen vestigios de distintos periodos —como el musulmán, cristiano e industrial— y donde el patrimonio arquitectónico convive con la vida contemporánea.

Pronto se trasladó hasta Cataluña, aunque sigue enamorado de Almería

Las Cuevas de Almanzora, en Almería. | Kayak

La economía local de Cuevas del Almanzora combina la agricultura —especialmente los cultivos en la vega del Almanzora—, el aprovechamiento del entorno rural, el turismo —sobre todo ligado a la naturaleza y al litoral— y la tradición de la cerámica —aunque este último aspecto se puede mencionar más ampliamente en la comarca del Levante—. En su evolución reciente, el campo y la agricultura han sido pilares, y esto queda reflejado en lo que el propio Carlos Herrera comenta sobre los cambios demográficos en el municipio. Él mismo ha observado que, al pasear por la plaza, ahora se encuentran muchas personas que trabajan en el campo, muchas de ellas de origen marroquí o magrebí, lo cual evidencia la transformación social de la zona. En cuanto al paisaje humano, también se puede destacar que Cuevas del Almanzora ha pasado de ser un municipio pequeño con mayoría de habitantes nacidos allí, a uno con mayor mezcla social, movimiento y población vinculada al trabajo agrícola estacional.

Cuevas del Almanzora ofrece atractivos tanto naturales como culturales, así como rutas de senderismo, la rambla que atraviesa el casco, el embalse del Almanzora, y la proximidad de zonas costeras que permiten combinar montaña y mar. Asimismo, la vida local mantiene tradiciones andaluzas de fiestas, convivencia vecinal, y un sentido de comunidad que el periodista Carlos Herrera evoca al referirse a lo que se encontraba «cuando iba de pequeño», gente del pueblo conversando en la plaza, «las logias del pueblo», etc. De modo que este municipio puede representarse como un lugar de autenticidad rural-andaluza que también ha evolucionado con los tiempos.

Así, Carlos Herrera nació en Cuevas del Almanzora (Almería) el 8 de julio de 1957. Aunque su familia se trasladó a Cataluña cuando él era joven, ha mantenido un vínculo sentimental muy fuerte con su pueblo natal. Por ejemplo, el ayuntamiento aprobó dedicar una calle para él —Avenida de Carlos Herrera— en reconocimiento a su papel como embajador del municipio. Además, Herrera ha relatado cómo, al volver al pueblo, observa cambios; ya no ve tanto «a los lugareños de siempre» en la plaza como cuando era niño, sino una población más diversificada, lo que indica su interés por la evolución de su tierra natal. Este vínculo personal refuerza la dimensión cultural del municipio; no solo ha sido un lugar geográfico, sino, también, un referente emocional para una figura pública que lo reivindica.

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